jueves, 24 de febrero de 2011

El vaso de agua.

Trato de exprimir mi mente, pero no sale. Busco conexiones y parece no existir alguna. Algún dato, relación, nada.  Solo sé que estábamos en Miami, todos,  mi hermana también, no estoy seguro, pero pienso que si, ya los detalles se me escapan. Cuando fue, la hora, no logro recordar.

El caso es que hay un vaso de agua con agua en una mesa lateral de la sala de casa de mi tía Georgina.
Al  entrar a la casa me entero de que mi tío Rafael había muerto, el corazón no siguió su ritmo, como ya sabemos.  ¿Fue un telegrama, una llamada?  No sé como lo supieron, pero lo supieron.  Todos apesadumbrados, llorosos. No hacía mucho nos habíamos despedido de él y todo lucia bien, pero el corazón es así, decide  y ya, se acabo todo o comienza…

Relacione el vaso con agua y la muerte.  Pregunte de forma airada, como si pudiese preguntar así un pichón de quince en una casa que ni era de uno,  la falta de humildad es de mis pecadillos, cosas que uno arrastra de otras y otras andadas por ahí.  No, no habían puesto el vaso con agua a mi tío recién ido, para que su alma descansase,  sino alguien necesito tomar agua y lo había dejado, al descuido, al menos eso me dijeron y yo baje la cabeza y salí.

Cosas que uno hace y con el tiempo te persiguen, ¨metiste la pata, metiste la pata¨.  Ni siquiera pensé en mi tío en ese momento, el vaso ocupo mi ser.  Mayor  que papa era Rafael.  Culto, leído, avezado. Tenía un salón lleno de música clásica en Tarara.  Era de ideas cercanas al comunismo aunque leí una carta de mi tío  a mi papa que le aclaraba que él no era comunista y le dolía sospechar que mi papa pensase que lo fuese y mi padre en otra carta aclarar que él nunca hablo del tema con nadie, cosas entre hermanos que trascendieron  a ellos dos.  Las cartas mi padre las guardaba y yo las rescate cuando me toco despedirlo en cuerpo.  Para mí era comunista, y de los buenos, no de los malos que llegaron a última hora, sino los de que llegan a esa convicción por leer, pensar, y darse cuenta de que la realidad no es la correcta, pero no saben que esa otra realidad es peor que la realidad que ellos estaban viendo. El caso es que mi tío Rafael era todo un ser educado, y con suerte en  los negocios, pero no así en la familia.  Su hija murió de 6 o 7 años de una enfermedad de la sangre, y su esposa, Carmelina, fidelista hasta la tabla me dijo un día a toda voz  que si sabía que yo era contrarrevolucionario me denunciaba ella misma, y lo dijo en tal tono, en tal escándalo que mi mama cerro todas las ventanas allá en la isla, antes de irnos, y que ella le secaría a Fidel todos los sudores a  besos, ah, Carmelina, no era mi tía, era la esposa de mi tío Rafael, mas nada, esa si no era  de los buenos como Rafael, mi tío de verdad.  Espero me entiendan.

Volviendo al vaso de agua, allá se quedo sobre la mesa, pero también en mi cabeza.

Con el tiempo sucede y acontece que Italia siempre dejaba un vaso de agua al lado suyo para beber en la noche por la sequedad, parte  de su todo necesitaba agua continuamente, y de pronto empezamos a darnos  cuenta de que salían bolitas como de soda en el agua.  Ahí se conecto el vaso de  casa de mi tía con ese otro vaso.  Notamos que cada vez que había problemas fuertes, las bolitas brotaban, y si no había problemas de salud aparente, no había crisis tampoco  había bolitas. Botábamos el agua con bolitas y poníamos otro. Era de su lado de la cama las bolitas, de mi lado no.

¿Saben qué?  No me lo van a creer, en los días de Italia en la clínica, las bolitas siempre estaban y se dibujaba una carita risueña de burla continua. Yo botaba el vaso, botaba agua, rezaba, y la maldita cara estaba ahí, riéndose de mí y de todos, y no le hice caso y NO LE HICE CASO!   Mi falta de humildad, no me permitió ver, pensé que yo era más fuerte, que mis oraciones eran más fuertes, que mi fe era más fuerte.  
Hoy admito que me venció y aun me vence el recuerdo de la carita risueña de ese vaso de agua.

martes, 22 de febrero de 2011

Estoy conmigo mismo.

