Hoy en el mundo
norteamericano estadounidense es el Día de Acción de Gracias.
Hoy es una parada
para decir gracias a la divinidad, dar gracias a Jesús, y por supuesto a Lupe, así como a
todos quienes nos asisten, no vemos, pero si sentimos.
Hoy debo dar
gracias a tanta gente que me ha demostrado su cariño, no solo con palabras sino
con hechos, pero como son tantos prefiero no mencionar nombres así nadie se
queda en el tintero.
Gracias por ser
parte de Santiago de los Caballeros, de la UCAMAIMA, de La Salle, del Sagrado Corazón, del
Ces-Ciet y todo lo que eso implica, las
personas que me tocaron el corazón y yo el de ellos.
Gracias por Intec
y Unibe, sus experiencias, su aprendizaje y siempre su gente que de una manera
u otra me hizo crecer como persona, sin olvidar a Eduardo Latorre y al Dr.
Jorge Hazoury Bahles, ambos idos, pero ambos en mi eterno agradecimiento por
ser compañeros, o mas bien guías, luceros
del camino.
Gracias a los 30 años de Senderos y todas las
familias e hijos postizos que me dio ese abrir nuevos caminos, “un camino para
cada persona”.
Hoy debo añadir a
la familia de AFS que me ha permitido
sentirme útil en esta etapa de nuestras vidas.
Gracias a las
familias que han sido mías a lo largo de todo estos años, como la Lirio , la
Estrella Sahdala y la de Manuel Sahdala así como la Ceballos
Pimentel, Angulo Ceballos, Almonte Taveras, Garcia Ceballos y… ¡Ah, Santiago de
los 30!
Debo dar gracias
por haber convivido con Ytalia 31 años de nuestras vidas con muchos si y pocos
no, y más aun la herencia de su familia que se ha hecho mi familia en el diario
vivir y mi peregrinar desde que ella decidió irse con la bendición del Altísimo,
y aun más desde que Senderos cerró sus
puertas.
Ytalia también me
dejo tres sobrinos y una cuñada única, Farah Adela y su esposo Manuel Pérez
Fernández.
A mis ahijados: Massiel,
Dilia María, Jorge en Santiago y Aldo José en el DN.
Doy gracias de
haber sido parte de la Compañía de Jesús, que gracias a su educación soy lo que
soy y he tenido las herramientas para seguir
viviendo con mi equipaje a cuestas y haciendo de mi “esquina del olvido” un lugar
de encuentro.
En el fondo debo
siempre dar gracias de haber nacido en la isla, y ser parte de su cultura, sus
costumbres y tradiciones. El haber vivido lo que me toco vivir en su momento histórico, el tener que
vivir en Miami y así poder conocer gente buena, muy de uno como mis
hermanos Ricardin y Xiroibma.
Las
circunstancias me llevaron también a Los
Teques y ahí se hicieron mías otras
familias, la Utrera y la Rodríguez.
Claro, no hay
formación familiar sin buen padre y buena
madre con mi única hermana Carmen y sus dos hijos: Chrisitie y Alex, mi primer ahijado.
Lo mas importante
para mi hoy día son mis hijos y debo dar gracias por cada uno de los tres, tan diferentes uno del otro y tan
iguales en el fondo.
No puedo dejar de
dar gracias por la familia Zorrilla que se ha hecho una con la Ruiz y nos ha
regalado a Carmen Leticia y por medio de
ella a Jorge Eduardo y en camino a Vera y a ¿Sebastian?
Dichoso el poder mirar atrás, el ser capaz de dar gracias y percatarme
de que han quedado huellas que la mar no
ha borrado, que hay árboles que han crecido, pues la semilla germino y están dando frutos que ya puedo disfrutar. Tengo que dar gracias por eso, haber sido un camino, un sendero para otros, el ser una
especie de faro en la oscuridad.
No me quejo, soy
dichoso y por eso doy gracias a todos y a cada uno de los que me han acompañado
en este andar por la vida.
Just saying Thanks in a Thanksgiving Day.
Just saying Thanks in a Thanksgiving Day.