domingo, 17 de agosto de 2014

El adios.

Cuando nos enfrentamos al tema de  la muerte o a la muerte en si, hay sentimientos encontrados  sobre  ese momento inevitable del decir adiós.

El sentimiento de que no queremos que se vaya la persona envuelta, versus la visión de aspecto más espiritual o religioso donde se estima  que es mejor que la persona se vaya, y se piensa que dejarlo ir es lo mejor para que no sufre de más.

Los jóvenes no suelen hablar de la muerte, es un evento que lo ven muy lejos; los mayores en experiencia quizás si lo hacen, pero hay otros que le temen hasta al tema, lo evitan, lo evaden, le huyen, no desean enfrentarse a una realidad que vendrá.

La muerte es el dejar de existir como ser vivo que eras y tu cuerpo ha de  empezar un proceso de descomposición de ѐl mismo hasta convertirse en nada, cenizas, huesos sin más.

Cuando el corazón,  deja de latir no significa que haya muerte, pues puede que con masajes, con energía inducida vuelva a palpitar y bombear la sangre necesaria que el cuerpo requiere para mantenerse en estado al menos latente.

El cerebro es quien domina realmente todo y cuando deja de actuar ahí si hay muerte total, pues aun no  podemos tocar, manosear, trasmitir energía a la masa gris;  quizás algún día se logre y mantenerlo vivo como vemos en algunas películas donde el cerebro está fuera de un cuerpo y sigue trasmitiendo mensajes y órdenes por canales  eléctricos de comunicación, pero hoy por hoy, cerebro paralizado es muerte eminente. Cerebro con envío de comunicación eléctrica sigue siendo un cerebro con vida aunque el cuerpo no reaccione a sus órdenes por algún canal obstruido de energía.

Si la masa gris deja de funcionar, si el oxigeno dejó de circular por la falta de  irrigación de la sangre por su masa gris, nada podemos hacer y se pasa a la muerte. Al dar este paso queda quieta, inmóvil toda tu envoltura sobre la cama, la mesa o sobre donde esté el cuerpo  físico en ese instante. Si esto ocurre, aunque el corazón bombee, lo hace artificialmente, porque su control de mando ya no existe actuando, pasó a descansar; algún “aparato” está alterando el proceso inadecuadamente..

Mi YO ya no está dentro de ese cuerpo, mi yo trasciende si tu creencia es espiritual, no importa la religión que sea, o simplemente tu YO desaparece conjuntamente con el ultimo movimiento de tu mente o cerebro, tu ultimo hálito de respiración y tu último sonido coronario.

En el caso mío, por formación, soy de los que opino que mi YO como tal trasciende y deja de estar en el cuerpo. Pasa a otra dimensión o categoría psíquica, espiritual o como deseen nombrar.

La muerte es normal en todo ser vivo, es parte de la vida, es terminar tu misión, la razón de estar aquí. Recuerden que dije que yo opto por una vision espiritual del ser, no por una agnóstica, ni materialista.

Cuando el YO se va, no hay nada tuyo ya ahí, todos tus recuerdos, tu pasado, tu sentimiento, tu pensamiento, tu ayer se fue contigo, ahí solo queda tu exterior, frío, inmóvil, sin vida.

¿Por quѐ aferrarse al ser que ya está por irse?  Quizás quiera irse, porque si quisiera quedarse lucharía y mandaría señales,  signos de algún tipo  querer quedarse, pero no, ya claudicó, ya encontró algo mejor, ya decidió no seguir con esta carga impuesta desde el nacer. Más de una vez he visto que personas que llegan “muertas” al hospital son revividas para luego tener un ser vegetal debido a un derrame cerebral; yo no soy mѐdico, pero eso es lo que vivido en personas cercanas.

Los que quedamos nos aferramos a un cuerpo porque es lo que se ve y se toca, lo real no es visible a  nuestros ojos y como no podemos captarlo,  no podemos aferrarnos a ese  ente invisible, normalmente ni nos percatamos de la existencia de ese ente conocido antes y ahora  en otra forma de existencia.

