HOMBRE DE LUZ
El Hno. Alfredo Morales hablaba en los 70’s sobre el Hombre Nuevo y Paulo Coelho sobre un Guerrero de Luz. Voy a atreverme a dialogar sobre el Hombre de Luz, pero como no deseo pasarme todo el tiempo diciendo “hombre y mujer” para hacer ver que no es sexista mi pensamiento, ni hay problemas de género es conveniente entender que me refiero a una Persona de luz aunque para mi facilidad de comunicación no sea el término que utilice.
Un Hombre de luz es un hombre autónomo. Posee en su interior concepción propia de cuáles son sus normas, sus valores, la razón de ser de sus acciones. Ha llegado a la conclusión de que no debe seguir las opiniones ajenas sin antes pasarlas por su propio tamiz de la experiencia y la reflexión así como los consejos de su corazón que es iluminado por los seres que le ayudan a hurtadillas. El sabe escucharlos, el sabe hacer silencio en su interior y oír sus voces.
Un Hombre de Luz recibe golpes desde el exterior porque su luz molesta, ciega a otros, y por eso es humilde en sus actos, su voz es calmada aunque eleve su tono cuando entiende que debe defender lo que él considera que es lo correcto. Si necesita enervarse lo hará y lo demostrara’ con sus gestos y facciones. La calma no se señal de debilidad, sino de prudencia y equilibrio.
Un Hombre de luz es aquel que tiene fe en sí mismo, fe en el porvenir, fe en las Fuerzas Superiores que rigen el Universo. Conoce sus limitaciones y trata de equilibrarlas con sus aspectos fuertes que posee. Las ha puesto en una balanza y sabe que como ser no perfecto tiene sus puntos negativos que habrá que limar, mas sin embargo, también tiene sus puntos positivos que debe incrementar. Se ama, se quiere, se acepta tal como es, lo que no significa que trabaje por ser mejor. Después de todo. Nada es estático, todo cambia, incluyéndonos a nosotros mismos.
Tiene fe en el porvenir porque aunque el momento actual no sea el más propicio, siempre el futuro está más cerca del plan general del mundo, la razón de ser de todo. Toda limitación del hoy, trae consigo su razón de ser. Salió de EL y volverá a EL. Todo tiene su razón, nada es porque si, nada es casual, todo tiene su causa y su efecto. El Hombre de Luz es un ser con ESPERANZA.
Un Hombre de Luz conversa consigo mismo, se oye a sí mismo, porque en lo profundo de su ser la verdad está con él, la sabiduría se hará presente. Sabe que dentro de sí el espíritu está actuando y lo escucha.
Un Hombre de Luz es un ser responsable, asume sus faenas, las enfrenta y busca que éstas se acerquen a la misión general del universo. Es crítico ante cualquier situación, las evalúa, las sopesa y busca lo positivo y lo no tan positivo de cada situación o persona, sin juzgar, el no es quien para juzgar, el sabe que nadie puede ponerse sus propios zapatos y vivir su historia, por lo que él tampoco intenta hacerlo con otros.
Un Hombre de Luz es solidario, agradecido. Se une a otros en busca de la felicidad global. Sabe que el bien reinara’ sobre todas las cosas. Agradece cada bien que le llega, agradece cada paso que se dé porque ninguno fue hecho solo, siempre tuvo compañía de seres que lo guiaban, cuidaban y acompañaban. Agradece dando de sí mismo a los que le rodean devolviendo de alguna manera lo recibido, los dones recibidos y desarrollados. Nunca está solo, con el hombre de luz hay quien siempre lo acompañe.
Un Hombre de Luz es libre, ya que nada lo ata, nada lo retiene. Solo se deja llevar por el viento que corre y va escogiendo entre los caminos o senderos que la vida le va mostrando. Sabe que hay dos formas de enfrentar lo existente, con una sonrisa o con pesar, y el escoge el primero, la carga es menor, el viento sopla más ligero y su barca avanza sin anclas echadas.
Un Hombre de Luz ilumina el camino a otros. Orienta como Faro en la Costa. Marca el camino, el sendero a seguir, pero no empuja, ni jala, sólo señala el o los caminos posibles. Enseña a caminar gatear, caminar y correr. Si es necesario se acuesta en el piso para que sea más fácil el gatear, o se arrodilla o simplemente lanza los brazos hacia delante para recibir y dar confianza. Quien da el paso es el otro por su propia decisión, cuando el crea que es el momento. El sólo espera.
Un Hombre de Luz cuando está centrado capta la energía de los que le rodean y sabe interpretar lo que sucede a su alrededor, no juzga, solamente trata de entenderlo. Capta la energía adversa y la que puede ser complementaria.
Un Hombre de Luz trasmite su propia energía como luz reluciente que brinda su calor, paz y armonía. Un Hombre de Luz no es de guerra, el busca la paz, la calma, la armonía. Es en la armonía que él se siente como pez en el agua.
Un Hombre de Luz no huye a la adversidad, pero sabe cuando enfrentarla y porque lado hacerlo, no necesariamente de frente. No importa lo que otros murmuren, el sólo escucha su yo interior que le dice cuándo y cómo.
Un Hombre de Luz es como un águila, ve el todo y se fija en el detalle, alza sus alas en vuelo y calladamente cae sobre su presa, su morada es en los altos, su compañía son las nubes, la luna y las estrellas; su luz es el sol que le calienta y le indica la hora. Si necesita cambiar la piel de sus patas así será aunque esto conlleve dolor y estar apartado de todo mientras dure esta transición. Cuida de su nido, alimenta su cría y les enseña a volar cuando el tiempo arribe.
Semana Santa de abril del 2011
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