miércoles, 18 de septiembre de 2013

DIVARIANDO

DIVARIANDO 
               
 Desvariando, decir incoherencias, disparates, decir cosas sin sentido común, delirar. Todo eso es lo que quisiera hacer, divariar.

Es difícil hoy día estar al tanto de que sucede en el mundo. Somos más luego más cosas suceden. Las distancias son las mismas, pero se han achicado a punto de que en segundos o en partículas de segundo ya estamos “presentes” ante un evento distante.

Donde vayas encuentras una pantalla dominando la sala, entrada al hogar. Ya en la película Fahrenheit  451  de mediados de los años 60 se nos vaticinaba una sociedad sin libros, donde el tener libros era un delito castigado con prisión.

Parece que ya es fuera de lo común el tener libros en la casa. Antes uno decoraba toda una pared con libros, era todo un orgullo. Los libros con láminas y fotos pasaron luego a ser objeto de decoración sobre las mesas de la sala o en el estar. Hoy es el plasma, los libros se han ido, y si aparecen es en forma de una tableta.

Me dicen que publique un libro. Otros me dicen que ya está publicado, pero le fata una unidad temática e imprimir, pero ya está escrito. En realidad me lo cuestiono, si los libros lentamente carecen de uso, para qué esforzarse en tiempo, esfuerzo y dinero en  “Gutumbiarlo”, quizás deba seguir el consejo y darle unidad temática y luego  digitalizarlo, meterlo en una nube; no sé qué es mejor, soy del ayer tratando de estar en el mañana.

En Europa hay libros que se imprimen y quedan en estantes a ser reciclados y nunca  salen al publico por falta de la  luz brillante del mercado que los impulse y les de  luz propia. El libro, necesita de un mercado para no convertirse antes de nacer en pulpa,  para ser usado en otro libro que aun no se ha impreso.

Cada vez son más los que han donado sus libros ya leídos, pues de necesitarlos los tienen a la ley de un dedo en sus tablets y no le ocupan espacio en su habitat, ni le guardan polvo, ni hay que limpiarlos; a solo el movimiento de un dedo lo bajan de la “nube” donde han sido almacenados, o en un” memory stick”.

Hoy todo es más rápido, todo luce más rápido, pero nuestro crecimiento medular, cerebral y  espiritual tiene su propio ritmo, su propio desarrollo. No es tan rápido como la electrónica,  lo tecnológico, de ahí que los más jóvenes lo captan de una vez, pero nosotros los mayores, hay que llevarnos al paso.

El Padre Francisco ha abogado en cuidar a los abuelos, a los mayores,  que somos, ya me incluyo en ellos, los portadores de la cultura, de las costumbres, de la historia y nos solicita a nosotros que hablemos, contemos, que dejemos nuestro legado escrito, dicho, contado, expresado, comunicado para que no se olvide. Debemos recurrir a los recuerdos de los abuelos. Estos cuentos siempre serán  mas humanos, mas calientes que un frío chip.
                                       
Ahora mi blog tiene más sentido: en la esquina del olvido, antes de que se voltee o se doble la esquina y se nos haya olvidado el ayer, la vivencia, la experiencia, el amor y el desamor, el sufrir y el reír, la razón de una existencia, la nuestra.











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