Hace mucho
que no escribo para el blog. Lo único que me viene a la mente es el tema de la
política. Lo enmarañado que está todo.
No tengo ahora mismo la más ligera idea de a
quien darle mi voto a nivel municipal y del congreso, no hay nada claro aún,
pero me gustaría votar por un congreso que pudiese hacer un cambio significativo entre los jueces
y ver si podemos luchar alguito contra la corrupción, o a favor de la claridad
y honestidad en la cosa pública. Yo nunca he votado por partidos, sino por
personas quienes entiendo son capaces para actuar por mí. No siempre he
acertado.
Cuando
camino por las calles de la ciudad pienso que me gustaría ser regidor para
encargarme de un pedacito de la ciudad y ponerla como una tacita. Sin botellas
plásticas regadas, sin basura acumulada, cada frente de casa o negocio
responsabilidad de los que la habitan o regentan. Recoger todo todos los días.
Pensar en el ornato. ¿Con qué fondos?
Con el salario que uno devengaría de una acción que antes era honorífica, y no
sé cómo se cambió la idea de servir a la comunidad, por el de servirse. Yo sé
que hay brigadas para todo eso que mencioné, pero parece que en papeles, pues
todos los días veo lo mismo.
Parte del
asunto es la falta de educación ciudadana y que las autoridades mismas, paradas
en las esquinas, son los primeros en tirar al piso sus colillas, sus cáscaras
de guineo y botellitas plásticas.
Si cada
regidor se dividiera la ciudad en una parcela de su responsabilidad, todo
pudiese fluir, pues todos somos compromisarios. Pero yo no soy de partido alguno,
ni voy a dedicar lo que no tengo para eso, así que es solamente un sueño, como
muchos otros que uno hace despierto. Pero me entretengo cuando camino pensando
en cuantos reciclables se pudiesen dar que pagarían el mismo servicio de ornato
y salubridad.
A nivel
presidencial, puedo decir sin rodeos, que he defendido la acción gubernamental
de Danilo Medina. Que aún espero que personas dificultosas de saber
adecuadamente la procedencia de su buen vivir permanezcan en las esferas de
poder y no se les haya tocado. Que aun espero acciones más drásticas en lo referente
a la deuda increscendo que se da en cada período o no de presupuesto de la
nación. Que aún hay mucho por hacer, quizás excepto en educación con el 4% y
las construcciones y más construcciones de escuelas y estancias, así como las
visitas sorpresas, las autovías hacia el este y el 911; no me he percatado de que se haya hecho “lo
que nunca se ha hecho”.
Confieso
que yo era un voto seguro para Danilo en el 2020, si todavía yo respiraba para ese tiempo. Pero en el 2020, no ahora.
Se me cayó
todo al cambiar la ley, la constitución
para poder ser candidato 4 años antes de tiempo, para repetir. Y ahora ya sé
por seguro que NO votaré por él, perdió mi voto. Entonces qué hago, pues quizás
bote mi voto. De los siete candidatos existentes al día de hoy tengo
preferencias por tres. En orden serían Minou, Guillermo y Hatuey. Me dirán que
ninguno llega, y es posible, pero mi voto ahora no es contra algo, sino a favor
del respeto a la ley, la cual Balaguer dijo que era un pedazo de papel; a favor
de ese librito que Maduro no se cansa de enseñar en su país, la Constitución;
en este caso la del 2010. Puede que aún
me queden los bríos constitucionalistas del 65, cosas…
Si los mencionados se unen entre sí, podrían
hacer un buen nicho de poder político. De los otros tres candidatos, uno ni sé
quién es, y los otros dos necesitan juventud a su lado, bríos nuevos. Pero el 15 del 5 me veré peleando con una
boleta que traiga un ayuntamiento humano, un congreso limpiando la justicia y
compactando territorios, y un ejecutivo que cumpla lo que dijo.