No pude
conocer a ninguno de mis cuatro abuelos y
abuelas; no sé lo que es tener un abuelo o una abuela y
quizás por eso el “termino” abuelo no me agrada del todo.
El término en
si mismo significa para mí vejez,
mecedora, sillón, chancletas, crecimiento
de la grama del rostro, ancianidad, caminos vecinales en la cara,
vagancia, pasividad y lo más seguro es que esté totalmente equivocado, mas aun
hoy día donde el ser viejo comienza a los
75; nos retiramos a descansar
cada vez mas tarde. Lo más seguro es que
cuando me este aproximando a los 75, entonces el ser viejo será a partir de los 85.
Ahora, el tener nieto es otra cosa. Una nueva razón para
estar, pedir prestado tiempo extra a la
cuenta del banco de vida, el desear que
te llamen y te digan,” ven para acá, ¿puedes venir?” Es tomarme el té verde con
su leche en las noches y el café de las
mañanas en la taza con sus fotos impresas. Es buscar algo nuevo en el email o
en facebook de fotos, videos donde se
vea, aparezca. Es tenerlo en tu foto de presentación del celular siendo un bebe y no querer borrarlo.
Es esperar que te llame por el celular del padre o de la
madre al darle jugando a los números, al
botón equivocado y uno pensar que son cosas del destino, de la casualidad… de todo, menos una pura y simple equivocación.
Juras y perjuras que él quería hablar contigo.
Es ver cuando te ve y te abre los brazos. Es sentir sus manos que te tocan y te miran
en un close up en zoom desde abajo y te
dice con la mirada, cárgame. Es ser un niño jugando en el suelo mientras estés
solo con él, y cuando sus padres llegan vuelves a ser el adulto sentado en su
asiento. Es el cómplice de maldades,
juegos y risas en esa intimidad
silenciosa llena de música infantil, cosas caídas al suelo, tiradas una y otra
vez al suelo, y recoges y tiran, recoges y tiran recoges y tiran con una
carcajada de saber lo que están haciendo por si tu pensabas que no era así.
Es descubrir que tenemos el mismo gusto por las imágenes, los
espejos, los cuadros, la vegetación, los vídeos en el computador, la televisión
y de pronto ambos estamos sentados viendo la pantalla casi abrazados el uno del
otro. De pronto deseas que el tiempo se paralice, se estanque, se quede
tranquilo quieto. Deseas que no crezca muy rápido y pueda perderse la intimidad
con el crecer irremediable.
El trata de ver la imagen y hablar por el celular, y en la otra mano tener cualquier otra cosa y
descubes que le gusta hacer varias cosas a la vez y nada se le escapa a su
radar. Descubres así que sin duda ha heredado los genes Y de sus dos abuelos y padre; ya te
habías percatado que cuando él quiere algo lo busca, lo busca, y lo consigue o
grita porque quiere algo y no lo ha logrado, o porque es así que él lo desea, volvemos
a descubrir que tiene los genes X de todos lados y de varias
generaciones consecutivas.
Como habrán supuesto
yo no soy abuelo, ni grandfather, ni grandpere, ni nada que se parezca. Yo soy
“avinu”, que significa, nuestro padre, padre nuestro, el papa de mi papa, y mi papa de mi papa. Nunca el termino abuelo,
eso suena a decadencia. Avinu, our father, notre pere.
Amen.
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