Decir que mi familia era católica no seria
verdad del todo. Si hubiese que llenar un formulario, cosa que nunca lo vi., como se
hace en el censo, hubiésemos dicho que si lo éramos, pero en la practica no,
para nada.
La religiosa era mi mama. Ella iba a misa todos
y cada uno de los domingos y fiestas que guardar, participaba en el coro de la
iglesia y por tanto iba a los ensayos
durante los días de la semana en horas
de la tarde. Detrás de la puerta de entrada de la casa siempre estaba un guano tejido de los que entregaban el domingo
de Ramos en la Iglesia San Agustín en el barrio la Sierra, con el P. Espirali,
agustiniano. (Mi padre decía que Espirali al predicar pedía que en el momento
de la limosna el dinero no sonase, era billetes que quería, ninguna moneda). No recuerdo nada más de carácter religioso en
mi casa; ni crucifijos, ni laminas, nada, excepto en mi cuarto, donde mi Lupe permanecía
en la pared de la cabecera de la cama.
Mi hermana eventualmente iba a misa. Ella
asistía a un colegio de monjas, La
Divina Pastora. Existe una foto de ella vestida de monja según usaban en su
colegio al ella asistir a una actividad
donde participaban distintos grupos de religiosas de varios colegios y algunas
alumnas seleccionadas se disfrazaron como
ellas, de monjas. La verdad que mi hermana era la”monja” mas linda que
he visto. Recuerden que solo tengo una hermana, María del Carmen, pero al
nacionalizarse de USA, se quito el María y quedo solo con el Carmen.
Mis tías yucatecas que vivían en el piso de arriba
a nosotros, eran religiosas a su manera, no recuerdo que fuesen a iglesia alguna, ni recibir visita de cura ni monjas; no oí o vi ni rezos, ni rosarios, ni nada por el estilo, pero
Guadalupe era Guadalupe. Gracias a ellas dos tengo la imagen conmigo desde aquel entonces.
No recuerdo haber recibido educación o
información religiosa alguna en casa, aunque yo leía mucho los paquitos o
muñequitos sobre Vidas Ejemplares de Santos
y cosas similares. Me gustaba y me gusta leer.
Mi padre conoció a Jesús, y la Biblia en el
exilio, pero ya en Chicago. A el le gustaba ir a capillas, no a iglesias
grandes. Me llevo a donde el solía ir, y realmente era tranquila, con poca luz,
muy tenue y el olor típico de las
iglesias de USA, una mezcla de incienso, velas siempre encendidas y humedad. También me llevo, ya en el centro de Chicago, a una grande, quizás catedral o basílica, para que viese la cantidad de personas
comulgando que salían del trabajo a la hora de almuerzo y regresaban. Cuatro
filas de personas jóvenes de ambos sexos
que durante una hora u hora y media
acudían a esa iglesia para luego retirarse
sus labores. El prefería la capilla intima.
Solía
narrarme la anécdota del judío que estuvo en el Vaticano estudiando y buscando
la Iglesia verdadera; al salir se convirtió al catolicismo. Cuando le
preguntaron por que, que señales había que el catolicismo era La iglesia
verdadera solo contesto que si después de
tantos desastres cometidos por sus
miembros, aun estaba en pie y existía, era porque Dios a pesar de todo estaba con ella y tenia
que ser la escogida..
En La Habana el era espiritista, creyente de santeros y demás; eso yo lo supe en una de esas salidas los
sábados y eventualmente visitábamos casas con sus
grandes altares a San Lázaro, Santa Bárbara, La Virgen de Regla. En casa eso no se mencionaba, quizás por
respeto a mi madre. No lo confundan con la brujería o la santería, el
espiritismo se parece, pero no es lo mismo.
Si bien les mencione un altar con figuras que
suena a santería pura, el espiritismo cree en un solo Dios creador, infinito y
en seres espirituales que encarnan con una energía propia o alma. Nos podemos
comunicar con estos seres espirituales ya
sea viéndolos, oyéndolos o recibiendo su mensaje por medio de la escritura, que
supongo que fue la forma en que se escribió la Biblia para que sea palabra de
Dios y no la palabra del escritor pura y simple. Este ente o espíritu
puede reencarnar varias veces.
Para serles sinceros, aunque tengo una estructura mental católica,
yo creo 100% lo del espiritismo y diría que hasta lo practico, pues me comunico con mi madre Noemí de vez en
cuando.
Volvamos a La Habana. Yo hice la primera
comunión un 8 de enero de no se que año, pero ya con unos 9 de edad, y lo hicimos solos mi primo Manolito
que venia de USA para esos fines y yo. Por poco no me dejan hacerla porque no
me aprendí y no me he aprendido lo de “Dios te Salve Reina y Madre…” Además yo estudiaba en un colegio norteamericano por lo que más bien seria
de orientación protestante mas que católico, aunque la palabra Dios no se oía nunca ni con aquello
de “IN GOD WE TRUST” que aparece en los billetes verdes.
La Revolución Castrista, no la revolución
nacionalista inicial del Directorio Estudiantil de José Antonio Echeverria,
ni los del Frente del Escambray con Eloy
Gutierrez Menoyo, ni la del 26 de Julio
autentico de Camilo Cienfuegos, fueron
los que me llevaron a la iglesia romana. Efecto contrario, una forma de
oponerse era siendo catequista y me hice, siendo de la Juventud Acción Católica
(JAC) y me hice. Ya en el exilio me brindaron una beca en el Belén de Miami y
no iba a decir que no, y ya ahí me “engatusaron” y termine cayendo en el noviciado-juniorado-filosofado de la Compañía de Jesús por cinco años y algo
mas.
Fui un ferviente admirador de Juan XXIII y
del Concilio Vaticano II. Trabaje en
escuelas católicas de Santiago como La Salle y el Sagrado Corazón de
Jesús. Me hice parte de la comunidad
lasallista de tal forma que yo hacia mi propio retiro espiritual de tres días en el colegio en un habitat que ellos me brindaban; y me hice casi consejero
de las monjas del Sagrado con su retiro espiritual dado por mi a mediados
de los 70’s. Además de las convivencias”
tanto a los varones de La Salle acompañado del Hermano Pedro Fernández como a las damas del Sagrado acompañado de Sor Paulina
Estrella.
Cuando mas tarde me divorcio lucho con lo
imposible, quedar dentro de la iglesia y cuando me re-caso, ahí fue verdad que
me dieron un “fua” desde Roma y me quede solo con el epíteto de católico-espiritista.
Analizo para mis adentros que cuando hoy por
hoy me dirijo a la divinidad es realmente al Dios creador, conocedor de todo.
Una vez lei que uno no debe repetir sus cuitas a Dios, pues al fin al cabo El
ya las sabe y si es una petición, que es lo que mas abunda, no debe repetirlas
tampoco, pues en este caso demuestra desconfianza, ya El las oyó. En realidad
trato de no repetir lo mismo, pero no
con mucho éxito.
Por supuesto hablo mucho con Lupe en mi mente,
casi como hablar por teléfono sin recibir respuesta del otro lado, aunque a
veces siento que me dicen “haz esto o no hagas aquello, espera, no te
adelantes”. Podría ser mi conciencia quien me guía, yo de hecho se lo achaco a
los que me cuidan y guardan siempre a mi lado.
A quien suelo habar, pedir y llamar cuando siento que me falta
paz, armonía, tranquilidad, luz y sabiduría es al Espíritu Santo. De hecho hace
poco en la Fiesta de Pentecostés hice publico una oración que dice: “Ven Espíritu
Santo, alumbra mi corazón y espíritu, danos la paz de tu amor y la Gracia de
vivir en Cristo Jesús.”
Con el pobre Jesús, realmente casi no hablo en
mi mente, aunque últimamente mas que antes, pero cuando empiezo a hablar u
orar, no rezar, suelo decir “Dios…” y se en el fondo de mi que no es a Jesús a quien me dirijo. Al terminar el día doy
gracias por todo lo acontecido y cuando algo fuera de lo común y positivo
sucede, lo hago por igual en el momento, en el instante. He aprendido a
agradecer
En resumen soy espiritual, como mi padre, sin religión o comunidad, o normas a seguir.
Ya en otra ocasión manifesté que mi padre muere un 1ro de febrero del 71 en un
frío día de Chicago y su cuerpo fue velado donde el escogió, en una Iglesia
Católica, NO ROMANA cerca de donde residía No me comunico con mi padre, como hago con mi
madre, de hecho ahora vivo con el por aquí, por el este de la isla; cosas de la vida y de nuestras creencias