lunes, 29 de abril de 2013

Me pesan.


Manchas marrones cual pecas avanzan sobre las verdes raíces  que brotan con fuerza desde su centro casi rompiendo la  leve piel de cebolla que las cubre. Las raíces por momento se ocultan y luego se lanzan al vacío, aquí estamos.

Antes caminaban sutilmente, ahora no, son descaradas, no les importa hacerse ver en toda su magnitud.

La piel de cebolla luce surcada, arada,  cual si fuera la corteza de una  ciruela pasa.

Hay un repliegue de las raíces  a medida que avanzan a su final o término.

De un  lado las raíces se cruzan entre si y se enredan, una con otra. Del otro lado  hacen juegos geométricos, parecen ángulos rectos.

Al voltearla las líneas se multiplican, como expresar lo que veo,? Cuando un niño toma un creyón sobre un papel y empieza a escribir sin saber escribir sobre el papel y las líneas que traza se suben una sobre otra, y de pronto ya no hay papel en blanco, sino una comunidad de líneas, vieron la imagen? Pues así seria.

Al final unos puntos blancos y rojos, más rojos que blancos repuntan y recogen  de pronto el final de las líneas como si fuese en un juego de “yaquis” que  se toma todo en una sola mano, y  aparecen unas líneas hondas, profundas como un muro  bloqueador que detiene todo para dar paso a los puntos rojos y blancos.

Al final -final una dureza que cada día es menos dura, pero se crecen de forma autónoma, como si tuviesen vida por sí mismas, es más, deben tener vida propia.

Siento que las raíces se cargan por dentro como si guardasen energía, como si tuviesen un movimiento interno del cual no soy capaz de ver, solo de imaginármelo. Cuando esto sucede, la piel de cebolla luce expandirse, pienso que en algún momento se romperá y quedará la raíz al descubierto.

Justo en ese instante, en ese  preciso momento, me pesan. Me pesan mis manos.

2 comentarios:

  1. Si. Veo la imagen. Y veo que asi como aumenta el peso de las manoo, aumenta la ligereza del corazon.

    ResponderEliminar