sábado, 25 de junio de 2011

Jorge Armando

Ese es el nombre de mi padre. Yo he encontrado tarjetas, medallitas con ese nombre y la fecha de mi nacimiento; parece que la intención era llamarme así, Jorge Armando y a última hora apareció el RAMON en lugar de ARMANDO. Mi padre fue quien me declaró, así que no sé de quien fue la equivocación.

Ese también es el nombre de mi hijo. Italia lo seleccionó. Ella es más tradicional que yo y entendía que el nombre tenía que ponerse acorde a la familia y que ese nombre era bonito, era de novela. De hecho mucho tiempo antes ya sabíamos que el varón iba a ser Jorge  Armando y la hembra, Farah María.  Sólo llegó el varón.

Quizás muchos no saben  que antes de nacer Jorge Armando (JA) ya habíamos perdido algunas barrigas y después de él también.  Hoy sabemos que eso es parte del todo de la enfermedad de Italia, el  Síndrome antifosfolipedo.  La más dramática de las perdidas fue cuando vivíamos cerca de la Bocha que el sangrado era tan grande que las toallas no daban abasto, llamamos a una ambulancia y en aquel entonces no existía Movimed, así que llego tarde, perdida, destartalada y me di golpes en las manos aguantando la camilla, pues no tenia como quedarse quieta, sin asistencia médica, ella y yo solos en la ambulancia con un chofer a la UCE.

Fue tan dramático que Italia me hizo buscar a Jorge Armando para despedirse de  él, pues ella entendía que no salía de esa. Me hizo prometer no se cuanta cosas y bueno, salimos, como en tantas otras situaciones similares.

No menos  dramático por las consecuencias  fue en Santiago estando en los Jardines; sucedió lo mismo, llamamos a Farah, fuimos a la clínica y ya,  nos quedamos sin Farah María.

Por todo lo anterior, Jorge Armando no es hijo único por nuestra disposición, sino por cosas de la vida, de la naturaleza.

Como ya sabíamos que iba a ser así tratamos de que fuese lo más independiente posible, lo mas él, y se tomó la decisión de que tan pronto supiese español, buscar una escuela donde él fuese la figura y nosotros los desconocidos, y así fue.  Se alfabetizo en Senderos y pasó al American School donde terminó su secundaria.  Ahí pasamos a ser  los padres de Jorge o del George.

Desde el quinto curso finalizado lo mandamos a Carolina del Norte a un campamento promocionado por la escuela para “gifted students”, al menos eso es lo que vendían y como su IQ o CI no es bajito, ahí se fue. Al principio llamaba a cada rato, pero luego ni se acordaba de nosotros. Allá aprendió que era alérgico a las picadas de abeja y la glotis por cerrar, y el aparataje americano llevándolo al hospital donde quedo solo y nosotros sin poder hacer absolutamente nada.

Todo lo hicimos pensando en que no debía lucir,  ser y actuar como hijo único. Pienso que nadie se da cuenta de que es hijo único de Italia y yo.  Puede que se nos haya pasado la mano en eso   de ser  independiente, bueno, honestamente, a veces quisiera que fuera menos, sólo un poquitico menos.

En la familia materna lo conocen por Kiko y sus primos le dicen Kikin.  Todo porque cuando era peque tenia como unas bolsas bajo  los ojos y yo le decía, tienes una bolsa como “Kiko the kangaroo” y de ahí nació Kiko e Italia era quien más usaba el mote.

Estando en esa casa cerca de la Bocha, en un cuarto con mis cajas donde estaba la cama de mi mamá, yo sacaba cosas para ordenar y él (JA) de pronto le dijo a la abuela delante de Italia y de mi, “abuela, este soy yo cuando tu me enamoraste” y señaló la foto de mi papá.   Hubo un gran silencio.  Italia, ni corta ni perezosa buscó una foto de mi papá con mucho mas personas  alrededor y le preguntó, ¿dónde estas tu?  El sin titubear dijo “aquí, papi tú no te acuerdas que yo te regalé una pelota cuando yo era tu papá?”  Más silencio.  Hubo una tercera foto y lo mismo. Menos mal que Italia estaba presente, pues ella no nos hubiese creído; en este caso ella lo supo por si misma.

