sábado, 18 de junio de 2011

JOSE

¿Cómo me imagino a José, el de María?  Si María tenía 14 años, según la tradición, cuando fue visitada por el ángel, él debería ser mayor que ella, pero no un viejo con barbas, sino un poco  mayor, 17 o 18 años.

Si ya las familias se habían combinado para casarlos debería de conocer a María por lo menos meses antes para haber compartido alguna que otra palabra y poder conocerla, no en el sentido bíblico, sino saber de ella internamente como persona. Se nos olvida que María era una recién púber. ¿Le llegó la menstruación cuándo?  Pues dos o tres años antes.  De lo contrario no le hubiese dicho al ángel,  “cómo si no conozco varón”, sino ‘cómo si no me ha llegado la cuestión’. En aquel entonces no dejaban a uno ni acercarse al novio o novia, así que José realmente no  conocía del todo a María.

María no pienso que  haya sido muy atrayente que digamos, físicamente, si lo hubiese sido, pues ya usted sabe en pueblo pequeño lo que se dice. No,  María tenía que haber sido timidona y que no atrajese a otros varones para así poder pasar  desapercibida. Pero eso sí, terca  que no manda madre para que a esa edad,  a pie, hubiese ido “de prisa” a ver a su pariente Isabel en un “área montañosa  de Judea” (Lucas 1, 39)   y José,  ya su esposo,  dejarla ir, así como sus padres donde aún vivía, en ese estado de gestación, aparentemente sola, porque no ‘dicen’ que fuese acompañada.  Mezcla de suavidad y dureza, dura para mantener su postura y suave para persuadir a uno, fíjense que a Jesús lo convenció de adelantar los planes de su vida, adelantó su hora de mostrarse al mundo,  en las bodas de Caná de Galilea;  él dijo que NO y ella sólo lo miró, supongo, porque de una vez ella al “NO” contestó:”hagan todo que él les diga”  (Juan 2, 5).  Nos entendimos, ¿verdad?  María era dura, jodona  de carácter.

Pero es de José que estoy hablando, así que si ella era dura, José debía haber sido más duro para poder aguantar todo eso, o era un menso total, pero no debía ser un menso porque él  fue quien dio la cara siempre de ese embarazo a destiempo, sin haberse esposado. No hay nada escrito de   palabra alguna pronunciada  por  José, y ahora que tengo en la cabeza  eso de J.C.Onetti de que “las únicas palabras que deben existir son las palabras que fuesen mejor que el silencio”, pues me parece que no  encontró palabra alguna, y se quedó mudo, en silencio. Aguantando callado y para eso hay que ser duro o menso, y ya sé que menso no era.

José tenía que haber sido un hombre muy responsable, devoto, creyente para aceptar  lo que aceptó porque  que en un sueño le dijese un ángel que aceptara a María aunque estuviese en cinta (Mateo I, 20-23),  bueno, el machismo siempre ha existido y en esa tribu más aún. O sea que José o era un cretino o un hombre de mucha fe y prefiero pensar  lo segundo.

Parece que a José le gustaba dormir su siesta  y tener un sueño pesado, porque otra vez en sueños le hablan y ahora le dicen que saliese  huyendo que iban a a matar a Jesús (Mateo 2, 13) y así lo hace;   y luego en otro sueño que regresara y así  lo hace (Mateo 2, 19).  Pensándolo bien,  es Mateo el que dice que a José le gustaba dormir porque ni Marcos, ni Lucas, ni Juan dicen nada de su soñar; la culpa de ese chisme es de Mateo.

Supongo que dejar todo lo que tiene, poco o mucho, dejarlo todo, lo trabajado, las amistades, su “punto” de trabajo  porque en un sueño le dijeron, bueno, pues… esta difícil y no sólo una vez,  sino dos veces, una hacia Egipto y otra de Egipto, sino además aquello de que la aceptara que eran cosas de Dios y no de hombre el ella estar en cinta, bueno,   yo no soy José,  ni Santo, aunque si varón y , coooññññooo eso estááá difíiicilll!!

Me imagino a José cuidando de María y de Jesús, más de Jesús que de María porque ya se  demuestra que ella se cuidaba sola. Me imagino al pobre José con las sorpresas que a cada rato Jesús le daba, porque si Jorge Armando a los tres años  me las daba creyéndose mi papá, imagínense ustedes a Jesús  diciendo que él no era su papá que su papá era otro.  No, no me digan que estoy inventando, la Biblia lo dice. “¿Por qué me buscaban?   ¿No saben que tengo que estar en la casa de mi padre?” (Lucas 2, 49) Ese Jesús salió a su madre en lo del carácter  y ese José, un santo hombre sin entender lo que pasaba. Lucas ya lo dice: “ellos no entendieron lo que les decía”. (Lucas 2,30)

Me imagino a José enseñando al pequeño el oficio de  carpintero y parece que lo hizo bien, pues hablan de Jesús el carpintero, el hijo de José (Lucas 4, 22),(Marcos 6,30);  pero se imaginan que en plena pubertad adolescencia les hubiese dicho tanto a María como a José, adiós, me voy por ahí a aprender las cosas de mi padre.  Me imagino que al menos habrá dicho: “Gracias José por ser mi padre aquí y ayudarme a crecer  y aguantarme, pero cuando vuelva no te veré, ya te habrás ido”.  Al menos le habrá dado un abrazo. Y José  quedarse callado, él prefirió el silencio recuerdan, y dejarlo ir, según dicen los historiadores actuales,  hacia el este, a la India, a  Chechenia donde las otras tribus de Israel, a Mesopotamia, al  Himalaya por allá, por “los países “de entonces;  solo, a pie, siendo un carajito, un mozo de trece o catorce años. Tenía que ser a esa edad, si hubiera esperado irse más tarde lo “casan”  con alguien, un hombre tan “interesante “  y “enigmático” como me imagino que era Jesús, las familias cercanas y lejanas estaban locas por buscarle casadera. Por eso y por sabe Dios que más se fue por esa edad de la casa, pienso yooo!

Paciente, comprensivo, buen padre y buen esposo, proveedor de escapatorias, de paz, de comida, de refugios, de amor;  educador, maestro carpintero;  él era el que era de Belén, el hijo de Jacobo , no María ( Mateo I,16), él era el punto de unión con Israel, no María, él era quien debe haberle enseñado a Jesús a leer y conocer las escrituras, no María ya que a las mujeres no se les permitía  ese oficio, esa posibilidad, María debería haber sido una iletrada, conocedora de la escritura de memoria , a oídas, como era antes, pero iletrada.

José pensativo, roedor de todo lo que sucedía a su alrededor, pero obediente a la luz interna,  oyente de su voz interior, un místico creyente casi como Abraham que fue capaz de poner a su hijo en el altar; de fe absoluta a lo que él entendía que era la voz de Dios, pero no, era la voz de los ángeles de Dios; Dios ni siquiera se puso en contacto con él directamente como sucedió con Abraham, eso no lo entiendo de Dios, mandar a otros a hablar con el pobre José, cuando se merecía  un  poco más de intimidad como con Moisés. ¡Ese Dios tiene cosas!

Me  imagino a José arriando el mulo delante; detrás siempre de María para lo que ella quisiese y pidiese por esa boca. En el cuadro de la Virgen de la Altagracia, protectora de la República Dominicana, me lo ponen atrás, bien atrás y vestido de rojo  para que sepamos que es un pecador;  ni los artistas han sido buenos con el pobre José, ¡de rojo!!!

José te admiro, pero en el fondo José, no me hubiera gustado estar en tus sandalias ni un segundo, bueno quizás sí  por aquello de  conocer personalmente a María y a Jesús, pero oye, por más nada.     
  
 28 de mayo, 2011.

Nota:        José = Pepe = Padre Putativo = P.P.   Ni el nombre, José, te lo quieren mencionar,  
                                                              
                                                     !!! Pepe !!!!

1 comentario:

  1. Mucha lógica. Leído in extenso. Excelente.sin embargo, hasta ahora no he visto ninguna mujer Israelí que fuera "Federica".

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