"PALABRAS DEL LICENCIADO JORGE R. RUIZ
EN EL ACTO DE GRADUACIÓN DEL
COLEGIO
SENDEROS"
Es estimulante
el celebrar hoy el primer Acto de Graduación de nuestra Segunda Promoción de
bachilleres, del año escolar 1985 - 1986. Estamos terminando en estos momentos,
en este salón, la graduación que comenzamos esta mañana con un acto de acción
de gracias al Señor por sus bendiciones, seguido de un desayuno familiar, en
intimidad.
Estamos ahora en
el acto social, externo, es la despedida de nuestras aulas y la iniciación a
otra vida, a otro tipo de estudios, a los nuevos requerimientos de la misma
sociedad; se deja atrás la niñez y la adolescencia para enfrentarse a las exigencias
del medio, que les va a solicitar una actuación como hombres y como mujeres ya
adultos. Pronto descubrirán lo duro del ser adulto y añorarán su niñez y la
adolescencia que hoy desean abandonar.
SENDEROS comenzó
como una idea de dos, dos extranjeros en esta ciudad, dos cuasi recién llegados
que sólo tenían experiencia acumulada en su ciudad de origen, capacidad de
trabajo y entrega, interés de dar un buen servicio, y el ideal de que la
educación fuese un ministerio, más que una forma de vivir.
Varias manos se
nos brindaron, tales como las de Orfa Luna, Jorge Herrera, María Consuelo Sahdalá
y en un segundo piso de lo que fuese el Centro de Recuperación Humana, hoy día
Centro Especializado Kairos, nace SENDEROS con 13 alumnos repartidos en tres
cursos, de éstos hoy dos se gradúan, toman UN CAMINO FUERA DE NUESTRAS AULAS,
NUEVOS SENDEROS serán recorridos por ellos.
Gran fe tuvieron
en nosotros esos primeros padres, tales como la primera familia Don Salvador y
Carmen González, Héctor Holguín - Veras, Carmen Julia Cuesta, Miguel y Margot Hernández,
Nelson y Marisela Sanlley.
Gran fe tuvieron
los que desinteresadamente nos prestaron el dinero inicial, su local, su mano y
su experiencia capitaleña. Pudiésemos citar a Pablo cuando dice:
"Tener Fe es tener la
plena seguridad de recibir
lo
que se espera, es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos".
(Hebreos
11,1)
Esa idea de dos,
ha germinado, pero si nos hubiese dicho de antemano lo que se avecinaba, es muy
posible que hoy no estuviéramos juntos en este salón.
Muchos
sacrificios y lágrimas hemos derramado, nosotros mismos hemos sufrido
transformaciones en nuestras vidas y en nuestra familia, todo gracias a
SENDEROS y sus circunstancias, el cual pronto nos enseñó el sendero capitaleño
tan distinto del de las demás provincias. Nos habíamos olvidado que hay que ser
"mansos como palomas y prudentes como serpientes". Nos habíamos
olvidado que TODO EDUCADOR ES UN SEMBRADOR, un gran sembrador de ideas,
valores, costumbres; no sólo de conocimientos adquiribles en un libro, y que la
semilla se iba a enfrentar con una tala del verdor de nuestros campos, con
menos agua que surcaran su tierra sembrada, con menos recursos que pudiesen
hacer germinar y crecer sanamente la semilla.
Nos olvidamos
que la polución nacional ha contribuido a hacer más difícil el germinar de las
semillas, la polución del dinero fácil, el de la compra de conciencias, la
polución del egoísmo familiar o en el
mismo seno de la familia, la polución de la comodidad en el vivir sin metas
futuras o necesidades a alcanzar, pues en el hoy sobran los bienes materiales aunque
falten los internos, los invisibles que se desean llenar con lo material y el
engaño; la polución de los elementos enajenadores artificialmente tan
socorridos por los pobres de espíritu*, y por los hambrientos insaciables de más
dinero, no importa a costa de la salud, de la felicidad y de la vida de otros
seres humanos igual que ellos.
Mucho nos costó
hacer saber que SENDEROS no era una escuela para minusválidos, sino al
contrario, deseábamos una escuela para los inteligentes, para la élite
intelectual, que suele ser inquieta, pues desea volar más alto y más rápido; que no
éramos para los inquietos que utilizan su mala conducta como excusa que esconda
su falta de capacidad de intelecto, su falta de disciplina interna y externa,
su desorganización mental, su incapacidad de escuchar y observar, y no sólo el oír
y ver.
