jueves, 10 de abril de 2014

These eyes.

Una lluvia de pétalos acariciantes son lanzados con toda suavidad y delicadeza hacia un ser amado,  sea un bebe, una madre, un amigo o a cualquier  otro  ser querido digno de ser acariciado con flores imaginarias.

Puede también  expulsar cual pistola automática  clavos ardientes que te adhieran a una pared y quedes inmovilizado, inerte, sin palabras. Los ojos pueden pasar con toda o cierta facilidad de una etapa a otra, de pétalos a  clavos,  con un mero switch o resorte emocional.

Mucho hace aprendí que a los animales no se les debe ver directamente a los ojos; ellos  lo ven como una amenaza, una afrenta;  aunque siempre encontraremos su excepción a la regla.

Quizás esta sea la razón por la que  en algunas sociedades los adultos, las autoridades, los padres, los maestros  no permiten que los menores en edad o en posición dentro de la escala  social, les hablen mirando a sus ojos, lo ven también como una afrenta, una falta de respeto. Hay sociedades donde sus  mayores no han  evolucionado lo suficiente y aun comparten rasgos dentro de la escala baja de la biología.

Gracias a mi circunstancia histórica nací de unos padres y en una sociedad que era todo lo contrario, se veía como falta de respeto el hablar con alguien y no verle a los ojos. Cada sociedad, en su era o tiempo tiene su propia cultura que en el fondo debemos respetar, no todos somos iguales, yo no  me quejo de mi yo y sus circunstancias, las que me toco vivir,  crecer y pasasen  entonces a ser parte de mi yo interno.

Volviendo a mis animales. Toby era un perruno temido por todos los que pudieron conocerlo y de paso recibir sus colmillos en el calcañal al momento de partir o salir de la casa; todos le temían excepto  Italia, quien el era su adoración y compañero constante y fiel, su confidente; y yo era el otro que tampoco  le tenia miedo, pero lo tuve que domar, por aquello de no verle a los ojos. Tuve que recurrir al método del periódico dando sobre el piso, nunca,  nunca a el, para que Toby  entendiera que a mi se me respetaba sin gruñidos y amenazas, y que yo si podía verle a los ojos. Lo logre, pase a ser el jefe total de la manada de mi hogar.

Tom, también hizo sus amagos, pero abandono pronto su rebeldía o intento de supremacía y lo que mas le gustaba era que yo pusiese mi cara contra la de el, nos viésemos el uno al otro y siempre terminaba con una lengüetaza que me costaba esquivar y de una vez su cola movía y saltaba el todo de gozo.

Los animales no míos, los respeto y prefiero evitar la mirada, quizás por eso también suelo evitar la mirada de personas que no me son afines, no siento su carga energética positiva y enfilo hacia otro lado, prefiero mirar hacia otro sitio, evito el choque de miradas.

La parte del cuerpo que primero observo en una persona, son sus estrellas, me dan luz que viene de sus adentros   sobre su propia persona; es un pasaporte para mi de un posible confiar o no, de un  posible entablar una relación de cualquier tipo o no. Los ojos se desnudan, se delatan, se…no se.

Cuervos comiendo a picotazos los ojos de las victimas, de los caídos, es como ver picotear el alma de alguien, es como destruir la fuente de un espíritu y luego digerirla. Estas imágenes solo vistas por  mí de forma  irreal por medio de una película nunca las he soportado, lo rechazo desde mis entrañas.

Hubo una época en la cual se pensó que al morir la persona esta fotografiaba la última imagen captada al morir y ahí quedaba por un tiempo corto y definido en su retina los últimos microsegundos del difunto. Podríase por medios fotográficos posteriores, pero casi inmediatos hasta saberse que sucedió en su final, incluso se pensó que se podría ver a un ángel o algún ser ya ido esperando al que  partía, dejando su cuerpo detrás.

No oculto que una de las cosas que me impresionan de la imagen de Guadalupe en su manto  es que en los ojos de Lupe esta reflejada la imagen de las personas que estaban presentes cuando el indígena Diego abrió su manto lleno de flores,  según cuenta la tradición.

Por medio de los ojos el alma se purifica y se limpia al brotar agua de los mismos, uno delata sus emociones ya que no puede evitar que se humedezcan por si mismos. Los ojos  delatan nuestra picardía, ellos también son nuestro radar natural. Si enfermamos o nos da alergia son los primeros en saberlo. Si soñamos, ellos son los que se mueven de un lado a otro.

Una buena actriz o buen actor es quien sabe trasmitir sus emociones sin palabra alguna, solo  con los gestos, con la expresión de su cara, pero más que nada por el que no miente, la mirada, los ojos, su brillo y su expresión. No olvidemos que hay actores y actrices en el dia a dia que tambien nos pueden hacer pensar lo que no es, o mal interpretemos. Incluso hay veces que queremos leer en los ojos de alguien una lectura que no existe.

En una dama muchos miraran inicialmente otras áreas, pero para mi están el reflejo del alma, enfoco en los mismos de forma directa penetrante y la otra mirada me recibirá o me rechazara, o quizás me ignore. Los ojos sonríen, abrazan, ponen barreras, lanzan aguijones de avispas.

Los ojos, siempre me han gustado los ojos por encima de otro proveedor de los sentidos. Captan, recogen, envían, depuran, asimilan, escudriñan, seleccionan, detectan, rechazan; son  un par de grandes aspiradoras vivientes en contacto instantáneo con el cerebro que se nutre de su información. No solo capta también trasmite dolor, pena, angustia, alegría, duda, inquietud,  amor, pasión, destellos de felicidad, o un simple “ven, acércate”.

Desde el inicio, al escribir el titulo que me surgio,  no pude dejar de  recordar la canción de The Guess Who, “These eyes cry every night for you.
These eyes watched you bring my world to an end.
These eyes have seen a lot of loves…but never another one like you.”

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