Saber esperar es de mis grandes debilidades, hoy lo plantearía como uno de
los aprendizajes por los que vine a este existir.
En mi memoria no descansa ni en la niñez, ni en la adolescencia, que me diese cuenta, la necesidad de esperar por algo o alguien; todo indica que no surgió un problema que me afectase y tuviese que
sentir lo que conlleva el esperar en mi temprana edad..
Buscando y rebuscando en el pasado encontré que la primera vez que me vi obligado a esperar fue cuando decidí salir
de la Compañía de Jesús despues de cinco annos de pertenecer a la misma, y a pesar de ya
haber firmado mis dimisorias, debí
quedarme dentro del Centro Bellarmino de Santiago de los Caballeros casi tres
meses mas, hasta que de Roma llegasen las dispensas, y poder pasar entonces a una vida civil.
Otro momento fue cuando me gradúe por primera vez a nivel universitario en
el 70 y no sabia que hacer para mantenerme económicamente después de pasada la algarabía de la ceremonia.
Mis padres empezaron a mandarme una ayuda económica para gastos de la pensión, dado
que al terminar la universidad ese junio
tuve que también dejar atrás el puesto
de corrector y ayudante de los profesores de español, léase, sin dinero.
Recuerdo que conseguí unas clases particulares de español a una norteamericana
que vivía por el área camino a Licey. En septiembre comencé con pocas horas o quintos de clases en
La Salle de Santiago; ya luego mas tarde
vendí la idea de crear el primer departamento de Orientación Escolar en
el país, la idea fue aceptada, cuajo, y
pase a ser profesor de tiempo completo antes de terminar ese cuatrimestre.
Al salir de La Salle en junio del 79, tenía asegurado el trabajar a partir de principios de julio en la
Tabacalera en el departamento de Recursos Humanos. Fracaso, al llegar el primer día de trabajo me
presento, pero se me hizo saber que no lo harían efectivo por mis ideas
avanzadas. Quede en el banco de espera,
léase, sin nada que hacer.
Nada sucede para mal, así que fui contratado en el Instituto Tecnológico de
Santo Domingo, Intec, como decano de Ciencias Sociales a mediados de
agosto, días antes de las tormentas David y Federico. En esos días fui de los
pocos que se presentaron al trabajo el lunes inmediato a las tormentas ya que pude
trasladarme en un avión de la Fuerza Aérea desde Santiago a Santo Domingo. En Intec estuve
hasta el 85 en que renuncie sin saber a donde me habría de encaminar. Un nuevo
salto al vacío.
Una nueva espera. Tomo' casi tres meses de espera. Se me llamo' a preparar un catalogo de la escuela de
medicina de una universidad de la
capital y ahí descubrí que no había programas
de asignaturas, solo una lista de materias a dar que no me atrevo a llamarle un pensum; ni había
nada planificado, programado. Agradecí a la persona que me llamo' para
esta labor, le comunique' lo que había encontrado, un vacío total de información; le di
las gracias por su deseo de ayudarme, y sinceramente aun estoy eternamente agradecido por su cariño
y bondad, y me fui. Meses mas tarde ese centro fue cerrado por las autoridades gubernamentales
por las mismas razones que yo aduje al no asumir el trabajo para el que me
habían llamado.
En ese verano del 85 el Ingeniero Abraham Hazoury me llama para que escribiese la normativa de la nueva UNIBE. Me
dedique' a investigar en cuanto catalogo y estatutos de universidades encontré
en el Dominico Americano, para luego sentarme y redactar en
horas de la tarde en el INDEN. Salio' el primer Reglamento Académico de la
Universidad Iberoamericana.
Al concluir se me ofrece la
Vicerrectoría Académica de Unibe y acepto. Estuve cinco años en esa posición al lado del Dr. Jorge
Hazoury Bahles, su rector y fundador; luego dos mas de asesor. Al salir en el 90 y definitivamente
en el 92 existían el Colegio Senderos fundado
por Italia y los cursos de la ELS en USA que yo representaba en el país desde
1975, así que no tuve que esperar por una nueva misión, había mucho por hacer.
Ahora al cerrar Senderos en junio de este año 2013 es la quinta vez que
tengo un periodo de reposo y espera. Algo saldrá de esta y siempre será para
bien como fue de recién graduado a La
Salle como profesor, de ahí a Intec como decano y de Intec a
Unibe como vicerrector.
En todo proceso de espera hay un depender de las situaciones y de la decisión de otras
personas. Como desde la adolescencia
soy independiente por razones de historia de vida, se me hace mas difícil este
simple hecho de esperar; además de que
mi otro proceso de aprendizaje es el de combatir la poca humildad que me
caracteriza, la cual trato de enmendar,
pero ese es otro tema futuro a desarrollar, así pues, dejémoslo ahí.
El tiempo pasa, y ya son mas de nueve meses en este esperar, aunque dedico mi tiempo libre a ser útil a los
demás, al menos pienso que lo soy, y dado mi disponibilidad de tiempo me da
flexibilidad en hacerlo. AFSDOM se ha beneficiado de ello por el momento, ya que es una labor voluntaria y yo me he
beneficiado de la compañía de los
miembros voluntarios y más aun del staff de esta gran institución. La familia inmediata y la extendida también ha recibido de mí y yo de ellos, pues es así, se da y se
recibe.
No obstante, este periodo de aprendizaje se me hace largo cada vez mas
largo, pero siempre sucede lo mejor aunque uno no lo perciba así en el momento histórico
en que lo esta' viviendo.