jueves, 15 de agosto de 2013

Opté

Yo elegí ser dominicano. Pude haberme quedado en USA, pude haber tenido la residencia y no lo hice. Pude optar por quedarme en USA y usar las leyes para el isleño  que sale, pero no lo hice. Opté por ser ciudadano dominicano, opté por ser enterrado aquí, opté por ser parte de la tierra de mis hijos, opté.

Y en cierta forma pienso que soy más dominicano que muchos, pues  fue una opción, una decisión, no una casualidad. Pienso que conozco la historia del país mejor que muchos, trato de enseñar el amor a estos dos tercios de isla que nos toca como si hubiese nacido en ella.

Los alumnos que me han tocado saben de esto, ellos saben  que Dios va primero, Patria va segundo por encima de madre o padre o familia y luego todo lo demás.

Escribí el juramento del la bandera que se recitaba en Senderos todos los días que dice: “ Juro por la bandera de mi país, la República Dominicana, su cultura y sus costumbres que ella representa, una nación, joven,  viva y llena de esperanzas como nosotros”.

E insisto en su cultura, en sus costumbres en amar lo que somos, lo que tenemos.

Me enmarco dentro de la historia dominicana como liberal a lo Luperón  y a lo Ulises Francisco  Espaillat y nunca bajo ningún concepto a ser anexionista, vende patria como tristemente ha sucedido en la historia por falta de creer en nosotros mismos como país, con capacidad de ser, de crecer. Me opongo a que lo de fuera es mejor a lo nuestro, al contrario, nuestras cosas quizás no sean perfectas pero el sabor y el contexto   los hace únicos.

Quizás soy más Boschista que los mismos del partido, porque no tengo compromisos. De hecho no soy de partido alguno.


Soy ciudadano dominicano gracias a  que en   julio de 1982 el presidente  Don Antonio Guzmán firmó mi ciudadanía que Balaguer nunca quiso otorgar. Yo elegí,  y no me arrepiento ni un chin de haberlo hecho, opté por seguir siendo parte de una isla y renuncié a la tierra “firme” continental. Opté.


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