jueves, 18 de abril de 2013

Confieso que me fascinan.


Me fascinan las armas de fuego.  Todo por efecto del haber  vivido en, con, y dentro de  la revolución. Eso fue lo que viví, me tocó y quizás lo elegí.  No dentro de la isla, sino fuera. Dentro quería ser de las brigadas juveniles con su uniforme pantalón verde olivo y camisa amarilla que luego fue el uniforme que escogí para el Centro Educativo Santiago, CES;  pero mi padre no me dejó,  y también dentro se me ofreció una, pero nunca llegó, menos mal que nunca llegase, pues con la invasión de Bahía de Cochinos es posible que yo hubiese caído también. Mi papá nunca  tuvo, le temía, siempre fue más sensato que yo,  o quizás la usó cuando Machado y sabia lo que eso significaba.

En Miami ya la cosa fue distinta, aprender a armar y desarmar, disparar con 45, M 1, con metralleta de la época, todo eso  era parte de uno, no siempre, pero lo hacíamos en los Everglades, las detonaciones no se escuchaban o llamaban la atención.  Sí, yo era muy menor de edad, no importa, es parte de la época aunque uno estuviese radicado para ese entonces en USA.

Ya aquí con una 38 o con lo que hubiese disponible de alguien que la prestase. Hay gatillos sensibles, una vez,  hace ya un tiempo, estábamos en el campo, me enseñaban con orgullo un arma, la tome en mis manos , el gatillo era hiper sensible y  salió  un disparo, no sé donde cayó,  menos mal que nadie estaba   enfrente de mí, aunque  si a mis lados, bueno no sabía que estaba sobada y que el seguro se lo habían quitado. La devolví inmediatamente y respiré hondo, mis manos temblaban, no hablé en un buen rato.

Disparar en un sitio legal  para esos efectos como en el local situado en la Rómulo  Betancourt y  Privada donde  iba con mi amigo Expedy Pou Aybar, (otro amante de armas, pero que ha sido miembro de las Fuerzas Armadas);  es de mis delicias guardadas en mi disco duro personal.

Reconozco que me apasionan las armas, una  luger en su época, una block, una blogger…bueno, me gustan, manuales, no tanto las largas, dan duro en el hombro.

Pero no tengo. Porque sé que no debo tenerla. Es un peligro para ,mi y para otros. Aunque nadie lo crea, soy violento, me controlo, trato de que no lo sea, pero lo soy, y si tengo un arma de fuego conmigo, no sé si la usaría o no. En el fondo pienso que sí y por eso es mejor no tenerla.

Cuando a uno le caen esas depresiones y desengaños de  la humanidad que le rodea; cuando esos días están nublados fuera y dentro de uno y no se vislumbra  que el sol va a salir; cuando la única conversación que uno tiene es con uno mismo y se convierte en demasiada conversación , pienso que si esta a mano, por mi cabeza pudiese  ser que me cruzase el usarla contra mí mismo y eso mis  hijos no lo merecen.

Me han ofertado, me han hecho ver su necesidad como forma de protección por la falta de seguridad en que vivimos.  Antes,  cuando uno no estaba solo,  lo pensaba, pero ahora sin nadie a quien proteger, qué más da. Por muy maduro que uno piense que es, uno nunca sabe en qué pie  pueda uno  estar y caer en la tentación.

Cuando me robaron los lentes “con nombre”  recetados en la esquina  del colegio por un individuo en un motor a quien yo pretendía ayudar con una supuesta dirección que él buscaba, si hubiese tenido  un arma conmigo,  de seguro la  hubiese disparado,   sin dudar, más aun por sentir que había caído  de “estúpido con p”,  eso sí, sin ver,  porque no tenía los lentes puestos, y  sabe Dios a quien yo le hubiese dañado la vida, además de la mía.

Cuando x y o z  … quizás la hubiese sobado y salido con ella en la mano y luego qué? No, lo mejor es no tenerla, al menos yo y personas como yo.

Reitero, me fascinan las armas de fuego, es como un orgasmo o más que eso  el simple hecho de   tocarla,  tenerla en mis manos, pero no, personas como yo no deben tenerlas, entonces ¿por qué tantas personas las tienen?  ¿Por qué aun permiten a los militares y policías ir a su hogar  con armas, en lugar de dejarlas  en la estación o cuartel? ¿Por qué están pensando en que sea más fácil su adquisición volviendo a la importación de las mismas? ¿Por qué no hacer uso de las armas inteligentes que solo son disparadas por su legitimo dueño y por más nadie?

No soy de los que opinan que se debe desarmar a la población, sino que no se debe ostentar, sin considerar la mínima  posibilidad de armas largas en la calle en tiempo de paz. Se debe  ser muy precavido al dar un permiso para portar armas empezando con  los mismos policías y militares que son violentos, y sin control de “carácter”.

Si a veces yo mismo no me entiendo y me es difícil controlarme , cómo puedo entender la mente de otros y menos aun controlarlas, pero después del daño hecho, ¿qué más podemos argumentar?

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