martes, 12 de diciembre de 2017

Cuba y su cultura, o lo que aún recuerdo de ella #241

Al salir de la Isla al inicio de mi adolescencia, se  me hace cuesta arriba el conversar sobre la cultura cubana. Más aún cuando yo tengo un pequeño sancocho en mi mente, entre lo adquirido de mi madre y las dos  tías,  yucatecas todas, de la escuela o colegio norteamericano desde kindergarten hasta que salí y lo propio de la isla en la imagen de mi padre.

Sé que cuando visito a mi hermana en La Florida mis hijos de una vez me dicen que regresé con el acento. No me doy cuenta de esto, sale sin uno saberlo. Mis amistades cubanas hablan para mi normal, sin la papa en la boca y sin alzar la voz, más bien, de bajo volumen en relación al del dominicano en general. Pero sí hay un acento que según entiendo viene de las Islas Canarias y algo de Andalucía. Siento que los habitantes de Panamá tienen un tono parecido al de la isla. En cambio hacia la parte oriental de Cuba el cantado es más parecido al de Dominicana.  Cuando vayas al Cobre quiero que me traigas una virgencita de la Caridad, yo no quiero…sólo Virgen de la Caridad.

De lo que se ve en al ámbito cultural, heredé mi gusto por el ron, los mojitos, la cerveza y el chupar el tabaco antes de encenderlo, nadie en mi familia isleña fuma tabaco, parece que  lo aprendí fuera.  Frijol o habichuela negra, y en mi casa al estilo Menocal, que es  más espesa y tiene su poco de vino y de azúcar. Yuca suave con su mojo de ajo, plátano en galleticas o mariquitas, arroz blanco desgranado, puerco en puya, arroz con pollo con el arroz con su azafrán (normalmente la pechuga se dividía entre mi padre y yo, los varones),  bisté de palomilla  como una sábana con su perejil y cebolla picadita encima y la salsa propia de la misma carne, carne de res en picadillo con su huevo frito y arroz, vaca frita, pechuga frita como la de vaca, esto lo aprendí en Miami.  Los aretes que le faltan a la luna…

Parece que lo que más recuerdo es todo  lo referente a la comida porque me falta mencionar la frita con papita chiquitica mejor que una hamburguesa, el cucurucho de maní que hasta su canción le hicieron. El guarapo o jugo de la caña en su vaso y su pajita,  calimete o popote. Los pasteles de carne de res o de pollo o de camarones o cangrejo que acá en Dominicana decimos turcos. Todo lo que sea guayaba, mermelada, casquitos, pasta con su queso crema al estilo Filadelfia. Y el sándwich cubano, ya universal, la media noche con un pan más dulce, y lo que  al llegar a Miami casi saliendo del aeropuerto me voy a comer: un  pan con bisté con su agrio de naranja lleno de papitas fritas finitas y cebolla, y el tamal envuelto en hojas como si fuese un pastel en hoja, pero de maíz. Allá lo vendían por las calles diciendo pican y no pican, como al granizado o hielo rayado con un licor sobre el mismo, el mío es, pues en 360 lo encuentro, anís con frambuesa. Por eso tiendo a ser gordo, la comida es lo que más me llama la atención dentro de todo lo cultural. ¡Mambo, Que rico el mambo es, es!

Usamos el VIEJA para demostrar cariño. Los diminutivos con igual intención, niñita, bebita, caballerito, damita, el uso de diminutivos conlleva un sentido de cariño por detrás. La forma de hablar, Y Un OYYEEE, CABALLEEEERO, ESTO ESTA DE…, Bueno, no hay más que oír al mediodía todos los días el programa de radio con TRES PATINES y nos reímos de lo mismo una y otra vez. ¡QUE COSA MAS GRANDE! 

Hogar es de la madre, siempre que no tenga que trabajar, si trabaja la ayuda de una persona en el servicio doméstico estará presente quien suele ser parte de la familia con el tiempo y el trato, aunque no coma en la mesa con los demás. Late y sigue latiendo porque la tierra vida le da.

Padre es el proveedor, y busca que todos estén en salud y contentos, para no usar la palabra felices. El trabajo viene a ser su principal preocupación en su diario vivir. No tan cariñoso con los de la familia, sino responsable, dedicado, siempre presente ante cualquier emergencia. Y de mayorcitos son más cariñosos con los nietos. Su meta es el trabajo y crecer social y económicamente a base de su esfuerzo. Tú me acostumbraste, a todas esas cosas, tú me enseñaste, que son maravillosas.

Existe el estereotipo de que sabemos bailar, rumba, salsa, chacha, danzón o lo que sea. Para mi es sólo un estereotipo que cuando se dan cuenta que conmigo no se cumple, la cara de decepción es bien notoria. No sé explicarme qué pasó, pero de ti me enamoré.

Religiosos, pero santeros y devotos a La Caridad del Cobre, San Lázaro, Santa Bárbara y todas las profecías de los espiritistas gracias a Chango. No obstante, bautizo y boda dentro de la Iglesia. Últimamente otras religiones cristianas compiten con la católica en este aspecto. ¿Qué culpa tengo yo de ese tambor?

Solidario con los que le rodean y no le rodean, con los que conoce y no conoce, hasta que duela. Y tu imagen no se me borra, no, no, no.

Competimos con  algunos habitantes   del cono sur, en ser quién más sabe sobre cualquier cosa con la desventaja para ellos que al vivir lejos del imperio no tuvieron el primer ferrocarril en el nuevo mundo durante la colonia, el primer teléfono de manigueta y con monedas, TV a color, trasmisión de juego de baseball  de grandes ligas, vía avión interconectando, ni otras cosas que se experimentaban en la isla y luego pasaban al continente.   De dónde son esos cantantes, serán de la loma, serán de…

Artistas de toda índole, cantantes, danza, ballet, de instrumentos,  por doquier; peloteros ni se diga, luchadores de boxeo, campeones de ajedrez, lo que usted diga y hay uno nacido en la isla. ¡ Azúcar!

Jugar dominó, algo propio, más aún después de las fotos en la calle 8 de Miami. La guayabera o chacabana como vestimenta y su sombrero como de Panamá. Pluma fuente o bolígrafo en el bolsillo izquierdo con su forro de los lentes.   de mi tierra bella, de mi tierra santa. Oigo ese grito de los tambores.

La mujer bella, con ojos saltones, su cadera pronunciada, su pelo bien acomodado. Femenina, altiva, y al entrar a salón va diciendo, ¡aquí estoy yo! Y todos a mirar la belleza que hace entrada y se hace sentir. Eternamente te amo, eternamente Yolanda.

Asistí a una conferencia sobre el Caribe en la PUCMM en estos días y el retrato del pueblo cubano fue dicho así: “un pueblo que no llora”. Un pueblo que ante las tribulaciones las enfrenta como le es posible según el devenir histórico. Freddy Ginebra en uno de sus artículos sabatinos dice que "se reinventan" al hablar de los cubanos. Ojalá que la luna  pueda salir sin ti, Ojalá que la tierra…

Orgullosos de ser de la isla, orgullosos de haber nacido en ella y en el fondo, como canta Albita: qué culpa tiene uno de haber nacido en Cuba.


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