viernes, 30 de septiembre de 2011

La isla, siempre la isla.

Como un canto de sirenas atrae irremediablemente. Al chocar con su orilla, con sus arrecifes, con su realidad y verdad, mi cuerpo entero tiembla siempre, se estremece, se recrudece el dolor acumulado, la fatiga vivida se explaya, el miedo sepultado emerge, la nostalgia a flor de piel suda, los ojos siempre, también irremediablemente, padecen la tempestad de sus aguas que corren  por el borde de la nariz camino a las mejilla salando el rostro.

¿Por qué somos de la isla? Eso no importa, somos, seremos y seguiremos siendo aun después de habernos marchado.

La isla no desaparece, ella te marea, y te hace ser de ella, se adueña de ti a pesar de los pocos años que estuvimos juntos, la isla caimán, la isla perla, la isla en medio del mar abriendo como llave al Golfo, protegiendo con su cuerpo cual dique el calor del Caribe del frío del Atlántico. La isla te domina, controla nuestros sueños, suspiros; nuestra existencia.

La isla con su imán, con su capacidad de llamar una y otra vez, día a día,  recordándonos que allá está esperando en medio de las aguas y nosotros fuera a sabiendas que al final de todo, se nos ha negado el derecho de que nuestro cuerpo se haga una  con ella. Al partir,  dejaremos como su fruto, parte de ella misma en otra tierra, en otra frontera.

La isla mágica, la inolvidable,” apacible” en medio del mar.

NOTA: Deseo añadir al escrito de hoy algo de la isla misma, a Leonardo Padura, escritor, actualmente vive en la isla, decidió quedarse.

En su ultimo libro “El Hombre que amaba los perros” sobre el asesinato en México de Trotski, ordenado por Stalin en 1940 ha escrito lo siguiente sobre su vivencia socialista:

eramos la generación de los crédulos, la de los que románticamente aceptamos y justificamos todo con la vista puesta en el futuro...la de los que fueron a la guerra a los confines del mundo porque así lo reclamaba el internacionalismo proletario, y allá nos fuimos sin esperar otras recompensas que la gratitud de la Humanidad y la Historia.”

De lo que estábamos enterados y muy seguros era que de nosotros se esperaba solo fidelidad y mas sacrificio, obediencia y mas disciplina.”

...a estas alturas no creo que haya mucha gente que se atreva a negarme que la historia y la vida se ensañaron alevosamente con nosotros, con mi generación, y, sobre todo, con nuestros sueños y voluntades individuales, sometidas por los arreos de las decisiones inapelables.” “No exagero si digo que hemos atravesado casi todas las etapas posibles de la pobreza”

...y a constatar la programada ignorancia en la que habíamos vivido durante décadas y el modo sistemático en que habían sido manipulados nuestra credibilidad y nuestro conocimiento.”

...desde el instante en que la utopía fue traicionada y peor aun, convertida en la estafa de los mejores anhelos de los humanos. El sueño estrictamente teórico y tan atractivo de la igualdad posible se había trocado en la mayor pesadilla autoritaria de la historia, cuando se aplico a la realidad, entendida con razón, como el único criterio de la verdad. Marx dixit”

¿Todo para llegar a esto?... Perdieron la fe y se escapan...un éxodo biblico..., una fatalidad”
(verano del 94, referente a la salida masiva desde Cojimar)

Cosas que guarda la isla.

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