martes, 18 de junio de 2013

Primera Graduación de Senderos,1986

"PALABRAS DEL LICENCIADO JORGE R. RUIZ
EN EL ACTO DE GRADUACIÓN DEL
 COLEGIO SENDEROS"

Es estimulante el celebrar hoy el primer Acto de Graduación de nuestra Segunda Promoción de bachilleres, del año escolar 1985 - 1986. Estamos terminando en estos momentos, en este salón, la graduación que comenzamos esta mañana con un acto de acción de gracias al Señor por sus bendiciones, seguido de un desayuno familiar, en intimidad.

Estamos ahora en el acto social, externo, es la despedida de nuestras aulas y la iniciación a otra vida, a otro tipo de estudios, a los nuevos requerimientos de la misma sociedad; se deja atrás la niñez y la adolescencia para enfrentarse a las exigencias del medio, que les va a solicitar una actuación como hombres y como mujeres ya adultos. Pronto descubrirán lo duro del ser adulto y añorarán su niñez y la adolescencia que hoy  desean abandonar.

SENDEROS comenzó como una idea de dos, dos extranjeros en esta ciudad, dos cuasi recién llegados que sólo tenían experiencia acumulada en su ciudad de origen, capacidad de trabajo y entrega, interés de dar un buen servicio, y el ideal de que la educación fuese un ministerio, más que una forma de vivir.

Varias manos se nos brindaron, tales como las de Orfa Luna, Jorge Herrera, María Consuelo Sahdalá y en un segundo piso de lo que fuese el Centro de Recuperación Humana, hoy día Centro Especializado Kairos, nace SENDEROS con 13 alumnos repartidos en tres cursos, de éstos hoy dos se gradúan, toman UN CAMINO FUERA DE NUESTRAS AULAS, NUEVOS SENDEROS serán recorridos por ellos.

Gran fe tuvieron en nosotros esos primeros padres, tales como la primera familia Don Salvador y Carmen González, Héctor Holguín - Veras, Carmen Julia Cuesta, Miguel y Margot Hernández, Nelson y Marisela Sanlley.

Gran fe tuvieron los que desinteresadamente nos prestaron el dinero inicial, su local, su mano y su experiencia capitaleña. Pudiésemos citar a Pablo cuando dice:

"Tener Fe es tener la plena seguridad de recibir
lo que se espera, es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos".
(Hebreos 11,1)

Esa idea de dos, ha germinado, pero si nos hubiese dicho de antemano lo que se avecinaba, es muy posible que hoy no estuviéramos juntos en este salón.

Muchos sacrificios y lágrimas hemos derramado, nosotros mismos hemos sufrido transformaciones en nuestras vidas y en nuestra familia, todo gracias a SENDEROS y sus circunstancias, el cual pronto nos enseñó el sendero capitaleño tan distinto del de las demás provincias. Nos habíamos olvidado que hay que ser "mansos como palomas y prudentes como serpientes". Nos habíamos olvidado que TODO EDUCADOR ES UN SEMBRADOR, un gran sembrador de ideas, valores, costumbres; no sólo de conocimientos adquiribles en un libro, y que la semilla se iba a enfrentar con una tala del verdor de nuestros campos, con menos agua que surcaran su tierra sembrada, con menos recursos que pudiesen hacer germinar y crecer sanamente la semilla.

Nos olvidamos que la polución nacional ha contribuido a hacer más difícil el germinar de las semillas, la polución del dinero fácil, el de la compra de conciencias, la polución  del egoísmo familiar o en el mismo seno de la familia, la polución de la comodidad en el vivir sin metas futuras o necesidades a alcanzar, pues en el hoy sobran los bienes materiales aunque falten los internos, los invisibles que se desean llenar con lo material y el engaño; la polución de los elementos enajenadores artificialmente tan socorridos por los pobres de espíritu*, y por los hambrientos insaciables de más dinero, no importa a costa de la salud, de la felicidad y de la vida de otros seres humanos igual que ellos.

Mucho nos costó hacer saber que SENDEROS no era una escuela para minusválidos, sino al contrario, deseábamos una escuela para los inteligentes, para la élite intelectual, que suele ser inquieta,  pues desea volar más alto y más rápido; que no éramos para los inquietos que utilizan su mala conducta como excusa que esconda su falta de capacidad de intelecto, su falta de disciplina interna y externa, su desorganización mental, su incapacidad de escuchar y observar, y no sólo el oír y ver.

Mucho hemos luchado para que otros entiendan que realmente no somos diferentes, somos una mezcla muy parecida a la escuela de ayer, a la de la educación liberadora, a la educación del sentido común con amor. Puede ser que esto ya no exista, pero no es más que eso.

Creemos en la disciplina exterior que nos induzca a la vida interior y ésta como paso necesario, fundamental para el crecimiento intelectual y la madurez objetiva.

Creemos en el diálogo con aquellos que son lo suficiente maduros para hacerlo, así como en el condicionamiento para aquellos que aún necesitan de la presencia del padre, de la autoridad para poder actuar socialmente y aun no han aprendido el difícil arte de dar y recibir, recibir y dar.

Creemos en la persona, en continuo cambio si así lo quiere, si se decide, con el paso inicial de creer en sí mismo y amarse a sí mismo, para aceptarse tal como es, tal como ha sido y aceptar valientemente también que aún no se es lo que se soñó ser en este momento exacto de su existencia.

“Todo es posible si se confía en la propia capacidad, que generalmente se oculta tras una niebla de prejuicios y temores.

El aprendizaje es arduo, pero será premiado con un resultado imprevisto, con una nueva y excelsa forma de la felicidad a la que acceden los que aceptan el desafío."




Creemos en la escuela, pero con la familia incorporada a la misma; sin educación domestica, casera, de uno, de dos, de tres, no importa el numero de adultos responsables dentro del hogar, lo que sí importa es la calidad de la vida, la oferta de hogar, calor, amor,  igualdad; hermanadas. La escuela sola, no puede, no es sustituta, es complementaria.

Creemos que hay un camino distinto para cada uno de nosotros, y nadie debe obligarnos a ser iguales; lo distinto en SENDEROS es el comprender que hay reglas generales de convivencia, y existen las concesiones individuales de acuerdo al grado de crecimiento de uno y otro.

Ustedes que creyeron en nosotros, gracias. Sin ustedes los padres y su asociación, sin ustedes alumnos y profesores senderistas, SENDEROS no sería lo que hoy es.

Entonces, también debo decirles que: Si nos hubiesen dicho de antemano que hoy ustedes estarían con nosotros, que íbamos a crecer humanamente, integralmente, que la semilla sí iba a dar frutos; que íbamos a poder conocer personas tan integras, tan buenas y nobles de espíritu, nos hubiésemos preguntado por qué no lo hicimos antes, por que esperar tanto, por qué no nos dimos cuenta antes?

A ustedes compañeros de aula, sepan que es mucho lo que se les ha exigido, pues es mucho lo que la sociedad les va a pedir; el mundo del mañana amanece más áspero y rocoso que el que nosotros ya hemos recorrido.

Nuestro último consejo, lo ponemos en palabras de Richard Bach:

"Os ordeno que seáis felices en el mundo, mientras viváis.

En el sendero de nuestra felicidad encontraremos la sabiduría para la que hemos elegido esta vida. Esto es lo que he aprendido hoy, y opto por dejaros ahora para que transiten por su propio camino, como lo deseen."

Senderos, caminos, vías todas con un mismo fin:

Ser autónomo:
libre;
responsable

Ser hombre con H mayúscula.

Usando de nuevo las palabras de Bach, me despido:

"Y ahora retorno al mundo cotidiano de
los hombres y las máquinas"


Santo Domingo, D. N.-

6 de octubre de l986.-

* Nota: En aquel entones quise decir por “pobre de espíritu” no lo que se entiende en el mensaje evangélico, sino una persona carente de razón existencial, vacío existencial, sin paz y armonía interna.
 JRR


SARAMPION

Carlos Augusto Agramonte Cuesta
Luz Delquis Alcequiez 
Zenaida Estevez Peguero
Enmanuel Ferrys Cosme
Priscila Rosa Bell González Cepeda
José Luis Mateo Minervino
Ariadna Astinez Minaya Díaz 
Felix Arutro Montes De Oca Caro

Francisco Javier Pou De Castro





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