jueves, 24 de julio de 2014

Desorientado

Ser mensajero de la palabra es una gran responsabilidad sobre todo que debe ser acorde a la palabra misma y no a los caprichos de tu mente que escriba lo que tu quieres y no lo que debes escribir como mensaje,  ¿cómo saber si no te estas engañando a ti mismo en este proceso de ser mensajero de la palabra?

¿Cómo saber si lo dicho es lo correcto?  ¿Solo dejándote llevar por la palabra que has escrito u otro escribió como mensajero, como interlocutor o intermediario entre el mensaje que escribes, sin escuchar realmente a la fuente del mensaje mismo,  y el papel o pantalla?

Si el amar es soportarlo todo, esperarlo todo y Pablo nos habla del amor humano, a la humanidad en si, ¿por qué es tan difícil el darnos cuenta de que casi todos tratan de aprovecharse de nuestras debilidades, de nuestra bondad?

Se nos dice que seamos de una forma y la vida diaria nos enseña que debemos ser todo lo opuesto. La palabra debe tener la verdad, y entonces, ¿qué hacemos?

Debo ver a los demás como imagen y semejanza de la divinidad, pero debo ver en ellos a su vez a seres que son egoístas que solo piensan en ellos mismos y cómo montarse en nosotros, usarnos ¿Cómo lo hago?

Ser sinceros y decir la verdad, y la decimos y como quiera los que nos rodean piensan, juzgan que no es así, que estamos mintiendo porque todos mienten, entonces  yo me callo, pues evito el mentir porque se me enseñó que el mentir era uno de los 10 que debo cumplir. Entonces, ¿cómo hago?

Uno piensa que ha hecho lo correcto y justo y de pronto he sido blando, inocente, ingenuo, he actuado como si viviese en otro mundo, procedente de otro planeta, ¿y entonces?

¿Cómo ser mensajero de la palabra si yo mismo no sé, si yo mismo descubro en el diario vivir que el amor se ha convertido en una palabra vacía donde el egoísmo es el que reina?

¿Cómo seguir caminando contra la corriente, con el viento en contra?

Quisiera, desearía ser un mensajero, pero de la verdad real, no de una verdad ficticia. A veces los faros están apagados o hay tanta neblina que son imperceptibles y uno se siente desorientado o, ¿es que estoy desorientado realmente?

Nada, no hagan mucho caso, hay días en que hay más preguntas que respuestas y éste es uno de esos.






1 comentario:

  1. Buenoooooo mi querido.... ese tipo de mensajero no existe, y tenemos que seguir andando con el vientro en contra, con nuestra ingenuidad y sanidad a cuestas, hasta que nos llamen a "pichar" el juego del otro lado. Lamentablemente, nos toco nacer, vivir y caminar, en un mundo muy podrido.

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