Pensaba que era cosas mías, que
realmente no todos eran como yo, pero al caminar en el tiempo me doy cuenta que
es algo propio del género.
Nos cuesta mucho deslindar
nuestro tiempo profesional del casero. El profesional nos arropa, es una
necesidad de hacer las cosas bien, casi perfectas; todo lo demás puede esperar.
“Heavens can wait”, todo puede esperar, pasan a un segundo plano que no se hace
por malicia, sino instintivamente.
El hombre moderno, de nuestra
clase social no es machista. Entiende que él es parte de su hogar y comparte
las labores. También cuida a los hijos, juega con ellos, los baña. Cambia y les
da de comer. Prepara la leche, la papilla, va al médico cada vez que le es
posible. Va a la escuela y participa de las reuniones de padres. El hombre
moderno, reitero, de nuestro grupo
social medio, actúa así. De otros grupos sociales puede que aun la ola no les
haya llegado. Y si es de clase más alta, puede que también imite lo que su
esposa haga al respecto, ya sea siendo activa o delegando en un tercero o en un
cuarto todo tipo de faena domestica o familiar.
Pero en el fondo nuestra mente
está en el trabajo, incluso muchas veces llevamos tarea que hacer a la casa y mientras la esposa duerme el
trabaja, mientras la esposa hace los quehaceres el sigue teniendo “la oficina”
en la mesa de la casa, mientras los hijos le llaman, el les pide un tiempecito para terminar algo
que nunca termina.
Recuerdo las pilas de lecturas
que llevaba a la casa para mantenerme al día, o los trabajos a corregir, las
clases a preparar y todo lo que fuese trabajo en el hogar, y pensar en el hogar quedaba a un segundo lugar;
en ese momento histórico no era suficientemente urgente.
Es una etapa en el hombre desde
que se gradúa o comienza su primer trabajo hasta los casi 40 años de edad. El
busca ser alguien desde el punto profesional, ser reconocido.
La mujer quizás por educación,
crianza, le es más fácil dejar su vida profesional a un segundo plano. Trabajar
una sola tanda o dejar de trabajar. Para ella la familia va primero. Si la
situación económica se pone fuerte se buscara alternativa de mañana para estar
en la casa. Si hay que salir a trabajar y un hijo se enferma ella pedirá
permiso, no él, en el trabajo.
Si la mujer es sola, no le
quedara más que desempeñar el doble
papel de hombre y mujer fuera y dentro del hogar. Pero cuando hay que tomar una
decisión sobre el futuro entre la familia y su trabajo actual o profesional,
siempre estarán sus hijos primero y su profesión después.
Forma distinta de crianza. Respuesta distinta motivada por la genética.
No me atrevo a afirmar.
¿Qué tu opinas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario