miércoles, 10 de abril de 2013

Sigo...pensando


Según se cuenta en el Génesis, Dios le dijo a Abraham que de su descendencia nacería el pueblo de Dios. De Isaac y así fue. De él  vino Jacob y luego Judá.   David descendiente de Judá y José, esposo de María era descendiente de David. Jesús hijo de José.

María virgen queda encinta y se le pone de nombre Emmanuel tal como el profeta Isaías había escrito. El Hijo de David.

Se da el censo y la pareja va a Belén donde nace Jesús cumpliéndose lo que Miqueas había dicho. Y tienen que ir a Egipto para que así se cumpliese lo que Oseas había escrito. Esto provocó que Herodes terminase con los recién nacidos como había dicho Jeremías.

José va a Galilea,  al pueblo de Nazareth que según Mateo se cumplía lo que los profetas habían dicho de que el Salvador sería llamado Nazareno.

Juan el Bautista va a ser gestado casi como un milagro de la naturaleza y el ángel le dice a  Zacarías lo que sucedería,  y así fue,  naciendo el llamado Bautista  más tarde como primo de Jesús.

 Años más tarde, quizás 30, aparece Juan el Bautista predicando tal como Isaías había predicho,  al igual que Malaquías. Juan bautiza a Jesús

Jesús dice a sus discípulos  donde encontrarían   un burro para él entrar sobre el mismo  a Jerusalén tal como Zacarías había dicho, así como predijo que matarían al pastor y las ovejas se dispersarían.

El mismo Jesús dijo lo que iba a pasar: ser entregado a los jefes de los sacerdotes, lo  condenarían a muerte, lo entregarían a los romanos, se burlarían, escupirían y lo golpearían y matarían, pero tres días después resucitaría.

Jesús dijo que uno de los discípulos lo entregaría.

Jesús les dijo que encontrarían un hombre con un cántaro que les enseñaría donde pasar la  Pascua esa última noche y así fue.

Jesús le dijo a Pedro que lo negaría tres veces antes del canto del gallo y Pedro lo negó tres veces.

Las ropas que Jesús llevaba fue dividida entre los soldados , él  fue golpeado, se le dio vino agrio todo tal como el salmista lo había predicho.

Todo sucedió como estaba previsto por la  Escritura, todo estaba " previsto".

Si eso sucedió con Jesús, ¿quién nos dice que con cada uno de  nosotros no puede ser parecido?

 Que todo esté previsto, todo sea del  fatum,  la fatalidad, el destino.

 Claro, siempre queda el argumento del “ libre albedrío”.


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