Me fascinan las armas de
fuego. Todo por efecto del haber vivido en, con, y dentro de la revolución. Eso fue lo que viví, me tocó y
quizás lo elegí. No dentro de la isla,
sino fuera. Dentro quería ser de las brigadas juveniles con su uniforme
pantalón verde olivo y camisa amarilla que luego fue el uniforme que escogí
para el Centro Educativo Santiago, CES; pero mi padre no me dejó, y también dentro se me ofreció una, pero
nunca llegó, menos mal que nunca llegase, pues con la invasión de Bahía de
Cochinos es posible que yo hubiese caído también. Mi papá nunca tuvo, le temía, siempre fue más sensato que
yo, o quizás la usó cuando Machado y
sabia lo que eso significaba.
En Miami ya la cosa fue
distinta, aprender a armar y desarmar, disparar con 45, M 1, con metralleta de
la época, todo eso era parte de uno, no
siempre, pero lo hacíamos en los Everglades, las detonaciones no se escuchaban
o llamaban la atención. Sí, yo era muy menor
de edad, no importa, es parte de la época aunque uno estuviese radicado para
ese entonces en USA.
Ya aquí con una 38 o con lo que
hubiese disponible de alguien que la prestase. Hay gatillos sensibles, una vez,
hace ya un tiempo, estábamos en el
campo, me enseñaban con orgullo un arma, la tome en mis manos , el gatillo era
hiper sensible y salió un disparo, no sé donde cayó, menos mal que nadie estaba enfrente de mí, aunque si a mis lados, bueno no sabía que estaba
sobada y que el seguro se lo habían quitado. La devolví inmediatamente y
respiré hondo, mis manos temblaban, no hablé en un buen rato.
Disparar en un sitio legal para esos efectos como en el local situado en la
Rómulo Betancourt y Privada donde iba con mi amigo Expedy Pou Aybar, (otro
amante de armas, pero que ha sido miembro de las Fuerzas Armadas); es de mis delicias guardadas en mi disco duro
personal.
Reconozco que me apasionan las
armas, una luger en su época, una block,
una blogger…bueno, me gustan, manuales, no tanto las largas, dan duro en el
hombro.
Pero no tengo. Porque sé que no
debo tenerla. Es un peligro para ,mi y para otros. Aunque nadie lo crea, soy
violento, me controlo, trato de que no lo sea, pero lo soy, y si tengo un arma
de fuego conmigo, no sé si la usaría o no. En el fondo pienso que sí y por eso
es mejor no tenerla.
Cuando a uno le caen esas
depresiones y desengaños de la humanidad
que le rodea; cuando esos días están nublados fuera y dentro de uno y no se
vislumbra que el sol va a salir; cuando
la única conversación que uno tiene es con uno mismo y se convierte en
demasiada conversación , pienso que si esta a mano, por mi cabeza pudiese ser que me cruzase el usarla contra mí mismo y
eso mis hijos no lo merecen.
Me han ofertado, me han hecho
ver su necesidad como forma de protección por la falta de seguridad en que
vivimos. Antes, cuando uno no estaba solo, lo pensaba, pero ahora sin nadie a quien
proteger, qué más da. Por muy maduro que uno piense que es, uno nunca sabe en
qué pie pueda uno estar y caer en la tentación.
Cuando me robaron los lentes “con
nombre” recetados en la esquina del colegio por un individuo en un motor a
quien yo pretendía ayudar con una supuesta dirección que él buscaba, si hubiese
tenido un arma conmigo, de seguro la hubiese disparado, sin dudar, más aun por sentir que había
caído de “estúpido con p”, eso sí, sin ver, porque no tenía los lentes puestos, y sabe Dios a quien yo le hubiese dañado la
vida, además de la mía.
Cuando x y o z … quizás la hubiese sobado y salido con ella
en la mano y luego qué? No, lo mejor es no tenerla, al menos yo y personas como
yo.
Reitero, me fascinan las armas
de fuego, es como un orgasmo o más que eso
el simple hecho de tocarla, tenerla en mis manos, pero no, personas como
yo no deben tenerlas, entonces ¿por qué tantas personas las tienen? ¿Por qué aun permiten a los militares y
policías ir a su hogar con armas, en
lugar de dejarlas en la estación o
cuartel? ¿Por qué están pensando en que sea más fácil su adquisición volviendo
a la importación de las mismas? ¿Por qué no hacer uso de las armas inteligentes
que solo son disparadas por su legitimo dueño y por más nadie?
No soy de los que opinan que se
debe desarmar a la población, sino que no se debe ostentar, sin considerar la
mínima posibilidad de armas largas en la
calle en tiempo de paz. Se debe ser muy
precavido al dar un permiso para portar armas empezando con los mismos policías y militares que son
violentos, y sin control de “carácter”.
Si a veces yo mismo no me
entiendo y me es difícil controlarme , cómo puedo entender la mente de otros y
menos aun controlarlas, pero después del daño hecho, ¿qué más podemos
argumentar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario