DIVARIANDO
Desvariando,
decir incoherencias, disparates, decir cosas sin sentido común, delirar. Todo
eso es lo que quisiera hacer, divariar.
Es difícil hoy día
estar al tanto de que sucede en el mundo. Somos más luego más cosas suceden.
Las distancias son las mismas, pero se han achicado a punto de que en segundos
o en partículas de segundo ya estamos “presentes” ante un evento distante.
Donde vayas
encuentras una pantalla dominando la sala, entrada al hogar. Ya en la película
Fahrenheit 451 de mediados de los años 60 se nos vaticinaba una
sociedad sin libros, donde el tener libros era un delito castigado con prisión.
Parece que ya es
fuera de lo común el tener libros en la casa. Antes uno decoraba toda una pared
con libros, era todo un orgullo. Los libros con láminas y fotos pasaron luego a
ser objeto de decoración sobre las mesas de la sala o en el estar. Hoy es el
plasma, los libros se han ido, y si aparecen es en forma de una tableta.
Me dicen que publique
un libro. Otros me dicen que ya está publicado, pero le fata una unidad
temática e imprimir, pero ya está escrito. En realidad me lo cuestiono, si los
libros lentamente carecen de uso, para qué esforzarse en tiempo, esfuerzo y
dinero en “Gutumbiarlo”, quizás deba seguir el consejo y darle unidad
temática y luego digitalizarlo, meterlo en una nube; no sé qué es mejor,
soy del ayer tratando de estar en el mañana.
En Europa hay libros
que se imprimen y quedan en estantes a ser reciclados y nunca salen al
publico por falta de la luz brillante del mercado que los impulse y les
de luz propia. El libro, necesita de un mercado para no convertirse antes
de nacer en pulpa, para ser usado en otro libro que aun no se ha impreso.
Cada vez son más los
que han donado sus libros ya leídos, pues de necesitarlos los tienen a la ley
de un dedo en sus tablets y no le ocupan espacio en su habitat, ni le guardan
polvo, ni hay que limpiarlos; a solo el movimiento de un dedo lo bajan de la
“nube” donde han sido almacenados, o en un” memory stick”.
Hoy todo es más
rápido, todo luce más rápido, pero nuestro crecimiento medular, cerebral y
espiritual tiene su propio ritmo, su propio desarrollo. No es tan rápido
como la electrónica, lo tecnológico, de ahí que los más jóvenes lo captan
de una vez, pero nosotros los mayores, hay que llevarnos al paso.
El Padre Francisco ha
abogado en cuidar a los abuelos, a los mayores, que somos, ya me incluyo
en ellos, los portadores de la cultura, de las costumbres, de la historia y nos
solicita a nosotros que hablemos, contemos, que dejemos nuestro legado escrito,
dicho, contado, expresado, comunicado para que no se olvide. Debemos recurrir a
los recuerdos de los abuelos. Estos cuentos siempre serán mas humanos,
mas calientes que un frío chip.
Ahora mi blog tiene
más sentido: en la esquina del olvido, antes de que se voltee o se doble la
esquina y se nos haya olvidado el ayer, la vivencia, la experiencia, el amor y
el desamor, el sufrir y el reír, la razón de una existencia, la nuestra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario