domingo, 29 de octubre de 2017

Esa Catrina... me tiene... #232

En el 2015 salió en el cine la película “Spectre” de James Bond que se desarrollaba en la Ciudad de México para las Fiesta de los Difuntos con su desfile tipo carnaval que se hizo por primera vez para la película y luego se ha seguido repitiendo por su éxito comercial. Bueno,  fui a verla con mis hijos mayores.  Al otro día,  casualmente,  visité la ciudad, para entonces DF, para participar en un taller  sobre  interculturalidad con AFS,  por casi una semana, donde se concentraron participantes de varias nacionalidades de la Región Caribe y sur América y una norteamericana.

 Precisamente uno de las analogías utilizadas durante el desarrollo del taller fue  sobre el Día de los Muertos en México, otra cultura para nosotros, otra realidad sobre la muerte y la vida. Algunos del grupo experimentaron un choque cultural, para otros fue irritante, no entendían la mezcla de vivos y muertos en una celebración, mucho menos participar con artículos personales y fotos  de familiares vivos en un altar  de muertos.  Debo confesar que para mí, todo fue normal. No tuve sorpresas ni irritación, de ningún tipo.

Esta fiesta en México no es una tradición puramente europea, aunque se mezcle con ella  el día de todos los muertos, dos de noviembre, que la Iglesia Católica celebra.

Antes en RD no había docencia ese día, ya hoy se ha perdido su importancia;  y alguno que otro trata de limpiar la tumba de los suyos, poner flores que duren. Los ayuntamientos para esta fecha limpian, si acaso, los cementerios.

En el siglo VII el papa Bonifacio IV declara este día de los difuntos dentro del calendario romano y ya para ese entonces se celebraba en gran parte del norte de Europa como Día de Todos los Santos en un primero de noviembre, para luego celebrar el día dos, el Día de todos los difuntos. Este segundo día de noviembre es para los mexicanos  un día de fiesta, de colorido, nada de  dolor y vestirse de negro, no, es a beber y comer con los que se fueron a mejor vida.

Se hacen altares en las casas a los que se han ido con fotos de los mismos, flores de no sé cuántos pétalos, dulces, decoración con su tradicional papel picado (tema de muertos para esta ocasión),  la  comida predilecta del difunto, así como su bebida: mezcal, tequila, cerveza,  pulque o atole.  Vasos de agua, símbolo de vida y de limpieza. Copal y el incienso encendido inunda las casas  y los más mayores se reúnen a rezar por los suyos, como es el rosario. Es un día para recordar los idos y para también reflexionar sobre la vida y nuestra propia partida.

Esta tradición está asociada al ciclo del cultivo y cosecha del maíz, ciclo de muerte y vida. Para este momento se hacían ofrendas a los muertos. Tanto mayas como aztecas y otros grupos como los totonacas entendían que el destino de las almas no dependía de como vivieses sino como morías y la mayor parte de los mortales íbamos al sitio común de los muertos. Este día salían los muertos a estar con nosotros, los vivos.

Pan de muerto, dulzón, las calaveritas de azúcar o de chocolate. Anécdotas de los idos salen a relucir, con respeto, tranquilidad y alegría.

Los antepasados pre hispanos tenían en su calendario seis momentos distintos, siendo el de la cosecha del maíz la principal coincidiendo con el día oficial de la iglesia  católica para estos fines Logran hacer una simbiosis pre hispánica e hispánica en este día de muertos. El uso de cráneos como trofeos es parte de la celebración del ayer,  de ahí que hoy se usen los dulces con las formas de cráneos.

La diosa Dama de la Muerte o “Mictecacihuatl”, “La Catrina”,  preside las celebraciones pre hispanas dedicadas a los ya idos a otra vida  y a los niños. La vida y la muerte, la dualidad,  es parte de sus tradiciones desde sus ancestros.  No obstante la fecha de Todos los Santos y Halloween, son dos elementos que  tratan de opacar estas tradiciones.  De ahí quizás que  el 7 de noviembre del 2003 en Paris  la UNESCO declarará esta festividad como Patrimonio Cultural oral e inmaterial de la Humanidad,  y símbolo nacional de México. Una forma de mantener lo que un pueblo  tiene como  valor histórico y cultural.

Una festividad donde varias culturas se entrelazan, las distintas culturas prehispánicas de la región y la europea, creando una simbiosis, un sincretismo espiritual, más que religioso: el Día de la Muerte reinante, desde la tarde del 31 de octubre  hasta el mediodía  del dos de noviembre  la Muerte

Dibujos y retratos de la Catrina, la Reina: 










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