Lo mire, por arriba, por abajo, de lado, le di a todos los botoncitos, pero no suena.
Al rato volví, me levante del asiento y nada, no suena y no hay dato alguno de que haya sonado.
De pronto escuche un sonido pensé que era él, casi salgo corriendo, Tom se me mete en el medio, digo que se yo, pero era el de la televisión. Me volví a equivocar.
No sé qué haríamos sin él, nos mantiene al día, nos entretiene, nos une. Oímos música, jugamos, mandamos mensajes, chequeamos las actividades, navegamos, todo menos hablar, pero no suena.
Parece que no funciona. No funciona es como no sirve. Bótalo que no sirve, bótalo que no funciona, así me decía el peque de la casa cuando el carrito ni pa tras ni pa alante. Eran las pilas o baterías.
Bueno, el caso es que este celular parece que no funciona, nadie ha llamado, no ha sonado, nada de nada. Llamo y no contestan, correo de voz.
Miro el calendario, contrale, es domingo y los domingos son así, bótalo que no sirve, los domingos deberían botarlos porque no funcionan.
Mañana es lunes y funcionara el celular, pero esas llamadas prefiero no recibirlas, del banco, del cable, del seguro, del carro, del… recordando lo que ya tú te recordaste desde que abriste un ojo en la mañana, antes de que sonara el despertador y trataste de dejar atrás esos “malos” pensamientos.
Quizás soy yo el que no funciona, hoy es domingo, y ni el televisor tiene algo que valga ver. ¡Oh Dios!, hay algo que evidentemente no funciona .
Octubre 22, 2010
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