Nací católico por parte de madre
y mis tías yucatecas. Crecí ajeno a todo elemento religioso excepto la figura
de la Guadalupe. Ya en la pre adolescencia, como fruto de la
acción-reacción; la revolución me lanzó
a la iglesia de forma militante, como catequista, miembro de la Juventud Acción
Católica y ya fuera de la isla en la Juventud Estudiantil Católica, las
Congregaciones Marianas Llega el
Concilio Vaticano II con su revolución interna para luego "Manresa Loyola" abrirme sus brazos. Cinco años más
tarde, después de beber en el seno de la
misma iglesia salí como un laico común y corriente para trabajar como educador
en los dos colegios católicos más
importantes de la época en la ciudad corazón: La Salle y el Sagrado Corazón y
en su única universidad católica en
aquel entonces, la UCMM
En la universidad di
clases, y aun me ufano, me enorgullece
sin humildad alguna, el haber sido el único no clérigo que impartía Doctrina
Social del la Iglesia en sus aulas . Además de esa asignatura daba Ética
Profesional y la Introducción a la Filosofía, asignaturas propias de los
clérigos por igual, pero no de exclusividad como era el caso de la Doctrina
Social.
Otro orgullo fue el haber dado
en Semana Santa un retiro espiritual a todas las monjas mercedarias del país en
el mismo colegio Sagrado Corazón. Usamos el Documento del Concilio Vaticano II
para esos fines, duró los tres días.
Luego en el tiempo, cosas de la
vida, me case por segunda vez, me recasé, y ahí mismo la iglesia me dijo adiós. Desde
entonces me llamo a mi mismo católico libre,
católico de formación y libre porque no soy de religión o iglesia alguna.
Cuando el papa ultimo llegó pensé que me iba a dejar entrar, y lo que hizo fue
reafirmar mi no entrada. Hoy realmente ya no me interesa volver, pero me
gustaría que el nuevo papa me dejase la puerta abierta, por si acaso. He
dedicado mi vida a ser un sacerdote sin sotana, y ahora célibe…pues que más
querrán?
Solo pediría al Espíritu Santo,
y es un gran atrevimiento de mi parte el hacerlo, de que el nuevo papa sea: No
engreído ni con aire de ser superior a otros y reconozca la necesidad de ser
espiritual, tenga un corazón abierto, humilde;
- que tenga deseos de que haya igualdad y
justicia para todos;
-tenga empatía con
los problemas del mundo y se compadezca de ellos y lo lleve a actuar, no solo a
hablar desde un balcón sin casi mover los labios como si no sintiese lo que
dice;
- que su corazón este limpio y pueda
ver las necesidades de los que le rodeamos;
-que busque la paz ay la armonía en su vida y
en la misma iglesia que dirige dejando a
un lado todo lo que no da paz y esté de más y por tanto no produce la armonía
necesaria;
-que sepa oír las voces disidentes, quite de su
alrededor todo anillo que le impida oír y pueda decir como El Quijote, avanzamos pues
los perros nos ladran.
En el fondo que sea ejemplo desde su ropa
diaria,y su andar y por tanto la parafernalia actual fuese eliminada;
-sea humilde, luzca
humilde y actúe con humildad creando así empatía y simpatía con la humanidad;
-que sea humano, uno más del montón de los
mortales sin dejar de ser cabeza y corazón de su comunidad.
Espero no haber pedido mucho
y si el Espíritu Santo anda por ahí
cerca, pues se lo susurre al oído de todos los votantes. Ah, se me olvidaba, que sea de más de 50 y de
menos de 65 años, ya con los hermanos Castro,Fidel y Raúl; El Rey Juan Carlos, la Reina Elizabeth,
Berlusconi, López Rodríguez está más que bien.
Parece que el Espiritu Santo andaba por ahi y le susurro algunas de tus peticiones al Papa, pues ha inciado su papado con aires completamente nuevos, diferentes, de mucha humildad; esperemos que asi se mantenga.
ResponderEliminarPero como todo no es perfecto en el mundo de los humanos, no es joven como lo pretendias... :-P
Estuvo muyyyy bueno este articulo!