lunes, 30 de julio de 2012

XXVI Graduacion del Colegio Senderos


Buenas noches a todos los que nos acompañan en este acto de graduación  de la camada número 26 de bachilleres de nuestro Colegio Senderos.

Voy a enfocarme esta noche en el hecho de que Senderos recién cumple en este mes de julio  treinta años de fundado. Comenzamos en julio de 1982  con lo que teníamos, nuestras únicas herramientas y recursos: nuestros corazones y nuestros cerebros. Es una creación de Ytalia con mi apoyo. Nace Senderos antes que nuestro hijo Jorge Armando, por lo que el colegio es su primogénito, de ahí el deseo de mantener el colegio  y luchar mientras se pueda.

Senderos nace mientras Ytalia y yo hacíamos una maestría en Psicología Educativa en INTEC;  nos dimos cuenta que en 1982 no había colegio para los inquietos, los inteligentes que preguntaban de mas y se aburrían en clase por ser más inteligentes o despiertos que el resto o tenían más información almacenada en su cerebro  que el mismo profesor y eran catalogados de desaplicados, con problemas de conducta y otros nombres pata justificar la inoperancia del sistema educativo en sí.


   El profesor en aquel momento era visto como  un repetidor de datos, donde se les asignaba a los estudiantes decir la clase, en orden numérico, y donde el número del estudiante era más importante que su nombre, con todo lo que esto conllevaba. Nosotros presentábamos un educador facilitador de  conocimientos y compañero en el proceso de aprendizaje, un orientador continuo del alumno. De ahí que preferíamos el término de educador para autodefinirnos profesionalmente  y nunca de profesor o maestro  y mucho menos de pedagogo.

Descubrimos que no había colegio de atención familiar, cariñosa; lo que existía era el castigo corporal, fila al sol, de rodillas en el suelo sobre  granos de maíz, o el jalón de oreja y el reglazo. Nada de amor. Eras un número en la lista, y nosotros luchamos por la visión de que era una persona igual que el adulto, y este mensaje lo hicimos por televisión, en Color visión en horas de la mañana y por medio del Listín Diario en su excelente apéndice educativo dominical en aquellos tiempos.

Predicábamos  que podíamos crecer juntos, el estudiante y el profesor. Insistimos en que la educación comenzaba en casa, y aun lo gritamos, lo señalamos en mis escritos del blog, educación domestica sin necesidad del 4% es la base de toda educación futura.

Éramos idealistas, aunque Italia siempre fue más aterrizada que yo, y nos lanzamos a abrir clases en septiembre del 82  con todo a crédito gracias a  DISESA. Pensábamos ilusamente que la fama de educadores de Santiago aquí se conocía, pues no, hubo que reingeniarse también. Realmente éramos unos más del montón de profesores que la sociedad captaba  que como profesores debíamos esperar lo menos, vestir lo menos, vivir lo menos como si fuésemos monjas o sacerdotes- Bueno, esa era la visión hace 30 años.     

Nos lanzamos e iniciamos  “en un segundo piso en la Lincoln cerca de la John F. Kennedy donde otra escuela funcionaba, la de Orpha Luna. Semi-prestados nos ubicamos. 13 estudiantes de séptimo y octavo,  fueron los iniciadores. Dos profesores contratados, Rafael Medrano, hoy en España, y Margarita García hoy en Santiago y madre de una ex reina de belleza dominicana,  y nosotros dos, Italia y yo. Hoy  uno de los trece fundadores del colegio está con nosotros acompañando a su hija Karla quien se gradúa, me refiero a Carlos Augusto Agramonte Cuesta.

Al segundo año nos mudamos a Naco, detrás del Vesuvito. Se amplió la Educación Media y se comenzó la Básica. Fuimos reconocidos como colegio ese mismo año.

Al tercer año nos mudamos a donde estamos. Nos entregaron un cascaron vacio de edifico. Sin puertas, ni ventanas. Se tuvo que hacer  la instalación eléctrica, la de  los baños  y la del agua corriente, todo nuevo. Nada existía después de dos años cerrado,  abandonado y saqueado. Lo poco que entraba se fue invirtiendo año tras año en hacerlo más agradable. Abanicos en aulas, aire acondicionados, pizarras blancas sin tiza. Siempre pocos estudiantes en cada aula en una época de 40 y 50 por aula en casi todas las escuelas y colegios del país, la educación era algo más que masiva. Iniciamos con atención casi individualizada o personalizada y de ahí nuestro antiguo  lema: “un camino para cada persona”.

Llegamos a tener 320 estudiantes y recibir autonomía académica de una vez, en 1985, en solo tres años,  antes que muchos otros centros educativos más viejos que nosotros. Fuimos los primeros en tantas cosas!!  Ingles a todos los niveles, Francés desde el quinto curso, mandarín en Media, cómputos desde el pre escolar. Atención  familiar,  de tal forma que  para muchos pasamos a ser parte de sus familias: a recibir los secretos antes que los padres;  y a su vez, a los padres confiarnos sus dolores y alegrías.

Se incorporaron al proyecto profesores que hicieron de Senderos su casa como Ana Maria Moya, Dolores Raposo, Reimilda Rivas, Celeste Lemonier, Fernando Felix, Saragosa Mendez, Betania Leger, Altagracia Estrella y juntos fuimos creciendo al encuentro del futuro.

No podemos dejar de mencionar a la Asociacion de Padres del Colegio, hoy con el Arquitecto Roger Minier como presidente el cual se ha convertido en una gran mano derecha e izquierda en todo momento. Antes tenemos que mencionar a Cecilia Casella, a Felicia Carbonell, madre de Karla hoy graduándose, al Ingeniero Alejandro Martínez, a Pedro Garrido (fallecido) y su esposa Sabrina de la Cruz, a Rafael Corporan de los Santos (también fallecido),el  Dr. Sócrates Mañón, a Rosa de Abud y muchos otros más a lo largo de estas tres décadas.

Esta es la  promoción 26. Antes por acá pasaron los hijos e hijas de artistas de la época,  de mandos militares de las tres Fuerzas Armadas y de la Policía, de personas del gobierno, de grandes empresarios como los de las dos compañías de refrescos y cervecería, de personas respetables y confiables, así como consular extranjero. Sin descartar personas humilde y querida por todos los de la comunidad.
Estudiantes de otros países, como de  Italia, México, España, Venezuela, Alemania, Centroamérica, Bélgica, USA, Haití.

Como escribí hace poco en el blog de la esquina del olvido de DJ: “Han sido treinta años tratando de educar, abrir caminos, dar luz, cariño. Hoy nos revisamos y deseamos continuar nuestra misión a sabiendas que al igual que hace 30 años solo contamos con nuestro corazón y nuestro cerebro, esta vez en singular, pero  rejuvenecidos por el tiempo”.

Les damos las gracias a todos  los padres del presente y del pasado por creer en nosotros dentro de una sociedad que lo que se ve es lo que importa, no lo que crece dentro de cada uno como  persona.
No tengo mucho que decirle a los  graduandos ya saben cómo pienso, ya saben lo que yo pienso de cada uno de ellos, nunca escondí  nada, les  he dicho  las cosas tal cual aunque les molestase. No vale la pena repetir más de lo mismo.  Confió haber sido honesto con mi pensamiento y con mis actos. Dios sabrá orientarlos en  que es lo mejor para cada uno en cada circunstancia cambiante continuamente,  en proceso siempre de redefinirse hasta lo infinito.

Celebremos pues nuestros treinta años con la graduación de estos caminantes por la vida  que terminan oficialmente esta noche su primer escalón, su primera gran etapa, dejar de ser colegiales, dejar de ser menores de edad, dejar de ser  adolescentes con todas las consecuencias que esto conlleva.

Ustedes saben que Senderos ha querido ser su segunda casa, su otro hogar, por lo que siempre me tendrán a su disposición para reír, para llorar o para estar en silencio. You can always count with me, you will have a home wherever I am.

Por último, gracias a las madres que hicieron posible la formación y realización  de este acto en especial a Doña Felicia Carbonell  y a los estudiantes graduandos que también colaboraron.  Gracias a todos  por su presencia y apoyo.

sábado, 28 de julio de 2012

Los papas


No sé por dónde comenzar. No tengo la experiencia. No lo he vivido. Supongo que ha de ser así como conocemos, el mal como ausencia del bien, y el negro sobre el blanco como ausencia de color, y a la muerte de la vida como la ausencia de energía, lo contrario a lo vivido y experimentado seria lo que quisiese expresar sobre el papel o la pantalla en este caso; la ausencia del papá, del padre.

La armonía o equilibrio en una casa la da el papá. Nosotros le hemos dejado a la madre toda responsabilidad hogareña y educativa de los hijos, además de su trabajo profesional; eso no es justo, pero es la realidad. Por tanto el papá es como un "supervisor", un "aquilatador", un "enjuiciador", el equilibrio del hogar, el refugio de los hijos frente a la autoridad de la mamá.

El papá tiende a velar por el futuro de la familia, tiende a fijarse en aspectos de la vida que la madre no se fija y viceversa, hay un complemento.

La disciplina, el orden, la palabra fuerte, la mirada dura, la exigencia, normalmente se la hemos endosado al padre. El bajar la voz, respetar a los demás con el sonido de la radio o televisor lo hemos relacionado con: “ahí viene tu padre, ya sabes”.

Por tanto en una casa sin un padre cerca, o no tan cerca como quisiésemos,  pero cerca, lo que tendríamos es: no autoridad, no respeto, no orden, no complemento, no equilibrio, no refugio. Sólo tenderemos una mamá tratando de jugar dos papeles, quitándose un sombrero de cariño y poniéndose luego otro de autoridad.

