Si han leído otros escritos aquí en “la esquina”, saben del papel que Lupe ha tenido en mi caminar por
estos lares de la vida desde que tengo uso de razón, como se decía antes, desde
los siete años de edad.
Llego a mí vida vía mis tías, María y Paquita, hermanas de mi mama y
quienes vivían en el segundo piso de nuestra casa, con entrada separada. Con
ellas solía quedarme a dormir cuando mis
padres salían con mi hermana mayor que yo en edad y estaba previsto que llegarían todos ellos tarde en la
madrugada. Por lo anterior es que me dejaban
básicamente a cargo de Paquita, ya que conocí a María ya ciega, no vidente.
Mis dos tías solían viajar de vez en cuando a México a visitar sus
amistades y familiares lejanos. Ellas dos no se hicieron ciudadanas cubanas
aunque estuviesen en la isla desde antes que mi mama. Como María quedo soltera,
no se caso y Paquita si lo hizo con Ramón, asturiano,
quizás ellas no se sentían del todo parte de la isla. De hecho, cuando mis tías
decidieron abandonar la isla después que
mis padres lo hiciesen, de la embajada mexicana fueron a buscarlas y llevarlas
directamente al aeropuerto hasta dentro del mismo avión. Ellas murieron en la ciudad de
México (DF) viviendo en casa de uno de
los dueños del periódico Excelsior; realmente nunca supe la relación existente
entre ellos, pero entendía que mis tías poseían acciones en dicho periódico,
cosa que nunca tuve prueba de la veracidad de mi suposición.
El punto es que Lupe llega a mí en un cuadro parte en tela con su imagen. De una
vez encabezo el respaldar de mi cama y
con ella dormía todas las noches. Me vio crecer y sentía que su presencia era
real, no solo figurada
Cuando me toco hacer mi maleta dejando mi cuarto, mi casa, mi cuadra, mi
barrio, mi ciudad, mi isla, ella fue acomodada dentro de la misma y desde
entonces anda conmigo.
Ya en el escrito del “equipaje” lo hice notar.
Cuando hay que guardar un secreto, una gran petición ella se encarga de
cuidarlo, guardarlo. Más de una vez le he pedido que me ayude a caminar
arropado por su manto y así he sentido que ha sido. Ante algún problema en que me he tambaleado, he sentido
mi estomago vibrar y querer aflojarse, mi corazón querer romper el pecho y el
aire no llegar a mis pulmones como debería ser y empiezo inconscientemente a bostezar buscando aire, con manos sudorosas,
he bajado mi cabeza y le he pedido la
paz de su amor para poder reaccionar ante el problema existente y poco a poco mi cuerpo regresa a su
normalidad.
El día pasado de Acción de Gracias la nombre entre los seres que debo
agradecer cada día o cada noche mientras
aun este tratando de hacer caminos y de
ser útil. Ella no queda en el olvido.
De niño y adolescente seguía las
películas que se hacían en su nombre o de Juan Diego, el indio, quien se honro
con llevar el manto con su imagen desde el Tepeyac. Pruebas se han hecho de su tinta o pintura y no hay
nada igual. El tejido del ayate o tilma es de maguey el cual debió podrirse o desintegrarse con
el paso del tiempo y no ha sido así.
Estudios de los ojos pintados demuestran que dentro de la imagen hay otras
figuras reflejadas que estaban cuando el manto se abrió lleno de flores como se
cuenta en la tradición. La imagen que conocemos hoy ha sido retocada por
españoles de la época que no entendieron que la sencillez es parte de la
divinidad. No solo su belleza física, su bondad reflejada, su tierna edad, su
vientre maternal con su lazo azul y su tez oscura como la nuestra la hace
diferente, la hace criolla. Como he reiterado otras veces, es la única imagen no hecha, pintada,
esculpida por un ser humano, al menos la ciencia así lo ha demostrado hasta el
presente.*
Guadalupe fue proclamada por Juan Pablo II "Patrona de toda America" y es la madre de Jesús
por excelencia en los USA, no solo de los emigrantes mexicanos y sus
generaciones subsiguientes en ese país. No debemos olvidar que la primera
“bandera” usada contra el imperio español fue la imagen de Guadalupe llevada
por Miguel Hidalgo, el cura criollo que ha pasado a la historia por su acción
libertadora y "padre de la patria" mexicana.
12 del mes 12, en este caso, del año 2013, a 482 años de su aparición.
*NOTA: si desea leer más sobre el manto:
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