Mucho hemos
luchado para que otros entiendan que realmente no somos diferentes, somos una
mezcla muy parecida a la escuela de ayer, a la de la educación liberadora, a la
educación del sentido común con amor. Puede ser que esto ya no exista, pero no
es más que eso.
Creemos en la
disciplina exterior que nos induzca a la vida interior y ésta como paso
necesario, fundamental para el crecimiento intelectual y la madurez objetiva.
Creemos en el
diálogo con aquellos que son lo suficiente maduros para hacerlo, así como en el
condicionamiento para aquellos que aún necesitan de la presencia del padre, de
la autoridad para poder actuar socialmente y aun no han aprendido el difícil
arte de dar y recibir, recibir y dar.
Creemos en la
persona, en continuo cambio si así lo quiere, si se decide, con el paso inicial
de creer en sí mismo y amarse a sí mismo, para aceptarse tal como es, tal como
ha sido y aceptar valientemente también que aún no se es lo que se soñó ser en
este momento exacto de su existencia.
“Todo es posible
si se confía en la propia capacidad, que generalmente se oculta tras una niebla
de prejuicios y temores.
El
aprendizaje es arduo, pero será premiado con un resultado imprevisto, con una
nueva y excelsa forma de la felicidad a la que acceden los que aceptan el
desafío."
Creemos en la
escuela, pero con la familia incorporada a la misma; sin educación domestica,
casera, de uno, de dos, de tres, no importa el numero de adultos responsables
dentro del hogar, lo que sí importa es la calidad de la vida, la oferta de
hogar, calor, amor, igualdad; hermanadas.
La escuela sola, no puede, no es sustituta, es complementaria.
Creemos que hay
un camino distinto para cada uno de nosotros, y nadie debe obligarnos a ser
iguales; lo distinto en SENDEROS es el comprender que hay reglas generales de
convivencia, y existen las concesiones individuales de acuerdo al grado de
crecimiento de uno y otro.
Ustedes que
creyeron en nosotros, gracias. Sin ustedes los padres y su asociación, sin
ustedes alumnos y profesores senderistas, SENDEROS no sería lo que hoy es.
Entonces, también
debo decirles que: Si nos hubiesen dicho de antemano que hoy ustedes estarían
con nosotros, que íbamos a crecer humanamente, integralmente, que la semilla sí
iba a dar frutos; que íbamos a poder conocer personas tan integras, tan buenas
y nobles de espíritu, nos hubiésemos preguntado por qué no lo hicimos antes,
por que esperar tanto, por qué no nos dimos cuenta antes?
A ustedes
compañeros de aula, sepan que es mucho lo que se les ha exigido, pues es mucho
lo que la sociedad les va a pedir; el mundo del mañana amanece más áspero y
rocoso que el que nosotros ya hemos recorrido.
Nuestro último consejo, lo
ponemos en palabras de Richard Bach:
"Os ordeno
que seáis felices en el mundo, mientras viváis.
En el sendero de
nuestra felicidad encontraremos la sabiduría para la que hemos elegido esta
vida. Esto es lo que he aprendido hoy, y opto por dejaros ahora para que
transiten por su propio camino, como lo deseen."
Senderos, caminos, vías todas con un
mismo fin:
Ser autónomo:
libre;
responsable
Ser hombre con H mayúscula.
Usando de nuevo las palabras de Bach,
me despido:
"Y ahora retorno al
mundo cotidiano de
los hombres y las máquinas"
Santo Domingo, D. N.-
6 de octubre de l986.-
* Nota: En aquel entones quise decir por “pobre de espíritu” no lo que se entiende en el mensaje evangélico, sino una persona carente de razón existencial, vacío existencial, sin paz y armonía interna.
* Nota: En aquel entones quise decir por “pobre de espíritu” no lo que se entiende en el mensaje evangélico, sino una persona carente de razón existencial, vacío existencial, sin paz y armonía interna.
JRR
SARAMPION
Carlos Augusto Agramonte Cuesta
Luz Delquis Alcequiez
Zenaida Estevez Peguero
Enmanuel Ferrys Cosme
Priscila Rosa Bell González Cepeda
José Luis Mateo Minervino
Ariadna Astinez Minaya Díaz
Felix Arutro Montes De Oca Caro
Francisco Javier Pou De Castro
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