Si la madre ha vuelto a casarse, el “padrastro” tratará de ocupar el lugar del padre real y muchas veces lo logra, pero en otras lo que recibe es un: “usted no es mi papá para estar metiéndose en mi vida”.

El padre a fin de cuentas es un colaborador de la creación y del desarrollo de un fruto. La madre es la creadora, cultivadora y cosechadora. El padre es el fumigador, el jardinero que trata de sacar la hierba mala de los alrededores. Cuando no hay papá la hierba tiende a arropar el jardín hogareño.

¿Qué por ciento de nuestras familias son sin papá? El censo quizás lo pueda decir. ¿Qué parte de la población es en la que menos existe la figura paterna? Cuando el padre sale de la familia sin explicación razonable, cómo afecta a los hijos en el resultado de los estudios, trabajo, crecimiento y estabilidad emocional? Cuando muere, es más aceptable, pero el efecto me imagino es similar dependiendo de la edad de los hijos; puede quedar el vacío para siempre. Y también el cómo muere, porque un accidente de tránsito, o ser asesinado por “quítame esta paja”, o un suicidio, no es igual a haberse ido después de una enfermedad. El haber sido recluido en la cárcel que es una forma de salir del hogar, pudiese afectar, pero después de todo la presencia existe de una u otra manera.

He intentado reflexionar en el día de los padres sobre su ausencia y cómo esto afecta a los que quedan, que en muchos casos nunca siquiera se conocieron mutuamente. Yo agradezco  haber tenido a mi padre, aún lo tengo  en mi corazón y mente, tendré sus orientaciones y opiniones siempre a mi lado o en mi oído. Por eso me es tan difícil describir la ausencia de lo más querido por mí, más aún que a mi propia madre, en este divagar por la vida.


Nota: ya tienen acentos, pero...ese rojo como se quita?





miércoles, 11 de julio de 2012

Los vecinos.


Los vecinos ya no son tan vecinos.  No sé si es la circunstancia que me rodea, pero esa es mi percepción.

En el edificio donde vivo de las tres personas que trabajan en el, dos son del país vecino. Si cruzo la calle, quien vende café, atiende la paletera, o las flores son todas ellas del país vecino. En la escuela el guardián nocturno es de allá.

Si  voy por el área de las estafetas de teléfonos,  las filas siempre están en las de una compañía  de color verde la cual parece ser la preferida;  y si es en los Bancos, hay días específicos en  que ellos son los que colman el lugar,  debe ser día de cobro de alguna empresa cerca del área que los ha contratado. Si fuese enviando dinero lo más seguro estarían en otra agencia bancaria.

Puede  ser por mi cercanía a las dos universidades católicas, a  la  Pontificia y a la de Santo Domingo, donde hay muchos estudiantes del país vecino estudiando,  el hecho de  que  los vea todos los días  sacando copias, buscando datos en las computadoras.

Todos los que veo están en lo suyo, trabajando o estudiando.  Mi gran sorpresa no es verlos, sino que cuando los veo pienso que son dominicanos de pura cepa, tienen el mismo color de piel, se visten con colores no llamativos, no hay diferencia alguna hasta que hablan entre sí o se dirigen a uno y no es castellano, no es ingles,  luce francés.

No menciono los obreros de las construcciones a lo largo de la ciudad porque ya eso es normal, lo raro es ver un dominicano trabajando en la construcción. Lo mismo sucede con los vigilantes de las torres y edificios de apartamentos, nos hemos habituado a convivir día a día.

Ya no es el vecino que lucía un color de piel más oscuro que el nuestro, o con colores llamativos como el rojo o el blanco continuo, ni con pañuelos en la cabeza. No hay diferencia. Si estuviéramos en el estado de Arizona de Estados Unidos no habría como identificar quién es quién, que allá si es fácil hasta por el caminar. Si fatalmente se repitiese la historia con el famoso “perejil”  habría que preguntarle a todo el mundo sin distinción.

No piensen que estoy discriminando. Cuando estudie historia en la escuela ni me lo mencionaban, era como si ese pueblo no existiese. Evidentemente yo estudie historia en otro contexto, en otra sociedad.

¿Qué raro que aun no comemos la comida típica de ellos,  como sucede en California con la comida mejicana? ¿O es acaso que la comida típica de ellos es igual que la nuestra? Supongo que más cerca de la frontera se oirá más la música y la radio propia de los mismos, pero por acá, aun no es así.  Ya en Miami prácticamente todas las emisoras de radio son mexicanas, los cubanos han sido sacados del aire. La televisión en español de USA ya solo tiene un mismo cantadito.

Una mera observación. Trabajan, estudian, consumen. Si la estadía es legal o no, le compete a las autoridades, a mi solo darme cuenta de que los vecinos como país, ya son vecinos en todo.