martes, 12 de diciembre de 2017

El Pesebre #240

Se quemó el fusible, otra vez. Fui, desenrosque y puse otro. Había hecho una mala conexión y se rompió el filamento. Eso pasa por ponerme  a hacer yo  solo el nacimiento, era época de navidad, yo tendría 10 años  de edad. Más viejo no, pues luego no se pusieron adornos típicos de la época de navidad por razones políticas. Juntarnos con la familia sí, pero festejar no. Se repetía por radio rebelde 0 cine,  0 cabaret, 0 compras en 1958,  así que fue antes de esa fecha  lo del incidente eléctrico y ya luego llegó el cambio total.

Uno dice nacimiento, pero lo que trataba era de hacer un pesebre y esto significa el receptáculo o depósito en el que se les deja el alimento a los animales para que estos puedan comer, pero lo sé ahora, en aquel momento no y uno usa la imaginación y en este caso la mía a los diez de edad.

Recuerdo poner papel manila, estrujarlo para que lucieran montañas, árido todo con algún espejito que luciese un lago o bebedero. Una especie de cueva en medio de la montaña de papel y ese era el pesebre para mí. Las figuras estaban ahí, las trajeron de México mis tías en uno de sus viajes, precisamente a mí me las trajeron. El tamaño de todo lo ponían las figuras.

Esto de  hacer pesebres o nacimientos en las casas e iglesias fue traído de España por los sacerdotes y frailes franciscanos en su proceso de colonización de las Américas. Ellos a su vez lo aprendieron de su fundador, Francisco de Asís, el cual en el año 1223 en la Ermita de Greccio en Italia mientras oraba meditaba se le ocurrió hacerlo con personas, en vivo. De ahí nació la tradición que lentamente hoy día Santa Claus va eliminando.

En el pesebre que poseo lo que menos hay son ovejas, sino vaca y caballos, pues estamos en Las Antillas, el Caribe, y no en Belén. Lo que si ponemos, además,  son las tres figuras de los sabios de oriente, de los sacerdotes, de los reyes magos, bueno los que Mateo o Leví relató en su mensaje o evangelio y por eso seguimos repitiendo lo que él escribió y un poco lo que Lucas también contó, aquello de los pastores visitando a José, a María y a Jesús recién nacido.

 Unimos nacimiento, con la visita de sabios en un solo espacio. Unimos la tradición judía de que nacería un mesías, lo escrito por el hebreo  Mateo en Judea y luego más tarde por Lucas, un turco discípulo de Pablo quien escribió su mensaje en Grecia, la ocurrencia de un italiano, la presencia española que nos la enseño, y la imaginación de un antillano, en este caso, yo usando una figuras mexicanas.

¿Y no creen que en el fondo tenemos un coctel de culturas y pensares actuando entre sí?  Todo parte de una cultura o subcultura de una región o país unido a sus creencias y tradiciones.



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