DECIDIR
¿Qué’ seguridad tenemos de que lo decidido es lo más correcto? ¿Hasta qué punto haber elegido una persona para estar con ella el resto de la vida o parte de ella ha sido una buena decisión?
Hacemos las cosas a ciegas, decidimos a ciegas, con la información que tenemos delante y muchas veces hay más información, pero no la vemos, por incapacidad o simplemente no deseamos ver. De todas formas decidimos y nos sentimos libres, pues no cabe duda que fuimos nosotros quien dio el SI, pero: ¿realmente fuimos libres?
Hasta que punto hay razones que no vemos o sentimos que nos manejan inconscientemente.
Somos producto del pasado, el pasado se hace porvenir continuamente, fuerzas ocultas dentro de nuestra psiquis, mente, cuerpo actúan, no dejan de actuar.
Los recuerdos salen a flor ante una música, un olor, una frase, una escena y descubrimos que dentro de nosotros hay un almacén de recuerdos que salen a flote, pero y los que no salen conscientemente, esos permanecen allí, siguen vivos en nuestro diario vivir, no han muerto, tienen vida propia.
¿Somos libres al decidir? ¿Los genes no decidieron por mí? ¿El ADN mío, particular y privado, no decidió por mi? ¿Lo aprendido por la educación casera, la educación formal o social no decidió por mí? Hasta que punto pensamos que somos libres por un SI o un NO emitido. Y cuantas veces después que hemos dicho Si, nos hemos arrepentido y ya es tarde, o un NO y desearíamos volver atrás, pero el atrás ya no existe, se fue, se hizo pasado, ¡se quedo sin porvenir!
Puede que corrijamos nuestro juicio, hagamos un Nuevo juicio, pero en el fondo ya habíamos enjuiciado. Sera de sabios enmendar lo mal realizado, pero el tiempo ha pasado, la circunstancia es distinta y aunque cambiemos, cambiamos en otro tiempo, en segundos distintos y con trascendencia diferente, nada es igual.
Se interpretaría por duda un cambio de opinión, pero nada es igual a antes. El compromiso inicial vario, por que el momento es otro. Todo se mueve, todo avanza y uno desea perfeccionar lo anterior y ¿cómo?, si ya hay otras implicaciones, otros participan o son “collateral damages” de tu decisión inicial.
Hijos, familia, amigos, compañeros. Nuestro actuar no es en el desierto, sino en sociedad por más solo que pensemos que estamos. Repercute hasta después de habernos ido, repercute en nuestras próximas vidas, repercute en el espacio y lugar donde estaremos ante el QUIZAS.
Un SI o un No trasciende el espacio, y nos deja atados. Podemos pedir perdón, excusas, pero el papel esta arrugado, nos dan el perdón, pero el papel no puede alisarse, nos aceptan las excusas, aunque las líneas están allí, sus marcas.
El decidir no tomar decisión, no querer dar un SI o un NO, es una decisión que trasciende de igual forma, quizás no nos equivoquemos en el juicio, pero se tomo’ una decisión que afecta nuestro porvenir, no se quiso tener un compromiso, sentirse comprometido, comprometerse con algo o con alguien, y el no comprometernos nos compromete, nos aísla, nos aparta, nos aleja, nos hace más solos.
Por donde quiera que lo veamos, ¿hay libertad al actuar? El hoy se hace pasado y ese pasado sigue vivo sin ser presente, sin dejar de ser realmente pasado y no es un futuro aunque es parte del futuro porque esta ahí en mi mente, en mi psiquis, en mi energía global, en mi yo mas recóndito, en mi propio Ser y será parte de mis próximas decisiones, de mi próximas vidas, de mis próximos aciertos o errores, de mi próximo devenir. Son parte de mi todo.
3 de octubre, 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario