PALABRAS
DEL LIC. JORGE R. RUIZ EN EL SEXTO ACTO DE GRADUACIÓN DEL COLEGIO SENDEROS,
AGOSTO 30, 1990.
Hoy es un
día de Acción de Gracias. Un día de dar gracias a sus padres, a sus profesores,
a las personas que han estado con ustedes desde los primeros pasos y sobre todo
gracias a Dios.
Hoy
culmina simbólicamente, ante la sociedad en la cual vivimos, una etapa de la
vida de cada uno de los graduandos.
Termina
con hoy, la época más agradable de nuestras vidas, finaliza la edad de los
primeros sinsabores y de los compañeros de la vejez, los momentos de nuestros
primeros amores y temores, termina la primera adolescencia, los teen, con su rebeldía
e incomprensiones, con su afanar y los sueños azules.
Termina
simbólicamente con esta graduación la era de sus vidas donde todo era
entendible, perdonable y comprendido.
Comienza
ahora un sendero más largo, el de la realidad, el enfrentarse a la sociedad siendo
ya parte de ella misma. El introducirse en el mundo de los adultos sin aun
serlo sobre todo en cuanto a la seguridad interna y la afectividad se refiere;
no obstante, ante los ojos de los demás, ya cada uno es un adulto aunque les
cueste entenderlo y aceptarlo.
Se da por
sentado que ya son personas pensantes, capaces de tomar decisiones sabias,
correctas y adecuadas según el momento específico que se vive. Se entiende que
son entes responsables, capaces de responder a las indecisiones, frustraciones;
capaces de dar respuesta al mañana que se levanta lentamente como el sol al
amanecer dejando atrás las tinieblas que empiezan a desaparecer con su nuevo
brillo; y se va calentando el día, sudamos el calor y la humedad humana para en
igual tiempo sentir que el sol decae, se acuesta o se deja caer en el inmenso
mar, emergiendo así, lentamente, las estrellas; naciendo otros que repetirán
nuestra historia, nuestros pasos, y de pronto comprenderemos a nuestros padres
por que seremos como ellos y volverán a nuestra mente todas las veces que mentimos
y lloramos de rabia por lo duro de no ser adulto para descubrir nuevamente que
de pronto estamos llorando por lo duro y difícil de serlo.
Habrá
momentos que querremos mentir a nuestros hijos sobre esta dureza de vida
dulcificándoselas con cuentos de hadas, alejadas del futuro.
Ese mañana
que para ustedes será aun más difícil que para nosotros. Mas difícil por el
reto tecnológico de un país sin tecnología y de espaldas a ella, más difícil
por el reto del desarrollo necesario de una nación nacida dependiendo y para la
dependencia, y no hace nada aun para trazar sus propias sendas, un país que se
prepara para celebrar los 500 años del pasado sin saber aún nada sobre su
futuro.
Tendrán
ustedes la obligación moral de pensar en ustedes mismos, su familia actual, de
su familia futura y en la tierra que les toque vivir como hogar para ese
entonces.
Pensar,
actuar, luchar o perecer donde los débiles de espíritu quedarán a lo largo del
camino por la fatiga de la desidia.
El reto de
ustedes es un reto temido e indeseado por su sociedad que deja sus ríos
secarse, su vegetación ser triturada y que permite que sus ríos mueran y su
vegetación desaparezca, permite que sus aguas y sus campos, se contaminen permitiendo
que el elemento fuego nos queme y acabe lentamente secándonos, carbonizándonos.
Si
recordamos los cuatro elementos de los griegos donde el equilibrio debía jugar
un papel primordial, hoy los encontramos en total desarmonía donde el fuego
domina el agua, a la tierra y al aire.
Debemos
dar gracias de que aún hay hombres y mujeres que desean ser mejores, no se
contentan con lo que son y desean ser más.
Bienaventurados
entre ustedes los que entiendan que lo único que realmente poseen esta en su
mente, en su corazón y espíritu, todo lo otro puede desaparecer de un momento a
otro por un mero accidente automovilístico, atómico o por el simple deseo egoísta
de poder de algún hombre o país vecino o que incluso desconocemos su ubicación
geográfica por su lejanía.
Bienaventurados
entre ustedes los que acepten que la mente sana y productiva es aquella que
vive dentro de un cuerpo sano sin aditivos. Que somos lo que comemos, bebemos e
inhalamos.
Bienaventurados
entre ustedes los que alimentan su espíritu día a día, sin resignación, con
deseo de luchar siendo mansos como palomas y astutos como serpientes, capaces
de sacrificarse por ser más con la mirada en el ayer pisando con firmeza en el
hoy.
Bienaventurados
entre ustedes los que logren andar en paz con ustedes mismos y los que les
rodean, andar por los senderos del mundo con una sonrisa y una mano ardiente
que ofrecer.
Bienaventurados
entre ustedes los que sepan dar gracias sobre todo a su Dios, a sus padres,
gracias a los adultos que le rodean y les ayudan a andar, gracias a la vida
misma valorándola en toda su extensión.
Por ello
decimos, gracias padres por orientar y educar a sus hijos, gracias profesores
por su ejemplo de vida, gracias Señor por poder darte gracias.
A todos,
muchas gracias.
Agosto
30, 1990.
NO SE 1989-1990
Alfredo Abreu Rodríguez
Rafael Antonio Álvarez Hansen
Ricardo José Álvarez Pérez
Francisco José Aybar Mota
Giselle Marie Cuello Rodríguez
Lariem Mercedes Díaz Reynoso
Iván Emil Félix Rivera
Eduardo De Jesús Félix Troncoso
Eva Ingrid Flores Pérez
Alexander Gil Fuentes
Luis José Jacobo Rodríguez
Harold Delanoy Lambertus Feliz
Aileen Aimee Martínez Báez
Jhonathan Omar Medina Álvarez
Elizabeth Mercedes Suarez
Marino Armando Messina Auffant
Juan Carlos Molinari Martínez
Carol Michell Morel Lora
Jaime Andres Santana Bonetti
Abraham Amin (Brahim) Selman Hasbun