Siempre le he hecho caso a las coincidencias, porque no existen. Las coincidencias no existen, son parte de una realidad posterior, como un deja vu que está por realizarse en el tiempo.
Cuando Jorge Armando era de edad de educación inicial en un verano, pudiera ser del 85 lo pusimos en un campamento que seria la base de lo que hoy es el colegio Mi Colegio y se hizo una mini relación con Doña Mercedes Toral de Hazoury. .
Durante mi estadía en INTEC desde agosto del 1979 a octubre del 1985 conocí muchos estudiantes, hoy exitosos, pero había dos de ingeniería que me captaban la atención en aquel entonces y no sabia por qué. Santiago Ramos quien luego se casó con Carmen Rita Perez y por tanto nosotros fuimos parte integrante de su familia, y el otro era Abraham Hazoury.
Al renunciar de INTEC por razones personales, entre otras porque llega un momento en que uno se da cuenta de que ha llenado su cometido, me quedé sin trabajo. A finales de octubre de ese año 85, Abraham me llama, después de haber hablado con Jorge Max Fernández según supe, y me propone trabajar en la recién creada, en papeles, Universidad Iberoamericana, UNIBE con su sede en la parte baja del INDEN en Los Ríos.
Mi papel era escribir la base académica de UNIBE. Contrario a lo que muchos puedan pensar, me dedique a buscar en todos los catálogos de universidades en USA y ver sus reglamentos, casi no existen, al menos, en catálogos y en aquel entonces no había INTERNET. De las universidades a la fecha que tenían algo aceptable era la UCMM y el mismo INTEC y empece a escribir lo que entendía era lo mejor de las partes en un sistema que aprovechara el tiempo, pero no tan drástico como INTEC, y salió el crear tres cuatrimestres en un año.
Ese trabajo inicial me llevó a ser su primer vice rector académico para luego mudarnos a la Avenida Francia. Me dedique a que UNIBE fuese creíble, aceptable no sólo por las infinitas e importantes relaciones que el Dr. Hazoury mantenía a nivel nacional e internacional y del mismo INDEN, sino además sobre una base seria de competencia y calidad académica . Pasamos a ser miembros de la Asociación de Rectores, ADRU, la unión de universidades del Caribe, UNICA, y luego la de América Latina; ya con España se tenia el contacto, pues los estudiantes españoles venían a estudiar Odontología, y no cabe duda que la mejor Escuela de Odontología en el país en aquel entonce fue la de UNIBE, pienso que aún es así.
Considero que hice mi papel, duré 5 años de vicerrector y dos más de Asesor hasta el 92 en ese periodo trate de hacer relaciones con universidades del continente y se logró el poder sacar un titulo aquí y en USA simultáneamente, pienso que fuimos los primeros como universidad en firmar un acuerdo de este tipo. Al salir de UNIBE, empecé a dedicarme de lleno a Senderos y a los cursos de idiomas en USA y Europa.
Pero esos siete años me dieron la capacidad de conocer otro mundo. El Dr. Hazoury me quitó la chacabana típica de INTEC y me puso la corbata y el saco o chaqueta. Me mando a Mérida, Yucatán a propósito de una reunión con la Asociación de Universidades del Área como excusa, pero con la intención de que Italia y yo conociésemos mis raíces mexicanas mayas y gracias a eso, conocimos donde mi madre había vivido antes de salir para La Habana y su mundo; hasta visitamos amistades de aquel entonces.
Gracias a Abraham compramos nuestra casa. Yo soy educador, no administrador y nada comerciante. El nos ayudó a vender lo poco que teníamos, sacar un préstamo y comprar la casa. Sin sus orientaciones no lo hubiésemos hecho.
El Dr Jorge Hazoury Bahles pasó a ser mi confesor, mi padre adoptivo, mi consejero. La relación con su familia para mi fue grata y gratificante. Me hizo ver lo importante de mantener todo en familia y resolver todo los problemas dentro de la familia.
No se si llegué a ser pro Majluta en esa época, porque él lo era aunque nadie puede decir que lo fuese.
A los cinco años de vicerectoria tocaba un reemplazo. Dos más de estar y no estar. UNIBE ya volaba y ese es nuestro papel con los hijos, dejarlos volar.
Estuve en el mortuorio del Doctor Hazoury, no pude quedarme mucho tiempo, soy muy afectivo, se me iba un padre, un padre adoptado; como quiera que lo pongan era mi padre. Quedan los secretos entre padre e hijo, permanecen las anécdotas y los recuerdos.
Evidentemente algo me decía internamente que mi vida estaría unida a la de Abraham así como sucedió con Santiago Ramos, yo lo presentía, algo sería, pero no sabia qué, ni cómo. Esas “coincidencias” son avisos a los que debemos hacerles caso, no sepultarlos en nuestro olvido, porque por algo suceden, por algo se hacen reales en el futuro. Podría citar otros casos como cuando, pero... “para muestra, un botón”.