viernes, 25 de mayo de 2012

El tiempo


El tiempo suele ser nuestro gran aliado. El se encarga de hacernos olvidar lo negativo y resaltar, que salga a flote lo positivo. El tiempo se encarga de que se nos olvide la voz, la mirada, la sonrisa de algunas personas.
Tratamos de revivir como era nuestro padre, nuestra madre que son personas que fueron importantes en nuestras vidas y aun lo son a tal punto que nos mantenemos en un contacto espiritual constante y a pesar de todo, nos cuesta recordar detalles y entonces recurrimos raudos y veloces a las fotos, a los vídeos los cuales nos hacen fijarnos en lo que se nos había olvidado.

El tiempo nos hace confundir fechas, pero seguimos relacionando olores, sonidos, paisajes, canciones, a una época, fecha en el año, pero no el día exacto, ni la hora; ya los detalles se nos escapan como el agua entre los dedos, cual lágrima que se desliza suavemente en silencio.

El tiempo nos hace perdonar, mitigar los problemas, nos ha enfriado, vemos las cosas desde otra óptica, otro ángulo con perspectiva diferente, menos subjetiva, menos pasión. Sin embargo hay dolores que permanecen, heridas cicatrizadas que de vez en cuando tocamos con la yema  de los dedos  y captamos su sensibilidad en la  punta de las extremidades al palpar nuestra cara, brazo, pierna o pecho y ahí encontramos la marca, y el recuerdo duele, pero duele menos. Si doliese igual que antes o más significa que no hemos sanado, que ni el mismo tiempo ha podido con ese sentimiento y debemos botarlo, sacarlo, hablarlo, golpearlo, quemarlo, dejarlo irse en el mar o en un globo hacia el cielo.

El tiempo nos enseña que no todo lo podemos hacer a la vez, “que hay tiempo para reír, y tiempo para llorar”. ¿Por qué preocuparnos con el mañana si aun estamos aquí y ahora? ¿Por qué mirar al pasado si no es para aprender de los errores y éxitos que otros o yo mismo haya tenido o cometido para proceder a imitar o evitar según sea el caso? Pero vivir en  el pasado no tiene razón de ser, ya paso, no hay nada que podamos cambiar; si pudiésemos viajar  en la máquina del tiempo hacia el futuro o hacia el pasado seria diferente,  pero ¿podemos?  ¿Para qué pensar en un futuro incierto?

Muchos  libros, películas y serie de televisión nos inducen a pensar que se puede  viajar en el tiempo. "Quantum Leap" nos hacia revivir el pasado, "Los hombres de negro III! nos dice que si nos tiramos del Empìre State con un dispositivo especial podemos ir al pasado por 24 horas. Otra nos dirá que si nos tiramos del puente Brooklyn a la hora escogida y a la hora exacta podemos volver al pasado o al futuro según sea el caso. "Exterminator" nos inculca que se puede venir del  futuro,  venir a  impedir  que se del mismo futuro. "Ashes to Ashes y Life in Mars" nos llevan a pensar que estando en coma en un hospital podemos viajar al pasado y resolver lo que no nos fue posible antes o simplemente que no suceda lo que sabemos aconteció. "Back to the future"…

Pero no, por ahora, al menos, no podemos alterar nada. Aun sigue dándose “un tiempo para morir y un tiempo para nacer”.

Terminando estas lineas me he topado con mi amigo Mario,  en este caminar en la vida,  y le pregunte sobre el tiempo y  me ha dicho:

“Preciso tiempo, necesito ese tiempo
que  otros dejan abandonado
porque  les sobra o ya no saben
qué hacer con él.
tiempo
en blanco
en rojo
en verde
 hasta en castaño oscuro
no importa el color
cándido tiempo
que yo pueda abrir y cerrar
 como una puerta
tiempo para mirar un árbol
un  farol
para andar por el filo del descanso
para pensar que bien hoy no es invierno
para morir un poco
y nacer enseguida
y  para darme cuenta
y  para darme cuerda
preciso  tiempo
 el necesario
 para chapotear unas horas en la vida
y para investigar por qué estoy triste
y acostumbrarme a mi esqueleto antiguo
tiempo  para esconderme en el canto de un gallo
y  para reaparecer en un relincho
y  para estar al día
para estar a la noche
tiempo sin recato y sin reloj
vale decir preciso
o sea necesito
digamos  me hace falta
tiempo  sin tiempo,”   Mario Benedetti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario