viernes, 28 de febrero de 2014

¿Espiritista-católico, viceversa?

Decir que mi familia era católica no seria verdad del todo. Si hubiese que llenar un  formulario, cosa  que nunca lo vi.,   como se hace en el censo, hubiésemos dicho que si lo éramos, pero en la practica no, para nada.

La religiosa era mi mama. Ella iba a misa todos y cada uno de los domingos y fiestas que guardar, participaba en el coro de la iglesia y por tanto iba a  los ensayos durante los días de  la semana en horas de la tarde. Detrás de la puerta de entrada de la casa siempre estaba un  guano tejido de los que entregaban el domingo de Ramos en la Iglesia San Agustín en el barrio la Sierra, con el P. Espirali, agustiniano. (Mi padre decía que Espirali al predicar pedía que en el momento de la limosna el dinero no sonase, era billetes que quería, ninguna moneda).  No recuerdo nada más de carácter religioso en mi casa; ni crucifijos, ni laminas, nada, excepto en mi cuarto, donde mi Lupe permanecía en la pared de la cabecera de la cama.

Mi hermana eventualmente iba a misa. Ella asistía  a un colegio de monjas, La Divina Pastora. Existe una foto de ella vestida de monja según usaban en su colegio al ella  asistir a una actividad donde participaban distintos grupos de religiosas de varios colegios y algunas alumnas seleccionadas se disfrazaron como  ellas, de monjas. La verdad que mi hermana era la”monja” mas linda que he visto. Recuerden que solo tengo una hermana, María del Carmen, pero al nacionalizarse de USA, se quito el María y quedo solo con el Carmen.

Mis tías yucatecas que vivían en el piso de arriba a nosotros, eran religiosas a su manera, no recuerdo  que fuesen a iglesia alguna, ni  recibir visita de cura ni monjas; no oí o vi  ni rezos, ni rosarios, ni nada por el estilo, pero Guadalupe era Guadalupe. Gracias a ellas dos  tengo la imagen conmigo desde aquel entonces.

No recuerdo haber recibido educación o información religiosa alguna en casa, aunque yo leía mucho los paquitos o muñequitos sobre Vidas Ejemplares de Santos  y cosas similares. Me gustaba y me gusta leer.

Mi padre conoció a Jesús, y la Biblia en el exilio, pero ya en Chicago. A el le gustaba ir a capillas, no a iglesias grandes. Me llevo a donde el solía ir, y realmente era tranquila, con poca luz, muy tenue  y el olor típico de las iglesias de USA, una mezcla de incienso, velas siempre encendidas  y humedad. También me llevo, ya  en el centro de Chicago,  a una grande, quizás catedral o basílica,  para que viese la cantidad de personas comulgando que salían del trabajo a la hora de almuerzo y regresaban. Cuatro filas de  personas jóvenes de ambos sexos que durante  una hora u hora y media acudían a esa iglesia para luego  retirarse sus labores. El prefería la capilla intima.

Solía  narrarme la anécdota del judío que estuvo en el Vaticano estudiando y buscando la Iglesia verdadera; al salir se convirtió al catolicismo. Cuando le preguntaron por que, que señales había que el catolicismo era La iglesia verdadera solo  contesto que si después de  tantos desastres cometidos por sus miembros,  aun estaba  en pie y existía,  era  porque Dios a pesar de todo estaba con ella y tenia que ser la escogida..

En La Habana el era espiritista,  creyente de santeros y demás;  eso yo lo supe en una de esas salidas los sábados  y  eventualmente visitábamos casas con sus grandes altares a San Lázaro, Santa Bárbara, La Virgen de Regla.  En casa eso no se mencionaba, quizás por respeto a mi madre. No lo confundan con la brujería o la santería, el espiritismo se parece, pero no es lo mismo.
  
Si bien les mencione un altar con figuras que suena a santería pura, el espiritismo cree en un solo Dios creador, infinito y en seres espirituales que encarnan con una energía propia o alma. Nos podemos comunicar con estos seres  espirituales ya sea viéndolos, oyéndolos o recibiendo su mensaje por medio de la escritura, que supongo que fue la forma en que se escribió la Biblia para que sea palabra de Dios y no la palabra del escritor pura y simple. Este ente  o espíritu  puede reencarnar varias veces.

Para serles sinceros,  aunque tengo una estructura mental católica, yo creo 100% lo del espiritismo y diría que hasta lo practico,  pues me comunico con mi madre Noemí de vez en cuando.

Volvamos a La Habana. Yo hice la primera comunión un 8 de enero de no se que año, pero ya con unos 9  de edad, y lo hicimos solos mi primo Manolito que venia de USA para esos fines y yo. Por poco no me dejan hacerla porque no me aprendí y no me he aprendido lo de “Dios te Salve Reina y Madre…”  Además yo estudiaba en un  colegio norteamericano por lo que más bien seria de orientación protestante mas que católico, aunque  la palabra Dios no se oía nunca ni con aquello de “IN GOD WE TRUST” que aparece en los billetes verdes.

La Revolución Castrista, no la revolución nacionalista inicial del Directorio Estudiantil de José Antonio Echeverria, ni  los del Frente del Escambray con Eloy Gutierrez Menoyo, ni la  del 26 de Julio autentico de Camilo Cienfuegos,  fueron los que me llevaron a la iglesia romana. Efecto contrario, una forma de oponerse era siendo catequista y me hice, siendo de la Juventud Acción Católica (JAC) y me hice. Ya en el exilio me brindaron una beca en el Belén de Miami y no iba a decir que no, y ya ahí me “engatusaron” y termine  cayendo en el noviciado-juniorado-filosofado  de la Compañía de Jesús por cinco años y algo mas.

Fui un ferviente admirador de Juan XXIII y del  Concilio Vaticano II. Trabaje en escuelas católicas de Santiago como La Salle y el Sagrado Corazón de Jesús.  Me hice parte de la comunidad lasallista de tal forma que yo hacia mi propio retiro espiritual de tres  días en el colegio en un habitat  que ellos me brindaban; y me hice casi consejero de las monjas del Sagrado con su retiro espiritual dado por mi a mediados de  los 70’s. Además de las convivencias” tanto a los varones de La Salle acompañado del Hermano  Pedro Fernández  como a las damas  del Sagrado acompañado de Sor Paulina Estrella.

Cuando mas tarde me divorcio lucho con lo imposible, quedar dentro de la iglesia y cuando me re-caso, ahí fue verdad que me dieron un “fua” desde Roma y me quede solo con el epíteto de católico-espiritista.

Analizo para mis adentros que cuando hoy por hoy me dirijo a la divinidad es realmente al Dios creador, conocedor de todo. Una vez lei que uno no debe repetir sus cuitas a Dios, pues al fin al cabo El ya las sabe y si es una petición, que es lo que mas abunda, no debe repetirlas tampoco, pues en este caso demuestra desconfianza, ya El las oyó. En realidad trato de no repetir lo mismo, pero no  con mucho éxito.

Por supuesto hablo mucho con Lupe en mi mente, casi como hablar por teléfono sin recibir respuesta del otro lado, aunque a veces siento que me dicen “haz esto o no hagas aquello, espera, no te adelantes”. Podría ser mi conciencia quien me guía, yo de hecho se lo achaco a los que me cuidan y guardan siempre a mi lado.



A quien suelo  habar,   pedir y llamar cuando siento que me falta paz, armonía, tranquilidad, luz y sabiduría es al Espíritu Santo. De hecho hace poco en la Fiesta de Pentecostés hice publico una oración que dice: “Ven Espíritu Santo, alumbra mi corazón y espíritu, danos la paz de tu amor y la Gracia de vivir en Cristo Jesús.”

Con el pobre Jesús, realmente casi no hablo en mi mente, aunque últimamente mas que antes, pero cuando empiezo a hablar u orar, no rezar, suelo decir “Dios…” y se en el fondo de mi que no es a Jesús  a quien me dirijo. Al terminar el día doy gracias por todo lo acontecido y cuando algo fuera de lo común y positivo sucede, lo hago por igual en el momento, en el instante. He aprendido a agradecer


En resumen  soy espiritual, como mi padre,  sin religión o comunidad, o normas a seguir. Ya en otra ocasión manifesté que mi padre muere un 1ro de febrero del 71 en un frío día de Chicago y su cuerpo fue velado donde el escogió, en una Iglesia Católica, NO ROMANA cerca de donde residía  No me comunico con mi padre, como hago con mi madre, de hecho  ahora  vivo con el por aquí,  por el este de la isla;  cosas de la vida y de nuestras creencias

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