Creo que existe un ser superior a nosotros todos, creador del inicio evolucionador que aun se mantiene evolucionando, cambiando, en movimiento continuo. Todo sale de El y vuelve a El decía Teilhard de Chardin y entiendo que sí, todo sale y vuelve a El como ser único mas allá de la energía, más perfecto que la energía misma la cual se transforma constantemente como expresión de ella misma como materia.
Creo que somos cuerpo, alma energética y espíritu el cual es el yo unificador de mi persona, como un todo. El yo le da unidad en el tiempo y en el espacio. Creo que ese yo era de antes, se hace cuerpo y al morir el cuerpo, al carecer de energía, regresa a su hogar de origen.
Creo que todos vinimos con un fin, una razón de ser, llámese karma, misión, destino, pero venimos a ser mejores de lo que éramos antes de llegar al cuerpo. Creo en el espíritu eterno como parte del todo con el ser creador, llámese Dios, Jehová, Ala, Iahvé o como queramos apodarlo.
Creo que el espíritu antes de encarnar se le da la posibilidad de elegir dónde y en qué situación encarnar, existe el libre albedrio desde entonces. Al encarnar debe amoldarse a las leyes del universo y seguir el camino que se le ha trazado, pero que el con su “libertad” va decidiendo entre las opciones que se le presentan a tomarlas o dejarlas, solo entre las que se le presentan o el inicie.
Todo pasado está en nuestro presente inexistente, pues nuestro pasado se hace continuamente futuro en un porvenir continuo y el presente es un presente fugaz. Todo nuestro pasado histórico socio económico cultural, religioso, filosófico y normativo está presente en cada decisión, en cada visión del mundo, en cada aprehensión de lo existente y se va remodelando continuamente a medida que nuevos elementos entran en nuestro conocimiento por medio directo o indirecto. Nada es estático, todo cambia así como nuestro cuerpo, nuestra energía, nuestros conocimientos, y creencias y costumbres.
Creo en la existencia del espíritu de Dios que me da paz, amor y tranquilidad interna y hacedor de la armonía. Todo lo que no me provea de lo anterior no es positivo para mi crecimiento y desarrollo interno, no diré que sea malo, sino que no es positivo.
Creo en que Jesús existió como un hombre de gran desarrollo espiritual al punto de comulgar con el espíritu universal por su capacidad de amor y entrega.
Creo que Guadalupe se presento a los mexicanos y quedo plasmada su imagen en la túnica y es la única imagen no creada por el hombre de la madre de Jesús.
Creo que el hombre es bueno por naturaleza y está llamado a ser feliz, o al menos en paz y en armonía consigo mismo y su medio ambiente. El egoísmo es lo contrario al amor real y por tanto lo que conlleva a disociarnos y alejarnos de toda armonía y paz.
Creo que no hace falta la religión organizada que me dicte normas e impida ejercer mi libertad o libre albedrio y me aleje de mi armonía, y paz. Si creo en la utilidad de la oración como una forma de conectarnos con el espíritu universal así como la oración en comunidad, pues el grado de energía es mayor y se potencializa.
Creo en la vida después de la muerte y en el continuo aprendizaje tanto aquí como en donde estemos sea la dimensión que esta sea. El aprendizaje es continuo y nuestra integración con el espíritu del universo es parte de nuestro existir.
Creo en la libertad de vivir dignamente y en el momento en que no se den las condiciones para existir de este modo por alguna enfermedad o situación catastrófica no debe impedirse la muerte, no hablo de buscar la muerte, sino de impedirla, dejar que esta fluya como parte de la vida misma, todo lo que inicia termina menos el espíritu. Por lo anterior no estoy de acuerdo con mantener a una persona viviendo tiempo extra de forma artificial por el solo hecho de mantener vivo o resucitar a uno por medio electrónicos a sabiendas que el cerebro ya no va a reaccionar y lo que le depara es una vida vegetal, ajena a la razón de ser de vivir en paz y armonía.
Creo que es parte sustancial del hombre el vivir en sociedad, en relación constante con otros siempre que esto no conlleve perdida de mi identidad y en menoscabo de mi paz y armonía. Toda relación que nos haga ser mejores es positiva, toda relación que me haga perder parte de mi yo o de mi libertad no es positiva y debe abandonarse, alejarse.
Creo que estamos en este mundo para ser más, no para tener más, para crecer como ente espiritual encarnado. Creo en la encarnación y en la re- encarnación.
Creo en la muerte como parte esencial del vivir, y el vivir como parte esencial para avanzar a un desarrollo mayor y constante de nosotros mismos antes de partir. No todos avanzamos igualmente, ni tenemos las mismas necesidades por tanto nadie debe juzgar mis acciones siempre que estas no estén marcadas claramente por el egoísmo; de ser acciones egoístas, si tienen derecho, pues van en contra del desarrollo continuo del universo.
Creo que no hay casualidades. Todo está entrañablemente entremezclado y relacionado, y lo que entendemos que es positivo en un momento dado quizás no lo sea y viceversa. Todo sucede por algo, hasta las personas que conocemos y nos relacionamos tienen su razón de ser, lo cual puede que no sea necesariamente claro al momento que esto suceda, sino que con el pasar del tiempo se haga evidente.
8 de diciembre 2010