miércoles, 22 de mayo de 2019

Los domingos. Num 247.





Los domingos, cuando no hay trabajo, orientaciones, talleres, se han convertido en un día entre la Divinidad y yo. Hablamos, y hablo. Él habla, yo me escucho a mí mismo. Nos entendemos.
Hago labores del hogar como lavar la ropa de cama mientras hablo con Él/Ella, Divinidad. Me enseñaron que era varón, luego suelo decir Señor y continúo yo solo en mi hablar compartido, y nos entendemos.
A veces imito a Don Polín, mi suegro e. p. d., y grito: ¡Ay, mamá! Pero ayer se me fue ¡Ay, papá! Y me dije: Debo hablar con Jorge Armando, y no sé por qué.
Parte del domingo es leer libros que Ricardin, mi hermano de vida, me ha prestado en mi visita casi anual a nuestra Meca, Miami. Hoy terminé uno de ellos. Detrás de mí, música; esta vez varios artistas y gozo de la selección que Spotify me hace cada semana, y me asombra cuanto sabe de mis gustos personales y ancestros, en el tiempo.
Hoy escogí oír a Víctor Víctor. Es, después de Juan Luis Guerra, el artista criollo que más escucho. Deben saber ya que mi preferencia en música es instrumental y en inglés, si es cantada. Cosas del pasado, de la historia que cada uno guarda en su hipotálamo.
Vitico, para mí, era el enamorado de Zobeida, luego el novio de Zobeida, más tarde el esposo de Zobeida, y ya el papá de los hijos de Zobeida; uno de los cuales lleva el mismo nombre que el primero de los míos, IAN. Primero Zobeida y luego Vitico.
Cuando Italia murió y me mudé cerca del colegio, hice del Supermercado frente a mi nuevo lar, mi “barrio” y ahí me lo encontré, al ir a tomar café y de una vez me mencionó que Zobeida le había hecho saber de la ida de Italia. Mundo pequeño.
Por Celia Cruz conocí una canción, Te Busco. Esta canción fue parte de mi regreso a mi realidad solitaria.
Al cielo una mirada larga
buscando un poco de mi vida.
Mis estrellas no responden
para alumbrarme hacia tu risa.
Olas que esfuman de mis ojos
a una legión de tus recuerdos.
Me roban formas de tu rostro
dejando arena en el silencio.
Te busco perdida entre sueños
el ruido de la gente
me envuelven en un velo.
Te busco volando en el cielo
el viento te ha llevado
como un pañuelo viejo.
Y no hago más que rebuscar
paisajes conocidos
en lugares tan extraños
(que no puedo dar) que no puedo dar contigo.
En cualquier huella te persigo (voy tras de ti)
en una sombra te dibujo (al recordar)
huellas y sombras que se pierden (en la soledad)
la suerte no vino conmigo.
Te busco perdida entre sueños
el ruido de la gente me envuelven en un velo.
Sorpresa fue que la misma Celia me hace saber que esta canción es de Vitico. Y en ese entones que no dejaba de buscar por paisajes desconocidos, pues se fue como un pañuelo viejo.
Mi cabecita mientras me bañaba me lleva de Vitico a Siete Días con el Pueblo en 1974, en época del Doctor Balaguer y me conecto con Chico González, de Villa González. Era parte del grupo de 7 días, su voz fuerte dedicaba poemas de sonido totalmente político y su “Francisco Alberto, Caramba!” formaba parte del grupo Expresión Joven. 
Chico, no obstante, me dedicó varios poemas, no políticos, en mis serenatas a quien luego fuese mi esposa, junto a “Ramón Leonardo” con su voz y su guitarra.
Nos solíamos juntar en la Calle Jacuba de Santiago de los Caballeros, en casa de Danielito Henríquez, Danicel (Danilo de los Santos), Chico, Ricardin Rubiales y yo. El grupo Fiordano de pintura de la PUCMM, casi en su totalidad, de ahí que Orlando Menicucci también apareciese. Los demás que iban, también iban y se iban.
El primer día que salí de la Compañía de Jesús y dormiría en la pensión de Dona Ninín por primera vez, estando en la Cabaña Montecarlo camino a Licey, Chico me induce a jugar al PUM, fallas y te tomas un trago de ron Bermúdez, en aquel entonces; lógicamente perdí, perdí y caí. Vergüenza me dió llegar a la casa por primera vez, la de la calle Eladio Victoria, el estar sentado frente al inodoro. ¡Qué vergüenza!
Cosas de Chico que te imbuía, te conquistaba con su chivita y su sonrisa.
De pronto, dejamos de ver a Chico en un octubre 22 años atrás. O se hizo perder o lo hicieron perder, en esa época que era tan fácil que te perdieran y no pudiéramos saber lo real, la verdad. No olvidamos a Francisco Augusto González Silverio y sus ocurrencias. Dios lo quiera como nosotros a él, y lo tenga donde se merece, como nosotros lo guardamos en nuestro recuerdo y corazón.






































