jueves, 29 de agosto de 2013

Divagaciones sobe el espiritu.


Al hablar del "Paraíso" lo primero que debemos tener presente es que es un “espacio” sin tiempo y lugar por lo que no es un “espacio” como solemos pensar, más bien es un estado del espíritu.

Recordemos que no hablo de alma que es igual a energía, una forma de la materia, sino de espíritu, al que algunos le llaman “mente”, como una forma de aislarse de un término con connotación religiosa.

Espíritu, si quieren, pueden llamarle la no-materia, no anti-materia que seria algo distinto, sino la no materia, lo opuesto a la materia, por tanto sin ocupar espacio y lugar, sin peso y fuera del tiempo.

Por tanto el paraíso seria ese estado de la “no materia” donde percibes la luz, la paz, la armonía de un ente superior; es ese estado de presencia mutua al que algunos le llamarían místico. (Nosotros ante nuestras limitaciones dimensionales nos vemos obligados a usar términos no propios para entendernos en nuestra comunicación.)

Dentro del paraíso, como una forma de expresarme, no porque así sea, existen “lugares” mas cercanos a esa fuente primaria de la cual emana lo que se percibe, que a su vez trato de no llamarle energía, pues la confundiríamos con una forma propia de ser de la materia y no lo es, sino es propia de si misma.

Y se “percibe” no se capta,  porque el captar conlleva objetivizar algo que es tocable y lo confundiríamos de nuevo con una forma de  materia, por eso uso el termino “percibir”, similar, pero no sinónimo total; parte de nuestra riqueza lingüística.

Ese acto de participar de lo percibido seria el estar en el paraíso, que a su vez no es un acto solitario sino en comunidad, el espíritu se agrupa con otros “genéticamente” similares creando unas “tribus” distintas unas de otras por su diversidad, pero iguales en si mismas dentro de un gran panal. De ahí que en esta dimensión hay personas con las que congeniamos de una vez desde verlas y hasta nos parecen conocidas y es que fueron conocidas, pero en otra dimensión.

Desde  que vino a mi esta idea de tribus, en colmenas en un momento dado, unido a ello vino la impresión de que Guadalupe, Lupita era parte de la colmena a la que yo pertenecía, de ahí mi unión con ella.

Cuando digo colmena es realmente una grafica de lo que seria un diamante,  grafica gigante de un diamante donde hay luz brillante por doquier disparándose a todos lados, pero a su vez se notan elementos triangulares que conforman el todo y ese habitat triangular seria la de cada grupo genéticamente espiritual. Algún día al  profundizar el estudio del ADN esto saldrá como parte de nosotros, una distinción, algo que distingue y agrupa. Y  aunque todos somos iguales, no lo somos, pues unos están mas cerca del centro que otros y ahí se diferencian, por eso hay maestros, guías, aunque todos seamos iguales.

De vez en cuando,  en nuestro vivir diario, nos cruzamos de una tribu a otra, o mas bien con personas de otras tribus, pero al regresar lo hacemos a la gran familia de donde habíamos salido en su momento antes de ocupar un caparazón.

Siguiendo el planteamiento de los antiguos, al venir a esta dimensión y encarnar una célula de vida que evoluciona después de ser creada por los padres hasta llegar a ser un ser vivo con nuestras características físicas, intelectuales y afectivas vamos olvidando lo aprendido donde antes estuvimos y ya después de los tres años de edad bajo este cuerpo o caparazón olvidamos prácticamente todo lo que quedaba en nuestro archivo genético espiritual.

Volviendo al “paraíso”; puede que en ese estado de conciencia “algo” obstaculice mi percepción de ese ente superior y me produzca cierta inquietud por no poder estar en mayor contacto con la misma o el mismo, no hay genero. Esto suele ser “temporal”, pues todo es dinámico, nada es estable en ninguna de nuestras dimensiones, todo avanza o decrece, pero nada es estático o inactivo.

Cual hoyo negro la materia decrece en ella hasta que desaparece para surgir en otra dimensión con toda su fuerza y energía.

Si aceptamos que nos conformamos, somos,  tres partes distintas, donde sola una es fuera de tiempo y espacio, y es la que regresa a tener nuevas experiencias y conocimientos, si aceptamos lo anterior como premisa, lo demás es aceptable. Si no aceptamos ese hecho, pues todas las ideas anteriores  caen en el desierto, o al vacío. Ya aquí entra la creencia, la cultura, la educación y más que nada  la fe.

Puedo lograr que mi espíritu atemporal y aespacial en un momento no este en mi cuerpo, sino que “viaje” a otras formas o dimensiones y hablamos así de “trasladarnos” y poder percibir situaciones. 

En el fondo mi verdadero YO es esa parte atemporal que maneja como un títere el resto de nuestro ser natural.





miércoles, 21 de agosto de 2013

Embarazo a destiempo.

Nosotros los Padres y la Hija Embarazada a Tiempo

Primera impresión: Depresión, angustia, furia, desaliento, lágrimas calladas, ilusión muerta.

Segunda reacción: Depende del padre, su formación, su carácter, su empatía con la hija, el tiempo dedicado a ella en un pasado; puede ser muestra de rechazo y salida de la casa sin amparo o de tratar de entender, comprender la situación. 

¿Quiénes pueden quedar en estado a temprana edad fuera del matrimonio?

Todas evidentemente pero, sorprendentemente, son las jóvenes más ingenuas, inesperadas, aquellas de las cuales uno nunca pensaría que caerían en la "tentación", pues las que mucho hablan y  mucho hacen; están preparadas o exigen que el varón se prepare.

Las dulces, tímidas, aquellas a quienes los profesores quieren por su responsabilidad, dedicación y honestidad: esas suelen ser las que de pronto por un desliz quedan con un problema en su vientre. Dada su responsabilidad lo acogen y no buscan evitarlo. Dado su honestidad y serenidad enfrentan solas o  acompañadas su situación.

¿Por qué lo hacen? Por amor, por sentirse amadas, y necesitar sentirse queridas, aceptadas.

Es muy frecuente en hijas de padres divorciados, donde la madre, por problemas de trabajo o por carencias personales no están en casa. No hay tiempo suficiente para hablar, conversar, compartir. Se busca cariño. Se desea sentirse amada. Se cree que ese amor es verdadero y se va cediendo, cediendo.

Si la hija viene con un problema como éste, la única solución es compartir con ella el momento y transformando en alegría.

Si hablamos con la hija, la preparamos mentalmente, la instruimos y sobre todo si la queremos logramos que no se dé la situación.

Reconozco que es la madre quien tiene más presencia en este asunto antes de suceder, los papás después que sucede.

En otras palabras, la ausencia de la madre incide en la carencia de amor continuo hacia la hija; los padres ayudamos, pero no somos tan importantes como las madres en esta etapa del desarrollo de nuestras hijas.



Martes 26 de Diciembre de 1989 El Siglo Pagina 11

jueves, 15 de agosto de 2013

Opté

Yo elegí ser dominicano. Pude haberme quedado en USA, pude haber tenido la residencia y no lo hice. Pude optar por quedarme en USA y usar las leyes para el isleño  que sale, pero no lo hice. Opté por ser ciudadano dominicano, opté por ser enterrado aquí, opté por ser parte de la tierra de mis hijos, opté.

Y en cierta forma pienso que soy más dominicano que muchos, pues  fue una opción, una decisión, no una casualidad. Pienso que conozco la historia del país mejor que muchos, trato de enseñar el amor a estos dos tercios de isla que nos toca como si hubiese nacido en ella.

Los alumnos que me han tocado saben de esto, ellos saben  que Dios va primero, Patria va segundo por encima de madre o padre o familia y luego todo lo demás.

Escribí el juramento del la bandera que se recitaba en Senderos todos los días que dice: “ Juro por la bandera de mi país, la República Dominicana, su cultura y sus costumbres que ella representa, una nación, joven,  viva y llena de esperanzas como nosotros”.

E insisto en su cultura, en sus costumbres en amar lo que somos, lo que tenemos.

Me enmarco dentro de la historia dominicana como liberal a lo Luperón  y a lo Ulises Francisco  Espaillat y nunca bajo ningún concepto a ser anexionista, vende patria como tristemente ha sucedido en la historia por falta de creer en nosotros mismos como país, con capacidad de ser, de crecer. Me opongo a que lo de fuera es mejor a lo nuestro, al contrario, nuestras cosas quizás no sean perfectas pero el sabor y el contexto   los hace únicos.

Quizás soy más Boschista que los mismos del partido, porque no tengo compromisos. De hecho no soy de partido alguno.


Soy ciudadano dominicano gracias a  que en   julio de 1982 el presidente  Don Antonio Guzmán firmó mi ciudadanía que Balaguer nunca quiso otorgar. Yo elegí,  y no me arrepiento ni un chin de haberlo hecho, opté por seguir siendo parte de una isla y renuncié a la tierra “firme” continental. Opté.


domingo, 11 de agosto de 2013

Nosotros los Padres , Nos Ponemos Viejos


Desde que llega la criatura al hogar, después que pasa la euforia del nacimiento, la tensión de si todo salió bien, las olas de flores felicitando a la madre; nos cae un peso en la espalda, más bien sobre los hombros, nos achicamos de pronto por la responsabilidad, por las malas noches, al ver el nuevo fruto que va despertándose.

Ya nada es igual. Hay un adaptarse a la nueva situación, a pensar en tres y no en dos. Cuando eran dos se dormía, donde cogiese el día, se comía cualquier Cosa. El espíritu de aventura se adormece. De pronto somos más caseros, más sedentarios, más temerosos del futuro y ya no sólo importa el presente sino asegurar el futuro. Por primera vez uno piensa la posibilidad de dejar de existir, de dejar abandonado el nuevo miembro de la familia; su educación nos empieza a atormentar la vida, los accidentes, los robos de niños.

Empezamos a leer noticias de males acaecidos a otros niños, y sentimos como si fuesen nuestros, los padecemos  igual que sí fuéramos nosotros los padres de los niños en desgracia.

A medida que crece el niño o la niña volvemos a ver muñequitos, a fijarnos en los juguetes y a recordar nuestros días, aquellas esperas de Reyes, el Niño Jesús; y cual ancianos revivimos aquellos  días y lo contamos, nos sonreímos y a veces se nos humedecen los ojos. Y ellos siguen creciendo y pasamos a ser "chaperones" de cumpleaños. A no saber qué hacer ante esas situaciones nuevas de aburrimiento.

Cuántas cosas hacemos con tal de ver una sonrisa, una mirada alegre y destellante. Como quien no quiere las cosas; nos sentimos suegros de las niñas o los niños que llaman a la casa y empezamos a hablar de los futuros nietos que aún faltan años por llegar, pero que tal vez la "nueva ola juvenil" nos adelante el día con la sorpresa, un acto inesperado. Qué viejos nos ponemos!!


Jorge R Ruiz, publicado
Jueves 21 de Diciembre de 1989, El Siglo,  Pagina. 15








miércoles, 7 de agosto de 2013

El silencio.

El silencio es dejar de decir, el no comunicar, el no hablar, la ausencia de sonido. No estamos acostumbrados al silencio, necesitamos el radio, la televisión encendida, el silencio no es parte de nuestra cultura actual. Desde que llegamos a la casa prendemos el radio o el televisor, o cualquier otra forma de emisor musical. Necesitamos sentir que alguien nos acompaña mientras conducimos el auto, mientras esperamos, nos ponemos los audífonos y nos aislamos. Ponemos sonido rompe tímpanos en el auto no importa que  todos sufran tu ruido. Contra mas alto y vibrante, mejor.

 En cambio,  el silencio  es la fuente de inspiración, es la fuente de la creatividad y quizás el único camino de saber que hacer, en un momento dado, escuchar nuestro  interior, escuchar la conciencia, escuchar el consejo de los que nos acompañan paralelamente en este viaje, escuchar los adentros de uno.

El silencio no existe, a no ser que callemos a nuestro propio yo hablando y hablando lo que si y lo que no, discutiendo conmigo mismo.  El silencio es una forma de entender el yo, el nos, el todo, el silencio nos da fuerzas, nos da esperanza, nos da energía que quizás de otra forma no somos capaces de entender y de tener.

El silencio  que invade todo, no es  soportado o aguantado hoy día, asusta; en cambio el silencio antes era la forma más fácil de comunicar dos seres que se amaban; se comunicaban en el murmullo,  en la respiración, en el sentir del corazón, en una simple mirada.

El silencio es la forma de escuchar lo que se desea que uno haga en el diario vivir. Es trasladar tu mente a ese espacio sin ruido que permita el que puedas captar el mensaje con facilidad y sin ambigüedad, con certeza de que ese es el mensaje. Debes saber que símbolos o signos están usando para mandarte el mensaje, de ahí el estar atento para sintonizar el canal adecuado, el canal correcto para  poder recibir y si es posible el  preguntar en búsqueda de una respuesta acorde a la vivencia o circunstancia del momento.

Hay un sonido en el silencio que debemos aprender a escuchar. Hay un sonido en el silencio del mar que debemos aprender a escuchar. Hay un sonido en el silencio de la naturaleza en su amanecer o atardecer que debemos aprender a escuchar. Hay un sonido en la naturaleza detrás de los cantos de las aves, de los grillos, de los gallos, del aire mismo al mover las ramas que debemos aprender a escuchar.

El silencio es saber escuchar lo que hay que escuchar, eliminando todo ruido innecesario que amordaza la palabra dicha por el silencio.



lunes, 5 de agosto de 2013

Nosotros los padres.

"UN PROFESOR DEFINE   Los tipos  de padres que existen

Jorge Ruiz es un maestro muy preocupado por la relación hogar escuela, padres-hijos, maestros-alumnos. Es además, un fiel seguidor de la revista Listín 2000. Con la finalidad de colaborar con nosotros y con los padres de nuestros jóvenes, envió el artículo que publicamos hoy. En el mismo, el Licenciado Ruiz define y analiza los tipos de padres que existen, dependiendo de lo que esperan de sus hijos y la forma como los tratan.

Nosotros los Padres.

En el diario vivir académico en contacto con los padres de los alumnos, hemos llegado a la conclusión que hay tres tipos de padres:

1. Los que piensan que sus hijos son lo mejor que existe como personas.
2. Los que piensan que sus hijos son normales, nada fuera de lo común.
3. Los que están convencidos de que no son lo que ellos desean, que no funcionan.

Hablé de hijos. Y realmente debería decir hijo o hija, singular, porque no todos los hijos son vistos de igual forma.Los más, son los padres que piensan que sus hijos son igual al resto de los mortales, y si hiciésemos una curva normal, estarían en los extremos los dos grupos faltantes: los super y los sub.

A su vez, sería honesto especificar que cada una de estas clasificaciones que hemos expresado tiene una división bipolar:

Por un lado, los padres que hacen algo para que eso sea así, (que sean súper o sub), y por el otro lado, los que no hacen absolutamente nada. En el centro de la división encontramos a los que a veces sí hacen y a los que a veces no hacen nada para que sus hijos sean lo que ellos piensan que son.

Esto nos daría una nueva clasificación de los padres en tres grandes divisiones, con
dos extremos y un punto intermedio.

Vamos a tratar de exponer los rasgos de cada uno de estos padres.

Ahora todos somos protagonistas.

Primera posibilidad

Mi hijo o hija es super, y me esfuerzo porque sea así. El padre o la madre encuentran que es el ser más inteligente, capacitado para fines escolares; que no necesita ser motivado para el estudio. Es super responsable, modelo, imagen a imitar por hermanos y primos. Además sus calificaciones son siempre A.

El progenitor vela siempre por sus tareas, las revisa, busca que estén perfectas, busca al hijo nuevos libros, revistas, información para las investigaciones. El niño es motivado continuamente para que sea el mejor. Si una calificación decae, la llamada a la escuela es de rigor, o se espera a que llegue el primer maestro para saber por qué esa calificación bajó. Durante largo rato, el  padre insiste en convencer al profesor de que el hijo puede volver a su ritmo anterior.

El hijo a su vez tiende a manifestarse inseguro, tímido. Apenas habla en el aula, no vaya a ser que lo confundan y le bajen la calificación: por hablar fuera de tiempo o por posible equivocación ante una pregunta.  Se mantiene pegado al libro y a lo que éste dice. Cuando la pregunta va más allá del reconocimiento, no sabe contestar. Se acostumbró a decir lo que el libro dice, pues así tenía seguro los puntos máximos en las preguntas sin tener que discutir mucho.

La catástrofe surge cuando el joven se cansa de la situación, o el nivel de estudio cambia, o se pasa a la práctica del trabajo y no al recitar lo aprendido. Un error de este joven no es permitido, no es aceptado.

Segunda posibilidad:

Mi hijo es super pero no hago nada por ello. Para qué preguntarle si estudió, si él siempre lo hace. Para qué preguntarle cómo le fue en la escuela o en el colegio si ya sé que a él siempre le va bien. Para qué preguntar cuándo dan las calificaciones si ya sé que todas son A. Para qué supervisar lo que hace si él sabe más que yo. El hace lo que quiere: lee hasta el amanecer, inventa continuamente nuevos experimentos que presentar, siempre está inventando cosas... hasta un día.

El dia en que él mismo se pregunte: ¿y para qué hago las cosas, si mis padres no reconocen lo que yo hago? Ellos no me quieren, pues no se interesan por lo que yo hago. Debo dejar de hacer las cosas bien, abandonarme para que ellos se interesen por mí. El desánimo, el desinterés por la vida tarde o temprano aparece.

Tercera posibilidad:

Mi hijo es super y yo de vez en cuando lo estímulo, lo supervisó y le doy libertad de acción acorde a su edad y capacidad adquirida.

Este padre está en el centro, tiene las riendas en la mano manteniendo el control de la situación. Se hace sentir continuamente, pero de forma intermitente.  El hijo sabe que él es libre de actuar, pero basta el levantar la mirada y ahí encontrará al padre en plan de ayudarle; no de recriminarle."

Listín 2000, Domingo 8 de octubre de 1989, página 16