sábado, 27 de septiembre de 2014

Otra ...que Dios nos perdone.

En mi ayer era normal el pensar convencidos total y absolutamente  de “que morir por la patria es vivir”.* Claro está, teníamos concepto de Patria, amábamos y amamos la Patria y al menos para mi familia era como respirar el pensar en la lucha por  la justicia, la dignidad del hombre, la igualdad entre todos y nos ufanábamos de que la Constitución de 1940 en la isla era la más avanzada de toda America Latina, la más liberal,  democrática y pensando en el pueblo, en las mayorías.

De más está decir   que soñábamos en un  gobierno “del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”,  era como algo que parecía llevábamos en la frente escrita.

A veces cuando escribo del ayer generalizo, pero en el fondo escribo de lo que viví, sentí, me enseñaron mis dos padres, uno más que el otro en lo patriótico y el otro en lo humano religioso. Ustedes entendieron quien era la madre y quien era el padre en ese asunto, no hay que especificar tanto.

Como ya he expresado en otros momentos, vivíamos con los cuentos de mi padre y su participación en el movimiento revolucionario del ABC contra el presidente Machado, de sus historias de los grupos estudiantiles universitarios a los cuales él no pertenecía. Del suicidio de Chibas; y por tanto  cuando llegó el proceso revolucionario contra Fulgencio Batista, pues ahí andábamos, sin mucha propaganda.

Si a eso añadimos que la historia de la isla conlleva tres guerras, una de 10 largos años, otra llamada Chiquita de trece meses con su grito de “independencia o muerte”  con Calixto García a la cabeza,  (de ahí el escrito famoso del “Mensaje a García”); y la última de las guerras  del 1895 al 98 liderada por José Marti, Antonio Maceo y Máximo Gómez, era como vivir en guerra constante. Esta última guerra contra el Imperio Español fue hurtada por los Estados Unidos por su deseo expansionista de la época y eliminó de un fuetazo la flota Española en el Oriente de la isla y con ella la presencia hispana  en el mundo internacional.

Ante lo anterior, no era muy fácil de que se nos enseñara en la escuela de que los del norte no eran realmente nuestros amigos;  yo mas bien diría que queríamos más a los “gallegos” contra quienes se luchó que a los americanos quienes fueron intrusos y mentirosos. Si añadimos que Marti nos hablaba de ese pulpo donde el había vivido,  dentro de sus entrañas,  y por tanto él mismo sabia de lo que era capaz, pues cuando sacaron las uñas, como que se venia venir, ya lo esperábamos.   Veíamos al norte con temor unido a una dependencia económica, política, y por tanto social;  ese mismo norte quien nos quitó Guantánamo al devolvernos  la isla en el 1902, ya que por cuatro años estuvieron como interventores.  Se quedaron al final con la base naval,  con   Puerto Rico,  la isla Guam y Las Filipinas. Nos pusieron a Tomás Estrada Palma como primer presidente criollo.

Uno estudio con detalles la revolución mexicana, y los héroes evidentes  eran Pancho Villa, Emiliano Zapata y luego más tarde la revolución sin sangre de Lázaro Cárdenas. Esos eran nuestros ejemplos históricos. Mi familia mexicana ayudó a su rápida asimilación por mi memoria.

La guerra civil española también nos tocó, hubo brigadas cubanas que fueron a luchar por la república, y es que en el fondo la guerra de uno era guerra de todos;  Máximo Gómez como bien saben no era cubano, nuestra bandera es creación de un venezolano radicado en Nueva York,  Narciso López, quien la llevó en una invasión fracasada. La primera bandera de nuestro Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes se parece a la de Chile. En aquel entonces había un enemigo común, el o un  imperio europeo.

También supimos de las brigadas que iban a Rusia a luchar por la revolución bolchevique, de todas partes los miembros de las brigadas internacionalistas fueron a morir por un ideal. Una idea de Patria, una idea de revolución, en fin,  ideales. No hay que ir más lejos, todos conocen al Che cubano, pero no, no era cubano.  En las invasiones contra Trujillo cubanos, venezolanos y dominicanos se juntaban en una sola unidad, la libertad dominicana.

Uno vivió esa época de armas y creció con las armas en su mente.

Todo lo anterior es porque me choca grandemente el que europeos vayan a pelear por un Estado Islámico, las fuerzas del EI son de todas partes, y eso me recuerda las brigadas rojas internacionales.

Antes se tomaba  un arma  por otro tipo de motivaciones, no eran religiosos. Las guerras   religiosas las asociamos a la Edad Media;  es un sentimiento de retroceso,  nos repetimos, andamos en círculos, o en elipsis, y nos volvemos a engañar con otras motivaciones para guerrear.

No tengo  moral para criticar mucho. A nombre del cristianismo o del Dios cristiano se hicieron las cruzadas contra ese mundo islámico, y entre cristianos  por igual se uso a Dios como bandera,  entre católicos y no católicos; el caso occidental más reciente es el de  Irlanda. Hubo guerras pro Papa vs No Papa católico romano.

Usar a Dios como excusa para matar no debería ser, pero esto no es nuevo, ya ha sucedido en las hogueras, en las mazmorras... Se exiliaron  pueblos, huyeron pueblos huyendo de Dios y buscando a Dios, se fundaron naciones a nombre de Dios.

¿Quien podrá levantar una primera piedra?  Mezclamos religión con problemas regionales, y económicos; mezclamos religión con problemas étnicos, y de tribus. Nada es como parece. Todo es más profundo.

Los nuevos aliados bombardean las instalaciones de petróleo, ¿por qué será?

Cuando he visto lo relacionado a las profecías de  Nostrdamus, en sus visiones,  él hababa de un  ejercito con turbantes azules que invadían y acababan con todo, ahora cuando veo a las fuerzas de la ONU me luce ver turbantes azules en lugar de cascos o boinas  ¿Seria eso lo que él vio?

Hubo un momento de nuestras vidas que entendíamos que nuestra lucha era contra un régimen no creyente, ateo, era a favor de la religión que hacíamos lo que hacíamos, “Viva Cristo Rey” gritábamos; y si otros hacen algo parecido,  qué moral tengo para criticar lo que ellos hacen, solo espero que lo hagan de buena fe como lo hizo uno y no sea un matar por matar, o “muere impío” por un “quítame esta paja” .

Bueno todo es confuso, nada está claro, excepto que vamos hacia otra guerra, la  de los seis  días, la del de Golfo, la de Irak, la del Estado Islámico, como quieran llamarle, pero que para allá vamos, para allá vamos. Que Dios nos perdone por haber usado y usar su nombre en vano.

* estrofa del Himno Nacional de Cuba.



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