lunes, 13 de mayo de 2019

Mimismo. num .246


Leyendo el “Coronel Lágrimas” del costarricense Carlos Fonseca, el autor se pregunta reiteradamente sobre si su personaje, el Coronel, si éste llegó a  tiempo, o un poco antes, un poco tarde, un poco fuera de tiempo y lugar.
Me hago la pregunta sobre mimismo*. ¿Habré adelantado mis pasos al tiempo? Cómo me duele que me digan que yo era niño a los 14, cuando hice lo que entendí que debí haber hecho, no importa la edad, lo que importa es haberlo hecho y que mis padres me secundaran, se interpusieran en nada.  Al contrario, para mi padre era un orgullo lo que hacía, en lo que me metía, fuera de edad, quizás llegué antes, pero no lo sabía y ahora que veo un joven con 16 que ha preparado un satélite para que todos tengan internet gratuito, me gustaría saber si es un niño o un hombre joven, si llegó antes a su tiempo o si llegó a tiempo. Y me veo en él, sin tanta preparación y lucidez; pero a los 16 o soy un niño, o soy un adolescente más, o soy un hombre joven.
¿Me habré adelantado en mis pasos? ¿En el tiempo? Pienso que no, al contrario, es como si hubiesen escrito letra a letra lo que yo debía hacer, todo se concatena, como si yo hubiese hecho a, o hubiese hecho b, pero como hice a, pude hacer b, y c, y d, y e...
Adelanté pasos, ¿me precipité? Puede que sí, puede que sí y ya era tarde para volver atrás. ¿Me arrepiento? No. Sólo hubo que dar pasos sobre lo ya caminado y empezar. Empezar evolucionado.
En el mismo libro citado el autor dice: “Todo es veneno y nada está sin veneno: sólo la dosis permite que algo no sea venenoso”. El saber cómo vivir con el veneno sin envenenarse, qué difícil es. Nosotros los que tenemos algún tema de alergia, a veces nos tomamos el antialérgico antes de fumar, de comer un plato, o beber un vino, porque preferimos el veneno aunque nos traiga efectos secundarios. A nivel de relaciones personales es parecido, preferimos el antídoto, aunque no exista, introducirnos en el veneno y luego veremos las consecuencias. Al lanzarnos a una relación, una actividad que, como todo, tiene su veneno, sólo debemos no excedernos, pero ¿cómo sabemos cuándo?
En el  escrito del blog anterior, el 245, les decía que uno viaja leyendo y nos introducimos en esas vidas, hacemos un voyerismo seductor y en el caminar se nos pegan rastros de la arena en la mar y de ahí estos pensares, esas formas de ver la vida que nos ayuda a replantearnos la nuestra, a hacer un acto de introspección y darnos cuenta de cómo nuestro caminar a la orilla de la playa ha sido.
Convencido estoy que, aunque otros opinen y hayan opinado que yo era un niño a los doce años 
cuando empecé un proceso distinto a los de  mi juventud, a mis amigos, a lo que otros hacen y han hecho; yo dirigí mis pasos a lo que yo creí que era lo mejor para mi país, para mi familia, para mi sociedad. Me refiero a mi actuar dentro de la Juventud Acción Católica, la Juventud Estudiantil Católica y al Directorio Revolucionario Estudiantil; todo antes de cumplir los 17 años.
Luego seguí en lo mismo, pero ya no en la patria sino más globalizado, hacia la humanidad. ¿Me habré equivocado? Puede que sí. ¿Habré estado en el lugar correcto en el momento correcto o me adelanté?, tarde no llegué, antes quizás.
Y ahora sigo igual, con mi país en mi corazón, con la nueva patria en el día a día y sigo globalizado. No he cambiado, quizás he evolucionado en mimismo*, eso, mimismo. Confío que la dosis de mi veneno sea el adecuado y que a los que me rodean les dé también la dosis adecuada de mi propio veneno, relaciones en que hay un proceso de ósmosis sin querer o queriendo.
El otro día le dije a alguien que el pensar es maravilloso, y no cabe duda que es de las cosas que me llenan internamente y me fascina: el pensar simple, el pensar con mi corazón, con mi mente, con mis vísceras, el simple hecho de pensar, reflexionar, cuestionar, criticar positivamente mi existencia, la existencia en sí misma...
¿Habré llegado en el momento y lugar adecuado? ¿Habré cumplido mi razón de ser al caminar, haciendo caminos por este mar y arena pegajosa en mis pies? 
*mimismo, junto, no separado.


jueves, 2 de mayo de 2019

Inactual. Num. 245

Cuando lees vives otras vidas, viajas sin mover un pie, sientes lo que otros pudiese ser que hayan sentido y te enfrentas a verdades que nadie te ha dicho; aunque puede que lo  hayan pensado y no te lo han mencionado por respeto, miedo a tu reacción u otra suposición.

Estar fuera de lo habitual, estar desfasado es una de esas, la palabra que recién leí es    “inactual“: un personaje que tuvo relevancia cultural, educativa o politica y que la ha perdido un poco“ y quedó en el ayer (El temblor del héroe, de Alvaro Pombo).

Muchos piensan que uno por la edad que demuestra tener no es capaz de realizar una acción. Como es el caso del chofer de Uber que me pregunta si yo pedí el Uber o alguien me lo pidió, pues su padre es incapaz de hacerlo y personas parecidas a mi físico “siempre” solicitan a sus hijos que le pidan el Uber, por ejemplo.

Yo he borrado los absolutos de mi léxico, tales como siempre, todos, ninguno, nunca, ya que me voy a equivocar, ya que puede quedar un elemento vivo que sea excepción a la regla de lo que se esté conversando y puede que ese sea yo.

El que otro chofer de Uber se admire porque yo le cambié y añadí otra ruta delante de él, y quedarse atónito del hecho. Bueno, eso pasa mucho con seres que no conocen a uno realmente, pero incluso a veces pasa con los más cercanos. Yo uso Uber todos los días y de ahí el contacto frecuente con los conductores.

Debo decir sinceramente que cuando yo no sé manejar una situación con los medios electrónicos en general,  pido ayuda a los menores cerca de mí y trato de ver cómo lo hacen para yo no tener que volver a pedir HELP!

Leo que Joe Biren en USA puede que no sea elegido candidato a presidente por su partido porque los demócratas buscan a alguien más joven. Entiendo que lo adecuado es elegir ciudadanos con experiencia y dentro de lo que hemos aprendido está el rodearse de personas que dominen la temática, las técnicas, la electrónica, el sistema más actualizado de lo que se tenga en manos y que uno reconoce que no lo realizará por sí mismo. Por eso buscamos consejeros, personas que nos orienten en un momento dado, pues no somos todólogos. No se piensa con el corazón, la mente y las vísceras al mismo tiempo; cada situación nos hace pensar en su momento, según sea el caso.

Es verdad que hay cosas que nos cuesta digerir como es la música o ritmo sin letra verdaderamente atractiva y que mi boca se sienta capaz de repetir; o conductas que uno respeta, acepta, hasta entiende sin comprender del todo. Sí, hay deficiencias de educación, de tiempo, de espacio, de cultura, de tantas cosas; pero eso no significa que seamos incapaces de adaptarnos, evolucionar junto a la humanidad como un todo y aun así ser “inactual”.

La naturaleza cambia, se modifica, se transforma, evoluciona y nosotros, los mayores en edad y no tanto en espíritu, también somos parte de esa naturaleza cambiante por el simple hecho de ser inteligente.