  Bueno, no se habló más del asunto hasta mucho más tarde en que se le comunicó a Jorge Armando lo que había  dicho, ya con más edad. Cuando sucedió lo que contamos el andaba cerca de los tres años de edad.   Le dije, ya siendo adolescente, parece que tú eras mi papá y por eso a veces te equivocas y nos hablas como si fueses mi papá de verdad en esta vida.  Mandón.  Jorge Armando imitando a Jorge Armando.

Bueno esa es la historia de Jorge Armando y su nombre. ¡Que sorpresas nos trae la vida! 

Enero 02 2011    

sábado, 18 de junio de 2011

JOSE

¿Cómo me imagino a José, el de María?  Si María tenía 14 años, según la tradición, cuando fue visitada por el ángel, él debería ser mayor que ella, pero no un viejo con barbas, sino un poco  mayor, 17 o 18 años.

Si ya las familias se habían combinado para casarlos debería de conocer a María por lo menos meses antes para haber compartido alguna que otra palabra y poder conocerla, no en el sentido bíblico, sino saber de ella internamente como persona. Se nos olvida que María era una recién púber. ¿Le llegó la menstruación cuándo?  Pues dos o tres años antes.  De lo contrario no le hubiese dicho al ángel,  “cómo si no conozco varón”, sino ‘cómo si no me ha llegado la cuestión’. En aquel entonces no dejaban a uno ni acercarse al novio o novia, así que José realmente no  conocía del todo a María.

María no pienso que  haya sido muy atrayente que digamos, físicamente, si lo hubiese sido, pues ya usted sabe en pueblo pequeño lo que se dice. No,  María tenía que haber sido timidona y que no atrajese a otros varones para así poder pasar  desapercibida. Pero eso sí, terca  que no manda madre para que a esa edad,  a pie, hubiese ido “de prisa” a ver a su pariente Isabel en un “área montañosa  de Judea” (Lucas 1, 39)   y José,  ya su esposo,  dejarla ir, así como sus padres donde aún vivía, en ese estado de gestación, aparentemente sola, porque no ‘dicen’ que fuese acompañada.  Mezcla de suavidad y dureza, dura para mantener su postura y suave para persuadir a uno, fíjense que a Jesús lo convenció de adelantar los planes de su vida, adelantó su hora de mostrarse al mundo,  en las bodas de Caná de Galilea;  él dijo que NO y ella sólo lo miró, supongo, porque de una vez ella al “NO” contestó:”hagan todo que él les diga”  (Juan 2, 5).  Nos entendimos, ¿verdad?  María era dura, jodona  de carácter.

Pero es de José que estoy hablando, así que si ella era dura, José debía haber sido más duro para poder aguantar todo eso, o era un menso total, pero no debía ser un menso porque él  fue quien dio la cara siempre de ese embarazo a destiempo, sin haberse esposado. No hay nada escrito de   palabra alguna pronunciada  por  José, y ahora que tengo en la cabeza  eso de J.C.Onetti de que “las únicas palabras que deben existir son las palabras que fuesen mejor que el silencio”, pues me parece que no  encontró palabra alguna, y se quedó mudo, en silencio. Aguantando callado y para eso hay que ser duro o menso, y ya sé que menso no era.

José tenía que haber sido un hombre muy responsable, devoto, creyente para aceptar  lo que aceptó porque  que en un sueño le dijese un ángel que aceptara a María aunque estuviese en cinta (Mateo I, 20-23),  bueno, el machismo siempre ha existido y en esa tribu más aún. O sea que José o era un cretino o un hombre de mucha fe y prefiero pensar  lo segundo.

Parece que a José le gustaba dormir su siesta  y tener un sueño pesado, porque otra vez en sueños le hablan y ahora le dicen que saliese  huyendo que iban a a matar a Jesús (Mateo 2, 13) y así lo hace;   y luego en otro sueño que regresara y así  lo hace (Mateo 2, 19).  Pensándolo bien,  es Mateo el que dice que a José le gustaba dormir porque ni Marcos, ni Lucas, ni Juan dicen nada de su soñar; la culpa de ese chisme es de Mateo.

Supongo que dejar todo lo que tiene, poco o mucho, dejarlo todo, lo trabajado, las amistades, su “punto” de trabajo  porque en un sueño le dijeron, bueno, pues… esta difícil y no sólo una vez,  sino dos veces, una hacia Egipto y otra de Egipto, sino además aquello de que la aceptara que eran cosas de Dios y no de hombre el ella estar en cinta, bueno,   yo no soy José,  ni Santo, aunque si varón y , coooññññooo eso estááá difíiicilll!!

Me imagino a José cuidando de María y de Jesús, más de Jesús que de María porque ya se  demuestra que ella se cuidaba sola. Me imagino al pobre José con las sorpresas que a cada rato Jesús le daba, porque si Jorge Armando a los tres años  me las daba creyéndose mi papá, imagínense ustedes a Jesús  diciendo que él no era su papá que su papá era otro.  No, no me digan que estoy inventando, la Biblia lo dice. “¿Por qué me buscaban?   ¿No saben que tengo que estar en la casa de mi padre?” (Lucas 2, 49) Ese Jesús salió a su madre en lo del carácter  y ese José, un santo hombre sin entender lo que pasaba. Lucas ya lo dice: “ellos no entendieron lo que les decía”. (Lucas 2,30)

Me imagino a José enseñando al pequeño el oficio de  carpintero y parece que lo hizo bien, pues hablan de Jesús el carpintero, el hijo de José (Lucas 4, 22),(Marcos 6,30);  pero se imaginan que en plena pubertad adolescencia les hubiese dicho tanto a María como a José, adiós, me voy por ahí a aprender las cosas de mi padre.  Me imagino que al menos habrá dicho: “Gracias José por ser mi padre aquí y ayudarme a crecer  y aguantarme, pero cuando vuelva no te veré, ya te habrás ido”.  Al menos le habrá dado un abrazo. Y José  quedarse callado, él prefirió el silencio recuerdan, y dejarlo ir, según dicen los historiadores actuales,  hacia el este, a la India, a  Chechenia donde las otras tribus de Israel, a Mesopotamia, al  Himalaya por allá, por “los países “de entonces;  solo, a pie, siendo un carajito, un mozo de trece o catorce años. Tenía que ser a esa edad, si hubiera esperado irse más tarde lo “casan”  con alguien, un hombre tan “interesante “  y “enigmático” como me imagino que era Jesús, las familias cercanas y lejanas estaban locas por buscarle casadera. Por eso y por sabe Dios que más se fue por esa edad de la casa, pienso yooo!

Paciente, comprensivo, buen padre y buen esposo, proveedor de escapatorias, de paz, de comida, de refugios, de amor;  educador, maestro carpintero;  él era el que era de Belén, el hijo de Jacobo , no María ( Mateo I,16), él era el punto de unión con Israel, no María, él era quien debe haberle enseñado a Jesús a leer y conocer las escrituras, no María ya que a las mujeres no se les permitía  ese oficio, esa posibilidad, María debería haber sido una iletrada, conocedora de la escritura de memoria , a oídas, como era antes, pero iletrada.

