viernes, 11 de mayo de 2012

Ser abuelo.


No pude conocer a ninguno de mis cuatro  abuelos y  abuelas;  no sé lo que es tener un abuelo o una abuela y quizás por eso el “termino” abuelo no me agrada del todo.

El término en si mismo significa para mí  vejez, mecedora, sillón, chancletas, crecimiento  de la grama del rostro, ancianidad, caminos vecinales en la cara, vagancia, pasividad y lo más seguro es que esté totalmente equivocado, mas aun hoy día donde el ser viejo comienza a los  75;  nos retiramos a descansar cada vez mas tarde. Lo más seguro  es que cuando me este aproximando a los 75, entonces  el ser viejo será  a partir de los 85.

Ahora, el tener nieto es otra cosa. Una nueva razón para estar, pedir prestado  tiempo extra a la cuenta del banco de vida,   el desear que te llamen y te digan,” ven para acá, ¿puedes venir?” Es tomarme el té verde con su leche en  las noches y el café de las mañanas en la taza con sus fotos impresas. Es buscar algo nuevo en el email o en  facebook de fotos, videos donde se vea, aparezca. Es tenerlo en tu foto de presentación del celular siendo un  bebe y no querer borrarlo.

Es esperar que te llame por el celular del padre o de la madre al darle jugando a los números,  al botón equivocado y uno pensar que son cosas del destino,  de la casualidad…  de todo, menos una pura y simple equivocación. Juras y perjuras que él quería hablar contigo.

Es ver cuando te ve y te abre los brazos.  Es sentir sus manos que te tocan y te miran en un close up en zoom  desde abajo y te dice con la mirada, cárgame. Es ser un niño jugando en el suelo mientras estés solo con él, y cuando sus padres llegan vuelves a ser el adulto sentado en su asiento. Es el cómplice de maldades,  juegos  y risas en esa intimidad silenciosa llena de música infantil, cosas caídas al suelo, tiradas una y otra vez al suelo, y recoges y tiran, recoges y tiran recoges y tiran con una carcajada de saber lo que están haciendo por si tu pensabas que no era así.

Es descubrir que tenemos el mismo gusto por las imágenes, los espejos, los cuadros, la vegetación, los vídeos en el computador, la televisión y de pronto ambos estamos sentados viendo la pantalla casi abrazados el uno del otro. De pronto deseas que el tiempo se paralice, se estanque, se quede tranquilo quieto. Deseas que no crezca muy rápido y pueda perderse la intimidad con el crecer irremediable.

El trata de ver la imagen y hablar por el celular,  y en la otra mano tener cualquier otra cosa y descubes que le gusta hacer varias cosas a la vez y nada se le escapa a su radar. Descubres así que sin duda ha heredado  los genes Y de sus dos abuelos y padre; ya te habías percatado que cuando él quiere algo lo busca, lo busca, y lo consigue o grita porque quiere algo y no lo ha logrado, o porque es así que él lo desea, volvemos a  descubrir que tiene  los genes X de todos lados y de varias generaciones consecutivas.

Como  habrán supuesto yo no soy abuelo, ni grandfather, ni grandpere, ni nada que se parezca. Yo soy “avinu”, que significa, nuestro padre, padre nuestro, el papa de mi papa,  y mi papa de mi papa. Nunca el termino abuelo, eso suena a  decadencia.  Avinu, our father, notre pere.

Amen.

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