Ricardin es el hermano que no tuve. Los hermanos vienen sin escoger, pero él me escogió a mi. Estábamos en el mismo colegio de Belén en Miami, el en doceavo y yo en decimo, el es mayor que yo, solo tres años.
Me escogió cuando fue a mi casa en la decima avenida, frente a mi casa me pidió pasar a trabajar en el Directorio como tesorero de la preuniversitaria, la pre, le decíamos. Yo, como siempre, me excuse de no poder, el solo me pregunto’ si sabia sumar y restar, le dije que si, y me disparo’, entonces si puedes.
A partir de ahí se fue dando una relación hasta hoy del hermano menor que encuentra en el mayor la sabiduría con todos los defectos que esta sabiduría pueda tener, pero es sabiduría. El hecho de el haber estado en la cárcel por razones políticas, haberse escapado con la ayuda de su padre en el baúl del carro y asilarse en una embajada con su pelo teñido a los dieciséis años le daba más crédito a mi deslumbramiento del hermano menor por el mayor.
Ricardin me enseno a leer. Me prestaba libros,” Las Llaves del Reino” pienso que fue el primero, pero luego me hacia comentarlos, lo que me gustaba y no gustaba. Me enseno a escuchar música no solo americana, sino americana buena como la de “Chicago”, pero también la de Mozart, Bach, Beethoven que no conocía. Nunca se me olvidara la “Misa Luba” del Congo, aun la tengo en mi mente, me gusta la parte del Kyrie Eleison que se repite.
Mis padres se fueron para Chicago detrás de mi hermana y yo me quede en un apartamento en la misma decima avenida con tercera con el y con Jorge Wehbe. Mis padres me dejaron porque yo deseaba terminar el high school en Belén y por el Directorio. Ellos aceptaron porque Ricardin iba a mudarse por igual. El apartamento se convirtió en la cueva del grupo, y a veces cuando llegábamos Mayito estaba dándose su baño de agua hirviendo y talcos usando una entrada secreta que él conocía.
Pienso que Ricardin fue el causante de los tiparillos en mi vida aunque en una época le dio por fumar pipa de varios olores y sabores . Nos juntábamos a beber cerveza Orbit, la más barata, y hablar con el resto del grupo: Mayito, Pelelo, Albor, Jorge Wehbe, Javier… Hoy día seria vino. Se especializo en vinos con su propia caba. Conoce el ano, la cosecha, la fruta adecuada y el precio adecuado. Antes era muy del vino tinto, hoy andamos por el blanco por sus efectos en el cuerpo.
Cuando el se fue para Washington a estudiar yo me quede con sus funciones dentro del Directorio, la pre, secretario de organización, yo tendría 15 o 16 años. Volvió, pero volvió para entrar juntos en el noviciado de Haina. Ahí la unión fue mayor.
En Los Teques fundamos la Federación de Estudiantes Universitarios Venezolanos, FEUV, mucho nombre, pero pocas personas para ser una federación, pero trabajamos y logramos formar gentes valiosas, el en la parte masculina y yo como siempre, en la femenina.
Regresamos a la Republica, a Santiago y estando yo dando una charla en los Caballeros de la Altagracia se me acercaron unos “cabezas calientes de la época”, de los Pepines, a cuestionar la Iglesia y otras cosas del diario vivir. Eran los inquietos de la época y ahora quizás en el gobierno actual. Realmente como yo era de trabajar con mujeres, llame a Ricardin y el se reunía con ellos y surgió una amistad hasta el sol de hoy, con los hoy no tan calientes de cabeza.
Me toco salir de los jesuitas en un noviembre y fui a una pensión, la de Dona Ninín, en la Eladio Victoria, cerca de la calle López donde vivía la familia de Manuel Sahdala’. Empecé a experimentar solo un nuevo camino, pero no por mucho tiempo, pues él salió al poco tiempo de la Compañía de Jesús y se fue a la misma pensión. Compro’ un motor rojo que compartíamos y solía ir mucho a Villa González donde la familia de Chico González. Una tarde noche llego’ Ricar con el casco en la mano todo abollado y el motor no muy sano que digamos directamente a mi cuarto y me dijo: Jorgito, no sé lo que paso’, estoy aquí. Buen susto nos llevamos, el solo atino a ir donde yo estaba.
El conoció a Xiroibma y se relacionaron. Xiro siempre fue elegante, bella con su porte. Yo me case’ antes que el. Para mi desgracia, al regresar de la luna de miel en el carro que el había comprado y prestado para estos fines, no choque’, sino que me dieron la noticia de que mi padre había muerto ese lunes. El se preocupo’ de mandarme a Pegi Guzmán para conducir el vehículo, pues sabía de que yo no iba a estar en condiciones ya que mi padre era todo para mí.
Cuando se dieron los problemas estudiantiles y profesorales en Madre y Maestra en los 70’s fue de los invitados a salir de la universidad y cosas de la vida yo pase a sustituirlo en sus clases de Introducción a la Filosofía siguiendo sus apuntes y folleto, previo su consentimiento, claro está.
El paso a trabajar a Intec y luego invitado a salir del país en el gobierno del Doctor. El Doctor también me invito a salir, pero logre quedarme. Años más tarde yo también entraría a trabajar en Intec y conocí de su labor dentro de la misma, dejo su huella.
Ya en Miami su casa siempre fue mi casa, su abuela Rita lo mas amoroso del mundo y su mama Ritica de las mujeres más dulces y cariñosas con su dureza de madre. Su padre murió joven, farmacéutico, idealista y trabajador.
Estando yo en la clínica con Italia aun a mi lado en cuerpo, pero no espíritu, solo supe llamar a Ricardin, ¿a quien más?
Hace poco’ trato de darme un cursillo con la ayuda de Xiroibma y Zachary de cómo abuelear y lo que significan los nietos para nosotros los que estamos en ¨secuencia para despegue”, en lista de espera para alzar vuelo. Trato’ de que yo viese lo positivo de esa nueva etapa que se aproxima con la llegada de Jorge Eduardo en marzo.
Cuando hablamos, no importa si hace mucho no lo hacíamos, es como si hubiésemos hablado el dia anterior y volvemos a conectar. Está al tanto de todos sus amigos y llora cada ida, empezamos a ser menos. Bueno, en definitiva Ricardin es mi hermano, mi amigo, mi paño de lágrimas, mi faro con todos sus defectos y con todas sus virtudes. El es el realista, el que me hace bajar de las nubes, el que prevé las situaciones, el que adivina a distancia lo que se siente o se deja de sentir. Antes de despedirse en el verano camino al aeropuerto me dijo que me preparase que ahora venia la etapa dura de este proceso. No era la que yo acababa de vivir, sino la que se acercaba. No es brujo, no es adivino, el es solo humano, muy humano.
20 de octubre 2010
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