La naturaleza es sabia,  es mejor dejarla seguir su curso, aunque sea contra viento y marea de nuestro deseo ¿Quѐ hacemos con aferrarnos a un cuerpo sufriendo y un yo sin poder expresarse?  No  hablo o pienso en la eutanasia, eso es otra cosa, solo hablo de dejar a la naturaleza seguir su curso y si es quedar en coma, pues así será, pero si es dejar de estar, así será también, debe ser. Por quѐ mantener un estado somático artificialmente, dejemos que el mismo cuerpo decida y si permanece en coma, pues dejemos que siga existiendo sin elemento artificial secundario.

Personalmente no le temo a la muerte, pero sі al quedar discapacitado, dependiente de otros, y en un proceso de la familia gastar todo lo que posee por uno,  y al final, nada, la muerte. No, no hace falta que otros se sacrifiquen de esa forma. No le veo el sentido de alargar lo inevitable, como tampoco forzar lo que ha de venir.

Cuando llegue el día, tarde o temprano, solo espero estar en mis cabales, ser productivo de alguna forma aunque sea dando amor o cariño a mi alrededor, y no solo demandando y demandando y solo demandando; siendo una carga económica y emocional.

Puede lucir cruel lo anterior, pero prefiero que si me voy a ir me dejen ir, no me detengan, mas aun porque tengo la certeza interna que me encontrarѐ con gente querida, seré parte de mi tribu espiritual inicial de este todo. Yo no voy a menos, voy a más.  No he hablado de resurrección ni nada parecido, solo he dicho regresar a mi tribu inicial, de donde salí antes de encarnar en esta pequeña cárcel. Sentirme libre, sin atadura externa alguna.

Si fuese de los que creo en que más nada hay después de este eterno caminar, dejaría de luchar, progresar, existir, pues nada me seria importante  entonces.

Cuando alguien escribe “Gracias señor por la vida y un día más”, yo pienso en mis adentros, gracias Señor por dejarme vivir un día más en paz y armonía, en salud, de lo contrario, no dejes ni un segundo que así sea; porque creo en ti aun estoy aquí, de lo contrario, ¿para quѐ seguir? Si algún día dejase de creer que existes, no haría absolutamente nada más por continuar arando en este desierto, y en este caminar sin caminos, solo estelas en la mar.


Nota: la muerte de Robin Williams me trajo al tapete este tema nuevamente, y aun recuerdo “What dreams may come”,  su película sobre su esposa Chris  ida al infierno de Dante por haberse suicidado tras una fuerte depresión y R.W.  bajar ѐl al averno a rescatarla; el amor pudo más que la muerte en si. Si fuese eso posible ya tendríamos a Robin Williams con nosotros de nuevo dado la manifestación de sorpresa y de amor que se ha sentido en estos días, pero ¿quien somos para ir contra los deseos de un ser humano que nos hizo reír, sonreír  y llorar?

Otro elemento que reboso mi vaso es la ida a destiempo, segun mi opinion,  de Oscar Lopez Camacho, grupo 77 de La Salle con quien compartimos alegremente hace una semana  en casa de mi cuñada Farah  en Gurabo, Santiago. Como Farah me expresase, “la vida es un Flash”, o más bien en un flash ya no hay más que hacer o decir y debemos ineludiblemente  decir adiós.

1 comentario:

  1. Concuerdo completamente contigo sobre no entorpecer o alterar la partida, cuando ha llegado el momento; eso es algo para lo que todo nos debemos preparar y aprender a dejar ir sin perturbar el ciclo natural de vida que tenemos programado desde que fuimos concebidos.

    Espero que tus hijos hayan leido esto, como un testamento anticipado de tu ultima voluntad. Los recuerdos que les vamos a dejar, son mucho mas que lo poco que puedan hacer cuando nos toque partir....

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