José pensativo, roedor de todo lo que sucedía a su alrededor, pero obediente a la luz interna,  oyente de su voz interior, un místico creyente casi como Abraham que fue capaz de poner a su hijo en el altar; de fe absoluta a lo que él entendía que era la voz de Dios, pero no, era la voz de los ángeles de Dios; Dios ni siquiera se puso en contacto con él directamente como sucedió con Abraham, eso no lo entiendo de Dios, mandar a otros a hablar con el pobre José, cuando se merecía  un  poco más de intimidad como con Moisés. ¡Ese Dios tiene cosas!

Me  imagino a José arriando el mulo delante; detrás siempre de María para lo que ella quisiese y pidiese por esa boca. En el cuadro de la Virgen de la Altagracia, protectora de la República Dominicana, me lo ponen atrás, bien atrás y vestido de rojo  para que sepamos que es un pecador;  ni los artistas han sido buenos con el pobre José, ¡de rojo!!!

José te admiro, pero en el fondo José, no me hubiera gustado estar en tus sandalias ni un segundo, bueno quizás sí  por aquello de  conocer personalmente a María y a Jesús, pero oye, por más nada.     
  
 28 de mayo, 2011.

Nota:        José = Pepe = Padre Putativo = P.P.   Ni el nombre, José, te lo quieren mencionar,  
                                                              
                                                     !!! Pepe !!!!

jueves, 16 de junio de 2011

Esos detalles.

Esos detalles a ella no se les olvidaban.  Los recordaba, los rumiaba y te los contaba, los volvía a explicar con detalles femeninos de esos en que me entra un cosquilleo, unos deseos de que terminen pronto porque yo soy de Marte y ella muy, pero muy de Venus.

Así como los recordaba, los echaba de menos cuando dejaban de suceder; esperaba que se repitiesen y no sucedía, o a alguien se le olvidaba. Lo archivaba en su memoria de elefante capaz de reproducir palabra por palabra lo hablado y por quien, la circunstancia, el ambiente, la hora,  el clima, la vestimenta de cada quien, donde estaban sentados y como estaban sentados.

Archivaba lo bueno, lo no tan bueno y lo que hacía daño a su paz interior al guardar. Revivía momentos con sonrisa, risa, lágrimas o suspiros. Las revivía.  A solas la mayor parte de las veces, en su hábitat diario con Toby o con Tom a su lado.  Se preguntaba muchas veces el por qué de tantas cosas de su vida de infancia y adolescencia. Revivía su sentarse en el solar baldío a leer, o ir tras las mariposas que siempre amó. Lloraba cada vez que recordaba la incomprensión de sus padres y como trato de que su hermana no sufriese lo que ella sufrió por ser la primera;  hasta un día que dejó de llorar cuando su mamá le dijo: “Italia, es que yo pensé que lo hacía bien, así me criaron. No me daba cuenta de que te estaba haciendo daño.”  Ese día comprendió y dejó de llorar, perdonó.

El ella oír que la llamaban por el teléfono y oía: ¡ITALIANA!  Una sonrisa  surcaba su boca, Ricardo, su amigo la llamaba a hablar “caballeases” como ella decía, pero le agradecía que la llamase, y se recordara de ella y le diese parte de su tiempo. Así como los detalles de brindarse a ayudarla sin que le pidieran para cualquier evento, reunión, lo que fuese que él se enterase.

No olvidó y valoró tanto esas flores, esa tarjetica que ella recibió en la habitación de la Clínica UCE una de las tantas veces que le tocó  estar en ese proceso.  Yo no estaba, ella me contó.  Iba en su silla de ruedas manejada por alguno de los ayudantes de enfermeros  cuando  Vianela la vio, se preocupó  y se hizo presente. Cabe destacar que nosotros no solíamos decir todas las veces que estuvimos en clínicas, preferíamos llevar la cruz en silencio, era parte de lo que ella era. Nadie debe saber lo que tú sufres, ni sus padres, sólo su hermana Farah. Fueron tantas las llamadas a Santiago desde una cama en clínica como si estuviésemos en la casa para que no se preocupasen de más.

¡Bye, Ma! Un beso dado y se iba.  Si no se despedía de mí, le recordaba: ¿Y tu papá?  Cuando los besos  y despedidas se empezaron a ausentar, ella lo llamaba por teléfono, de cuarto a cuarto,” ¿no vas a venir a despedirte?”.  Cuando estaba Jorge Armando fuera del país necesitaba de esa despedida.

La Navidad se convirtió en esperar a Petruska, Rosa Rita, Jacqueline y a Margot a decorar la casa. Esas dos o tres horas ella lo valoraba. La hacían feliz.  Decía; “ese detalle de venir”.

Italia Josefina oía y se conectaba con Lucia. Valoraba su capacidad de trabajo, creatividad y cuido de su madre.  La claridad en las cuentas de las reuniones de los miércoles y sus llamadas periódicas. Esos detalles, llamadas cortas para dar seguimiento.

“Voy para allá a tomarme un café.” Y  esperaba a Nora a media mañana. Un café, un cigarrillo y se iba al trabajo.  Ella valoraba ese detalle de pararse, chismear un rato y adiós.

Leonel no importa la hora que fuese le daba su toque, se presentía algo, si oyó algo, si hace tiempo no sabía de ella, si iba a darse un evento y ella tenía que lucir como ella se merecía.  Le abría a la moda, la rejuvenecía, se encargaba desde el cabello,  el maquillaje y decía cómo y con quien, no era así, ¡no! Ella tenía que robarse la fiesta y ella hacía lo que él decía al pie de la letra. Leonel dijo, palabra de Dios.

Siempre quiso a Ricardin, lo comparaba con otros de mis “amigos” porque él la recibió, la aceptó, y la trataba junto a Xiroibma como a una reina, ella decía.  Mayito Dávalos era otro de sus preferidos, fuimos a Cuba con él y Rosalina en parte porque era con ellos;  los 8 de diciembre ya ella sabía que íbamos a casa de los Dávalos al cumpleaños de Mayito. Luego se empató por teléfono con  su hijo y casi vecino; ahí si fue que hablaba maravillas de los Dávalos Perdomo.

El detalle de que Ivelisse la hiciese parte de su familia para prácticamente todo, navidad, cumpleaños; así como Mayra y José Ovalle a la suya, le hacía sentirse complacida, querida. Luego se uniría Expedi y Ana María al grupo. Ese era su grupo. Necesitaba  comunicarse con ellos y saber de ellos, elogiaba cualquier detalle y luego lo sazonaba.

Esa foto con Juan Luis en el Típico en una escapada a desayunar con las “muchachas” y como el “hermano” consiguió su firma. Sus cumpleaños y  las llamadas, tenía pendiente quienes se acordaban, quienes ella sentía que la querían de verdad.

El detalle de Ariel, el primo, quien llevo a Tom buscando llenar el  “nido vacío” de algún modo.

No me es fácil en pocas líneas resumir la vida detallista de Italia.  Llamar a sus padres todos los días a horas distintas para que no se acostumbrasen.  Mandar un presente sencillo, pero bien presentado, porque al igual que la comida debe recibirse con belleza. Prender una vela a la visita porque era señal de bienvenidos a su  hogar. La iluminación, los olores a naturaleza para sentirse bien, como  en su propia casa desde que uno pasa por la puerta;  el verdor de la vegetación, el mantel, la vajilla, los cubiertos, todo para que el que llega sepa que es bien recibido y querido. Detalles que ella decía haber aprendido de Dona Ana Antonia, madre de Ana Margarita;  y de  Cheita, su madre postiza, la madre de Amelia, su hermana también postiza.

Un detalle, un beso, un abrazo, una sonrisa ,una mirada, una simple flor, un chocolate, unas galleticas, unos caramelos, unos chiclets, unos bombones, unos pastelitos, unos mantecaditos, unas caitevillas, unos quipes, un helado de Baskin- Robinns o de Haagen Dazs, una orquídea, una violeta, un CD nuevo, un lipstick, un DVD musical, una mata de vieja, una notita simple, un te quiero, te extraño, te amo, detalles…esa era Italia, de detalles: ella vivía de esos detalles. Le era más importante la notita que el regalo en si.

Nota: “Encontré “todas las notas, notitas, carticas, tarjetas, tarjeticas, papelitos perfectamente guardados  en su gaveta de noche, ella guardaba esos recuerdos, esos detalles.

Hace un año, 16 de junio 2011

sábado, 11 de junio de 2011

Nomias, cuarta parte: AUTONOMIA

HOMBRE DE LUZ

El Hno. Alfredo Morales hablaba en los 70’s sobre el Hombre Nuevo y Paulo Coelho sobre un Guerrero de Luz.  Voy a  atreverme  a dialogar  sobre el Hombre de Luz, pero  como no deseo pasarme todo el tiempo diciendo “hombre y mujer” para hacer ver que no es sexista  mi pensamiento, ni hay problemas de género es conveniente entender que me refiero a una Persona de luz aunque para mi facilidad de comunicación no sea el término que utilice.

Un Hombre de luz es un hombre autónomo. Posee en su interior concepción propia de cuáles son sus normas, sus valores, la razón de ser de sus acciones. Ha llegado a la conclusión de que no debe seguir las opiniones  ajenas sin antes pasarlas por su propio tamiz de la experiencia  y la reflexión así como los consejos de su corazón que es iluminado por los seres que le ayudan a hurtadillas. El sabe escucharlos, el sabe hacer silencio en su interior y oír sus voces.

Un Hombre de Luz recibe golpes desde el exterior porque su luz molesta, ciega a otros, y por eso es humilde en sus actos, su voz es calmada aunque eleve su tono cuando entiende que debe defender  lo que él considera que es lo correcto.  Si necesita enervarse lo hará y lo demostrara’ con sus gestos y facciones. La calma no se señal de debilidad, sino de prudencia y equilibrio.

Un Hombre de luz es aquel  que tiene fe en sí mismo, fe en el porvenir, fe en las Fuerzas Superiores que rigen el Universo. Conoce sus limitaciones y trata de equilibrarlas con sus aspectos fuertes que posee.  Las ha puesto en una balanza y sabe que como ser no perfecto tiene sus puntos negativos que habrá que limar, mas sin embargo, también tiene sus puntos positivos que debe incrementar. Se ama, se quiere, se acepta tal como es, lo que no significa que trabaje por ser mejor. Después de todo. Nada es estático, todo cambia, incluyéndonos a nosotros mismos.

Tiene fe en el porvenir porque aunque el momento actual no sea el más propicio, siempre el futuro está más cerca del plan general del mundo, la razón de ser de todo. Toda limitación del hoy, trae consigo su razón de ser. Salió de EL y volverá a EL. Todo tiene su razón, nada es porque si, nada es casual, todo tiene su causa y su efecto. El Hombre de Luz es un ser con ESPERANZA.

Un Hombre de Luz conversa consigo mismo, se oye a sí mismo, porque en lo profundo de su ser la verdad está con él, la sabiduría se hará presente. Sabe que dentro de sí el espíritu está actuando y lo escucha.

Un Hombre de Luz es un ser responsable, asume sus faenas, las enfrenta y busca que éstas se acerquen a la misión general del universo. Es crítico ante cualquier situación, las evalúa, las sopesa y busca lo positivo y lo no tan positivo de cada situación o persona, sin juzgar, el no es quien para juzgar, el sabe que nadie puede ponerse sus propios zapatos y vivir su historia, por lo que él tampoco intenta hacerlo con otros.

Un Hombre de Luz es solidario, agradecido. Se une a otros en busca de la felicidad global. Sabe que el bien reinara’ sobre todas las cosas. Agradece cada bien que le llega, agradece cada paso que se dé porque ninguno fue hecho solo, siempre tuvo compañía de seres que lo guiaban, cuidaban y acompañaban. Agradece dando de sí mismo a los que le rodean devolviendo de alguna manera lo recibido, los dones recibidos y desarrollados. Nunca está solo, con el hombre de luz hay quien siempre lo acompañe.

Un Hombre de Luz es libre, ya que nada lo ata, nada lo retiene. Solo se deja llevar por el viento que corre y va escogiendo entre los caminos o senderos que la vida le va mostrando. Sabe que hay dos formas de enfrentar lo existente, con una sonrisa o con pesar, y el escoge el primero, la carga es menor, el viento sopla más ligero y su barca avanza sin anclas echadas.

Un Hombre de Luz ilumina el camino a otros.  Orienta como Faro en la Costa.  Marca el camino, el sendero a seguir, pero no empuja, ni jala, sólo señala el o los caminos posibles. Enseña a caminar gatear, caminar y correr. Si es necesario se acuesta en el piso para que sea más fácil el gatear, o se arrodilla o simplemente lanza los brazos hacia delante para recibir y dar confianza.  Quien da el paso es el otro por su propia decisión, cuando el crea que es el momento. El sólo espera.

Un Hombre de Luz cuando está centrado capta la energía de los que le rodean y sabe interpretar lo que sucede a su alrededor, no juzga, solamente  trata de entenderlo.  Capta la energía adversa y la que puede ser complementaria.  

Un Hombre de Luz trasmite su propia energía como luz reluciente que brinda su calor, paz y armonía. Un Hombre de Luz no es de guerra, el busca la paz, la calma, la armonía. Es en la armonía que él  se siente como pez en el agua.

Un Hombre de Luz no huye a la adversidad, pero sabe cuando enfrentarla y porque lado hacerlo, no necesariamente de frente. No importa lo que otros murmuren, el sólo escucha su yo interior que le dice cuándo y cómo.

Un Hombre de Luz es como un águila, ve el todo y se fija en el detalle, alza sus alas en vuelo y calladamente cae sobre su presa, su morada es en los altos, su compañía son las nubes, la luna y las estrellas; su luz es el sol que le calienta y le indica la hora. Si necesita cambiar la  piel de sus patas así será aunque esto conlleve dolor y estar apartado de todo mientras dure esta transición. Cuida de su nido, alimenta su cría y les enseña a volar cuando el tiempo arribe.

Semana Santa  de abril del 2011

sábado, 4 de junio de 2011

Nomias, tercera parte

Socionomía


Durante la adolescencia y ya hoy día en la pubertad, el grupo, la pandilla, el núcleo, los amigos son más importantes que la familia, y la autoridad que ella representa.

 Quedar bien con los amigos, ser aceptados por el medio donde vivimos de 7 30 a.m. a 2 30 p.m. de lunes a viernes y posiblemente el resto del día y el fin de semana con parte de los que están conmigo en ese medio, eso es lo único que importa, lo único que queremos, y si tenemos que ponernos en contra de padre y madre, abuelo y abuela, lo hacemos.

En este período lo importante es ser aceptado por los otros, mi grupo.  Se da el caso que los que se sienten inaceptados forman su propio grupo, de  Nerds, o como deseen llamarlos.  Parte del bulismo que  se da en muchas escuelas, es parte de este periodo, no te aceptamos. Parte de los asesinatos en masa en las escuelas fuera de nuestro país por estudiantes hacia sus mismos compañeros o profesores, es parte de este proceso. Me sentí rechazado, me sentí odiado, me sentí marginado y respondo de esta forma para que se recuerden de mí para siempre.  Sentir.

Parte de la lucha entre “pandillas” a la puerta de escuelas  y a veces dentro de las mismas con armas blancas es parte de este proceso.  En grupo hacemos cosas que solos no haríamos, no nos atreveríamos. En grupo nos lanzamos a actuar por presión, para evitar el ser marginados o insultados de gallinas.

Nos molesta el “qué dirán los otros”, la aceptación social.  Ya adultos nos preocupa lo que los vecinos digan y puedan oír o descubrir de nuestras interioridades familiares y estamos pendientes  de quedar bien, de que no hablen mal de mí.

El partido, la iglesia, el club, se convierten en el todo. Todo gira alrededor de ese grupo humano que yo escogí,  al que pertenezco.  Me visto como ellos, actuó  y hablo como ellos, oigo la misma emisora y programas, dejo de ver una película porque el grupo así determinó. Asisto a actividades porque  el jefe del grupo convocó.  Necesito que me vean participando para que sigan contando con mi presencia.

Antes la Iglesia Católica Romana usaba la excomunión, ¿que realmente significa esto?   Decir públicamente que X persona está impedida de participar de la comunión, del Cuerpo de Cristo y por tanto  queda fuera de la Iglesia, no debe asistir a la misa o cualquier actividad de su parroquia y como antes una parroquia era mi pueblo, mis amigos, mi familia, mi todo social inmediato me condenaban a vivir en soledad, sin contacto. Como a los judíos con  su cruz amarilla en el pecho durante la segunda guerra mundial.

Pero no todo es negativo en esta época. Yo me preocupo por los que me rodean, los apoyo, los asisto, convivo, padezco y me alegro, hay una empatía total. Soy parte del todo y trato de participar en la vida de mi comunidad inmediata o extendida.  Es el momento de sentirme pate de mi país, de mi ciudad, de mi región. Es el momento de aquilatar la cultura y las costumbres de los que me rodean; aceptarlas, quererlas, hacerlas mía.

Las normas que vienen de la sociedad las acepto, las discuto, propongo cambiar, busco la forma de cambiar. Ahí nace la magia de las redes sociales citando a solicitar un cambio, a protestar, a hacer ver que necesitamos ser oídos y tomados en cuenta.

Las reuniones multitudinarias del movimiento 15 M en  la Puerta del Sol en Madrid y en otras partes de España, o por el 4% en La Lira en Santo Domingo, o las de Túnez y el efecto domino en el  mundo árabe,  además de Grecia, Islandia, Portugal entre otras; todas ellas acudiendo a una  cita realizada por medio de las   redes sociales y con éxito de convocatoria es parte de este proceso SOCIONOMICO. Bajo el lema de INDIGNAOS y  NO A LA VIOLENCIA paso a ser parte de un todo, vibro con el todo, me visto del color previsto en la convocatoria. De pronto para nosotros  el amarillo es más importante y significativo que el morado o el blanco carentes de nuevas ideas, poseedores  de una incapacidad galopante  de entender lo que  desea y anhela  hoy por hoy una comunidad extremadamente comunicada y entrelazada   gracias a  los celulares y las distintas redes sociales. Los periódicos digitales e informarles  dan el tono, somos parte de ese todo y nos sentimos parte de ese todo aglutinante, desafiante, distinto, ensordecedor.

En esta maravillosa etapa de nuestras vidas somos capaces de caminar por el agua, caminar por la salud de personas con cáncer, de participar en rallyes o maratones por una buena causa. Somos capaces de dar horas de nuestras vidas sin intención o fin de lucro alguno a organizaciones, comités, asociaciones o juntas que buscan un fin positivo para una comunidad que a veces ni es la nuestra como es el caso de terremotos e inundaciones en países vecinos como Chile o lejanos como Japón.

Esta hermosa etapa de comunidad, de solidaridad, de entrega, de empatía no basta, aun nos queda una posible escalada hacia la autonomía: la autoridad de la sociedad aceptada tanto en cuanto no vaya contra mis principios, mi pensar, mi conciencia. Vivo no para el que dirán, eso no es lo importante, sino vivir y actuar  según mi conciencia respetando a los que me rodean de igual forma que solicito que me respeten por igual.

En una cuarta la última entrega de esta serie.

20 de mayo 2011