Últimamente no digo que estoy solo, sino conmigo mismo y con Tom.

Estar con Tom no es estar solo, créanme. Estar con mis pensamientos, mis recuerdos, mi pasado, mis sueños e ilusiones no es estar solo, estoy con mi yo. Para estar con mi yo es necesario pasar por el proceso de desintoxicación de todo lo que te rodeaba, te habías acostumbrado, habituado , hecho parte de ti, de tu rutina y de tu vida.

Es un proceso como toda desintoxicación, doloroso, al paso, poco a poco, día a día y se tiene recaídas y se desea volver a las andadas, es habituar a tu cuerpo a oírte, escucharte, y luego a tu mente pedirle que deje de hablar e insinuarte cosas al oído.

Es despertar en la noche necesitando algo que no sabes que es, pero sabes bien lo que es. Todo un proceso.

Verse a sí mismo, mirarse y darse cuenta de que no somos tan bellos como creíamos, pero somos bellos a nuestra manera, en nuestra propia forma y aceptarla.  Luchar contra tus propios demonios aprendidos  lo largo de los años por tu educación, forma de pensar, por la sociedad, por la religión, por tu físico, por tu todo externo y semi  externo-interno.  Solo tu yo real es lo interno. Todo lo demás es cubierta, satélites del yo.  Tu yo real está en el fondo fondo.

Es un proceso muy doloroso por eso lo comparo con la desintoxicación del alcohol o de otra droga o medicina, que es también una droga. Hay momentos de llorar, gritar. Hay desesperación, agonía. El silencio es difícil de escuchar. Quizás algunos van a la montaña buscando el silencio, The Sound of Silence.

A pesar de todo, se me ocurre que en otras, yo fui monje. Me gusta orar, hablar con Dios o conmigo mismo, a veces no sabemos que es que, me gusta recordar y plasmar las ideas que me surgen. Me gusta leer y volar dentro del libro. Me gusta pensar que nos acompañamos mutuamente en algunos momentos del día.

Sé que el haber pasado por la Compañía me ha ayudado a que el proceso sea menos doloroso, hay herramientas aprendidas, olvidadas y recordadas.

No crean que ya estoy curado, no,  cada día es cada día, y cada hora es cada hora, tantos días sin caer, sin llorar, sin deprimirme y vamos contando los días sin fumar, o los días limpios, y seguimos contando, un día mas, un día menos, contamos. Lo importante es que no estoy solo, estoy conmigo mismo y a veces estoy con mis seres queridos idos, y a veces con el Espíritu Mayor, y a veces solo con Tom y a veces también con todos los que se que me quieren porque me lo dicen con la boca, con los ojos, con sus letras, o palabras, hay tantas formas de decir, aquí estoy.

No, no estoy solo “and we keep counting”.             
                                   
  30 de octubre 2010.

jueves, 17 de febrero de 2011

Todo se mueve.

 En la época en que la misa era de espaldas y uno ni sabía que pasaba, todo era un misterio;  un silencio, un olor a incienso y las mujeres con sus velo sobre su cabeza y muchas rezando el rosario en medio de la misa en lugar de estar en misa, es esa época donde todo era en latín: la misa, las oraciones que contestábamos, las canciones.  En ese periodo de tiempo en que aun no había surgido un Papa bueno como Juan XXIII que fue elegido como transición y aprovecho’ su momento histórico revolucionando la Iglesia con su  Concilio Vaticano II en los años 60 cambiando todo lo que mencione antes, en ese tiempo anterior un sacerdote  jesuita francés, Teilhard de Chardin, fue silenciado,  se le prohibió hablar en público,  publicar sus escritos.

Era la época del Papa Pio XII, el mismo del problemita con los judíos y los nazis.   Al padre Teilhard lo  vinimos a conocer por los escritos que sus discípulos lograron publicar por su cuenta, la copia que guardo es de hojas mecanografiadas y luego fotocopiadas.  Como buen jesuita estaba adelantado a sus tiempos, hablaba antes que otros pensasen y también como buen jesuita era obediente al  Papa de Roma, y se callo’ la boca, dejo de hablar y escribir aunque no de pensar. En 1925 le prohibieron dar clases y se fue a China a investigar como Paleontólogo y Geólogo que era.  Allá descubre al Hombre de Pekín como un ser que usa el fuego y la piedra.

Teilhard era un sacerdote científico o un científico sacerdote, dudo de que’ primaba en el. Hizo además   estudios en Botánica y Zoología. Obtuvo el grado de  Doctorado,  fue miembro del Museo Nacional de Historia Natural de Francia.  En 1947 le prohíbe el Vaticano  publicar sus obras. Muere en Nueva York en 1955.  Tres años más tarde el Vaticano prohíbe  la edición de sus obras y manda a retirar de las bibliotecas católicas todo lo publicado con su nombre. Aclaran las autoridades eclesiásticas  que las obras publicadas en español no tenían  el consentimiento o el  “Nihil Obstat” de la Iglesia.

El pensamiento de Pierre Teilhard cuestionaba el pecado original, la figura de Cristo y la creación. El planteaba que todo salía de Dios (alpha) y regresaba a él (omega). Une la creación con la evolución, un elemento inicial que cambia, se mueve, avanza. Es con la evolución que aparece el tiempo y el espacio. 

Nosotros con nuestra libertad ayudamos a que la evolución avance más o menos rápidamente. La evolución no solo  es de la materia, sino también del espíritu, la evolución se da en ambas. Avanzamos a un nivel más complejo de conciencia hasta llegar a un nivel de conciencia cósmica, no solo universal. Su obra predominante, el Fenómeno Humano debiéramos todos leerla o  releerla.  

Los que me conocen por mis clases se abran dado cuenta que lo dicho hasta aquí no les es nuevo,  yo solo he querido ser un porta voz del pensamiento de Teilhard desde hace un buen tiempo, me apropie de sus ideas,  las hice mías.

No pasa un día que no comente que todo está en movimiento, no hay nada estático, todo cambia.  Todo avanza hacia el punto Omega.   El universo se amplía continuamente, pero no en forma lineal como es nuestra estructura mental, sino de forma elíptica como es el pensar asiático.  Avanzamos elípticamente, por eso hay hechos que son parecidos, no iguales,  a otros que ya han sucedido, pero ascendemos. Por eso hay etapas en nuestras vidas que suben y bajan, como por periodos  de cinco o siete años.  Recordamos a Josué en Egipto  que hablaba de 7 años de vacas gordas y de 7 años de vacas flacas, que se debía guardar en época de abundancia para la época  que vendría posteriormente. Periodos cíclicos.

Somos como nuestros padres, pero en una versión mejorada por el tiempo y en el espacio. Nuestros espíritus avanzan si dejamos que eso suceda, si es nuestro deseo que así sea.

No hay Adán y Eva, no hay pecado original, solo el hombre que evoluciona en su lucha entre el bien y el mal, por subsistir y acomodarse a los tiempos. Hay hombres y mujeres que permiten que su espíritu avance a niveles muy por encima a la del resto de nosotros y por eso se distinguen por su energía dorada sobre sus cabezas.

Pablo VI reconoció la visión cósmica del pensamiento de Teilhard.  El Papa de Roma actual habla de una gran hostia cósmica.

Todo avanza, nada es estático, todo es energía, todo evoluciona incluyendo nuestras vidas actuales, nuestra circunstancia actual; solo depende de nosotros que nos acerquemos más a Dios-Omega y seamos mas parte de la Conciencia Universal.  Todo tiene vida y somos parte  de un todo. Nosotros de forma individual o comunitariamente, con nuestra libertad decidimos que las cosas avancen  más rápido o más lentamente.  Depende de nosotros.

Ya el Evangelio de Tomas, no aceptado por Roma, nos dice que debajo de una piedra, en todo lugar  en nosotros mismos Dios existe. No hace falta intermediarios, no hace falta estructuras para llegar a Dios, solo uno mismo en nuestra soledad o en comunidad llega a Dios,  se hace parte de la gran conciencia que podríamos llamar Divina.

Nuestro libre albedrio es parte del todo. Hay un destino, el punto omega. Para allá vamos, pero yo acelero mi auto personal o pongo la emergencia, o voy en cuarta o voy en segunda, yo decido.

Con mi libertad ayudo o desayudo a llegar al final del camino, ahora o más tarde. ¿Y yo que hago ahora?

21 de enero 2011, día de la Virgen de la Alta Gracia.

martes, 15 de febrero de 2011

La mala costumbre

Dia del amor y la amistad

Siempre vi  este día  14 como un día eminentemente comercial.  Lentamente aprendí que yo era varón y ella no, por tanto ella no lo veía así, somos diferentes, ¿de Venus, de Marte?  Siempre ella  esperaba algo, aunque fuese una notita, era más importante la nota escrita que el regalo en sí.

El tiempo al pasar nos va enseñando, a veces un poco  tarde, a veces demasiado tarde.

Hoy he preferido usar en parte  palabras no mías, sino  de una canción del español  José Abraham y cantada por Pastora Soler, “Tenemos la mala costumbre”.  Si otros lo han dicho  mejor, debemos permitirnos hacer uso de esas palabras prestadas.

“Tenemos la mala costumbre de querer a medias, de no mostrar lo que sentimos a los que están cerca.

Tenemos la mala costumbre de echar en falta lo que amamos, solo cuando lo perdemos es cuando añoramos.

Tenemos la mala costumbre de perder el tiempo buscando tantas  metas falsas, tantos sueños falsos.
Tenemos la mala costumbre de no apreciar lo que en verdad importa y solo entonces te das cuenta de cuantas cosas hay que sobran.

Hoy te daría los besos que yo por rutina a veces no te di, hoy te daría palabras de amor y las caricias que perdí…

Tenemos la mala costumbre de buscar excusas para no desnudar el alma y no asumir culpas.

Escúchame antes de que sea tarde, antes de que el tiempo me aparte de ti.

Tenemos la mala costumbre.”

Siempre pensamos que hay más tiempo, que en otro momento lo hago, luego, mañana lo digo, lo hago,… y se me olvida y pasa el tiempo. Llega el momento en que quisieses  darle a “rewind” y no hay como.  Pasan por tus ojos imágenes sin poder retenerlas. Se te escapan de las manos como gotas de aguas, te dejan la mano húmeda, quizás los ojos también, pero no se quedan, siguen su curso.

Galopan  delante de ti momentos, instantes  que dejaste pasar y no hay como regresar, las dejaste volar, se van con el viento del tiempo.

Por eso solo se me ocurre  pensar, murmurar, decir sin voz: ya es tarde, ya el tiempo me aparto’ de ti, no hay vuelta atrás, “hoy te daría…”, perdona mi “mala costumbre”.

11 de febrero 2011

jueves, 10 de febrero de 2011

Tener Fe.

Tener fe es saber  que tu existes con un fin, personal o comunitario. No entiendes que’ o cuando, pero estas aquí por algo, para algo.

Tener fe es saber que si le has dejado en sus manos un problema en algún momento se desatara, no cuando tú quieras y como tú quieras, solo que se desatara.

Tener fe es saber que para El todo es posible porque El es el que sabe hacia dónde va todo y por que’.

Tener fe es saber que nada ocurre sin sentido, todo tiene su razón de ser y que toda causa tiene su efecto.

Tener fe es saber que las puertas se cierran para que otras se puedan abrir.

Tener fe es saber que después de la tormenta viene la calma, la paz y el sol que ilumina y calienta.

Tener fe es ver lo bueno que nos rodea sin olvidarnos de que el  mal existe, pero yo y El somos mayoría aplastante.

Tener fe es  confiar en el que es mi pastor y sabe mi nombre y me lleva a buen recaudo sin darme yo cuenta.

Tener fe es confiar que si tuviésemos que tiramos al agua El nos recibirá con sus brazos abiertos.

Tener fe es aceptar como un hecho de que El no miente y lo que dijo se hace verdad o dejaría de ser El.

Tener fe es saber de que salimos de El y volvemos a El.

Tener fe es confiar que la barca no zozobrará y la calma volverá.

Fe y confianza van de la mano, quien no confía no tiene fe. El confiar es un acto de amor y el amor no es un sustantivo es un verbo, conlleva acción, creer, confiar y tener esperanza.  La duda es un acto de desamor, pues el que duda no ama, no se entrega, pone condiciones.  Poner condiciones a un ser imperfecto es lógico porque es imperfecto, pero a Dios, no, pues El no tiene imperfección o no sería Dios.

Tener fe es actuar como Abraham, dispuesto a todo a sabiendas que al final El buscara una salida, pues no quiere mi mal sino mi felicidad, pero mi felicidad no necesariamente es como deseo que sea, sino como está predeterminado que sea.

La razón no es quien me hace creer, sino el sentimiento, porque es un acto de amor, de confianza.

1 de noviembre, 2010

martes, 8 de febrero de 2011

IAN. Num 7

Estábamos viendo una película en el cine y nos fijamos en el nombre, IAN.  Nos gusto, era diferente. Corto. Luego lo unimos a HEINI que lo sacamos de una libreta de nombres que su mama tenia y combinados paso a ser  IAN HEINI   (yan jaini) al menos así lo pronunciamos nosotros desde el principio. Siempre se uso solo el primer nombre, IAN,  excepto cuando teníamos que llamar a “capitulo”, a corregir algo que entendíamos que no era correcto y ahí era “Yan Jaini”  que voceábamos.

El primero, el primogenito,  y como todo primero sufrió las consecuencias de la improvisación y del  celo.  Para desgracia de él coincidió esa época en que estudiaba Psicología Evolutiva  en la UCMM y empezaba en La Salle de Santiago  a dar Psicología por igual;  en aquella época se daba Filosofía un semestre y Psicología en el segundo. La combinación de los tres hechos conllevo a que me leía todo lo que entendía era prudente  leer para la educación de un hijo.

 Sé que trate de ser diferente a lo acostumbrado, máxime si estaba en Santiago.   Sé que choque con opiniones y con el medio, pero trate de que fuese  una educación lo más perfecta posible con mis medios y posibilidades. Educar a una persona es una responsabilidad y al menos  siempre he buscado hacer lo posible para que sea una  persona, libre e independiente, autónoma.

La idea de una habitación solo para él lo más rápido que fuese posible, el no cargar excepto para amamantar y trasladarlo de un sitio a otro, la no mecedora, una pizarra en la pared para que no ensuciase las otras paredes, la música suave desde que estuviese en el vientre, el dormirlo en su cama dándolo palmaditas en la nalga poniéndolo de lado con su almohada en la espalda, la mamila que no dañase los dientes y que recién salían al mercado y…

Para pasear había dos posibilidades o el coche sencillo que no le hiciese daño en la columna vertebral o el cargador tipo mochila que me lo ponía a la espalda y así “cargado”, pero  independiente,  caminaba  muy orondo con él, como  hacen los indios o  los esquimales por toda la calle Del Sol.

Una vez sucedió que no tenía con quien quedarse en la casa; yo tenía clases en la universidad, me lo lleve en el cargador, lo puse sobre un pupitre y  asistió a clases conmigo. No molesto, estuvo tranquilo.

En las clases hablaba de él  en clase  como lo máximo, lo ponía de ejemplo  con sus reacciones y  lo que se debía hacer o no en la educación de un ser humano.

El mismo se deshizo de la mamila, la tiro y ahí se quedo.  No uso el dedo, ni la esquina de la almohada, ni  la orilla del cuello de la camisa como muchos que he visto.  La dejo y punto.

Nunca se me olvidara el día en que debía que darle una medicina  recetada por el médico ya que estaba medio enfermo; él se negaba a tomarla.  Lloraba que no, yo que si y en una de esas, fuam, pa dentro!  Casi de inmediato se lleno de ronchas, hizo alergia.   Más nunca volví a insistir en dar una medicina a la brava.

No nos enseñan a ser padres,  imitamos de los nuestros, pero hay cosas como esas que no recordamos como fue.  Leemos, pero falta la práctica. Vamos haciendo camino y ellos son los conejillos de laboratorio, al menos el primero, ya los otros se salvaron de la novatada.

Estuvo en La Salle de Santiago lo más temprano que pude ponerlo, y como los de Educación Inicial  salían antes que los de bachillerato, subía al segundo piso y se sentaba a la puerta de la clase donde yo estuviese, por lo que todos los estudiantes le conocían por su nombre, Ian (yan).

Cuando decidí salir de Santiago el vino conmigo para la capital y pasamos  la crujía juntos. Estuvo en el Colegio Claret  por la cercanía de Los Prados donde vivíamos en casa de Juan Bautista Espaillat, y por la fecha en que vinimos en que ya no había muchas posibilidades de donde escoger.  La camiseta del uniforme amarillo le daba alergia por todo el cuello con el calor. Realmente no fue esa una buena experiencia.

 Al comenzar el nuevo años escolar  estuvo en La Salle por aquello de que veníamos de La Salle y pensaba que las Salles eran todas iguales de buenas. El autobús lo recogía y traía.  Lo cambie  al Instituto Yody  en el siguiente año escolar. Era más cerca de Intec donde yo trabajaba para aquel  entonces  y en aquella época el Yody   era un colegio rompiendo esquemas  en educación integral, de avanzada,  con la ventaja de que daban comida al medio día. Tenían las  tardes incluidas con diversas actividades y sala de tarea, esto todo  era muy conveniente para mí en aquellos momentos aunque costoso.  El   personal  académico era de primera.  En horas de la tarde profesores como Martha Beato, Iván García  en teatro y otros que ahora no recuerdo.  Termino’  la secundaria en el Loyola, también  por aquello de que el Loyola era el Loyola y la formación humanista religiosa de mis amigos  jesuitas.  Ya era un adolescente,  le era fácil ir al colegio a pie  desde su casa donde  vivía junto a su mama’ y hermana. 

Supongo que el haber sido el primero tiene sus cosas.  Espero no haber  sido  un buen teórico y un mal practico en eso de ser padre novatoso.

Cuando supe que Carlos Manuel  le había puesto a un hijo el nombre IAN me lleno de alegría aunque fuese coincidencia. Mas cuando Zobeida y Vitico le pusieron también IAN  a su hijo.  A veces uno se cree  que los nombres se ponen por cariño a uno y es por una película como fue el caso nuestro, o por una novela, o porque le gusto a alguien, un artista. Pero me lo creí. Yo tengo ese problemita, me lo creo.

Todos dicen que  IAN se parece a mí, el pobre!

14 de enero 2011

jueves, 3 de febrero de 2011

My pets. Num 6

A veces me pongo en un lugar público a observar a las personas que van y vienen y siempre he llegado a la misma conclusión, ¡que fea es la humanidad!   Uno va al extranjero, “a los países”,  y empieza a buscar las féminas que aparecen en la TV, en el cine y no las encuentra, parece que las tienen guardadas.  Cuando ve las noticias del día de por allá,  es que se da uno cuenta que si, realmente las tienen guardadas  porque uno solo ve gente de grandes proporciones abdominales,  de trasero o de pecho, ¿y las caras?, no,  no son las que uno ve en la pantalla.

Pero si vamos al zoológico eso no sucede, o al Aquarium, o al campo. Los animales son bellos, graciosos, de expresiones que uno quisiese comérselos.  Un tigre, un puma, un león, un mono, una jirafa, un pavo real, una vaca, un chivo, un caballo, un cordero,  que se yo, son bellos.  Uno  se deleita.  Puede que los insectos no estén dentro de esa categoría, pero si vemos fotos ampliadas de estos, nos damos cuenta que si son bellos en su categoría. Hasta un ratón! Un pato, un sinsonte, un perico, un águila, un ave en general.
Si buscan un libro de animales fotografiados, ahí si hay!

Quizás por eso, siempre que he podido he tenido animales conmigo.

En la isla, en el patio diminuto de mi casa tenía una parte cercada para mis pollos.  Me los regalaban pequeñitos y crecían conmigo, prohibido comérselos. Tenían nombre y cuando un animal tiene nombre no es para uso de la cocina.

  Les enseñaba a bajar y subir escaleras;y algunos me seguían y por eso, algún que otro se ahogaba en el inodoro al lado de mi cuarto.  Siempre los enterraba en mi jardín, tenía un aparte donde sembraba hojas de tilo, ají habanero, y tomates sherry.  Debajo de la ventana del cuarto de mi hermana hice un cantero y ahí también sembraba. Por cierto, ahí deje enterrado unas monedas de USA antes de salir de la isla, supongo que las encontraron. No me atreví  a preguntar cuando  visitamos la casa en el 95.

En el patio tuve un gallo malayo precioso, negro con plumas doradas.  Le tenían miedo por sus espuelas, pero no yo, el comía de mi mano.  Un día yo de mentecato, como diría mi tía Paquito, lo empecé a molestar y ahí el abrió sus alas y se cuadro, para allá  voy y se lanzo.  Me sorprendí y grite, y mi gallo fue llevado a una pollera distante a pesar de lo  mucho que yo explique.  Los fin de semana iba a verlo, lo llamaba y ahí venia, estábamos un rato juntos hasta un día en que no volvió a salir. Excusa una, excusa dos, pero parece que lo mataron, por eso de las espuelas y su bravura. Llore amargamente mi gallo, la culpa había sido mía. A cambio me dieron una gallina amarilla con un fondillo precioso lleno de plumas blancas.  Ponía sus huevos todos los días y era cariñosa, pero mi gallo negro con plumas doradas no se comparaba.

Mi hermana tuvo un perro, Tito, pero yo no lo conocí, tengo la imagen que era blanco con manchas negras. Yo tuve un gato negro. Me lo dieron hecho una bolita de pelo obscuro y le llamé “osito”. Dormía conmigo, se encaramaba en el techo del mosquitero usándolo como  una hamaca. Le puse un cascabel para saber donde andaba. Lo llamaba y venia corriendo con su cascabel  sonando desde  algún lugar del barrio.  Después  que salimos de la isla dejo de comer y un día mientras mama’ estaba lavando,  la ropa en el patio, fue donde ella, le pasó su cuerpo o su lomo erguido  por las  piernas, ronroneó  y se acostó.  Ahí quedo, mama’ lo enterró en mi parte del  jardín.

En su honor le puse el nombre de “oso” a un perro medio realengo que tuve en la Zurza. Un vecino medio rápido le dio un golpe en la columna vertebral al regresar a su casa en  su carro. Lo tuvimos que dormir, aun recuerdo su mirada fija en mis ojos mientras lo acariciaba y él se iba. Parecía  que se despedía
Ya en el Distrito tuvimos peces, pericos. Nunca fui bueno con los pericos, no me  duraban. Los peces ya era otra cosa. El que más duro, fue el “Rey”, un pececito  dorado del tamaño de una falange del dedo cuando lo compre y que luego era como de un puño.  Cuando le iba a dar su comida, el subía y se la daba en la boca.  Un día amaneció flotando, murió por un error mío al limpiar la pecera.  Hubo duelo en mi casa, lo enterramos en el jardín.

Jorge Armando se atojo de un perro. El lo escogió, lo separo’ y llego a la casa cuando el estaba en Santiago en un campamento.  Italia lo recibió, lo cargo’ y se volvió loca con él desde entonces. Toby  y ella quedaron sellados el uno con el otro. Ella lo consentía y yo lo educaba.  Gruñón, mordedor de zapatos cuando la gente de espaldas se iba al salir por la puerta que daba a  la calle. Dormía al lado de Italia y no se movía cuando ella no estaba bien, no la dejaba, de lo contrario dormía en una esquina y me despertaba cuando necesitaba “ir al baño”.

A Jorge Armando, Alejandro de Los Santos le regalo’ un gato que cuando llego’ tenia la carita igual que un niño del colegio, Nicolás, y con ese nombre se quedo’.  Creció, hermoso, de noche se iba y cuando yo abría la ventana de cristal del piso de arriba entraba, saludaba a Toby hocico  con hocico, me saludaba a mí acariciándome  con su cuerpo, bebía agua y se acostaba a mi lado mientras yo  leía el periódico y tomaba mi café antes de irme al trabajo, del otro lado se acostaba Toby, uno a cada lado. En una ocasión cuando llegábamos de noche vimos a Nicolás acostado en el muro de afuera, junto al portón y debajo una manada de gatos, ahí supimos que Nicolás era realmente NICOLE.

Cuando Nicole paria, dos veces lo hizo,  unos gatos preciosos,  solo a mí me dejaba entrar la mano en su escondite y ver a su prole. Nicole se nos fue, al igual que todos sus hijos que siempre quedaron en la casa, un día, no regreso’.  Ya sus hijos se habían desaparecido uno a uno a medida que las construcciones de los edificios de Piantini  empezaban. Los trabajadores extranjeros parece que pensaban que eran conejos.  Nicole desapareció justo después de su segundo parto, tuve que llevar sus seis hijitos a la veterinaria para que alguien los cuidara, yo no podía amamantarlos, darles calor y demás.

Toby tuvo su hermanita, Lulú a quien el adoraba. Lulú vivió más que Toby junto a Amelia. Toby murió una noche mientras comíamos pechuginas de Kentucky, el   las adoraba. Pienso que le di de más, ya tenía unos 14 años, su corazón se cansaba.  Últimamente tenía que cargarlo para subir y bajar escaleras para “ir al baño”, el no podía solo.  Bueno, cuando nos dimos cuenta de que Toby no se movía llame a Claudia, la vet, histérico, ya era tarde.  Lo pusimos en una caja, con su toalla y mucho hielo y ahí durmió su última noche con nosotros. Al otro día lo enterramos en el patio. Quedo’ un silencio en la casa, una ausencia!   Toby era uno de los grandes amores de Italia, su compañero inseparable.

Cuando Jorge Armando se caso’, Ariel, el primo, le trajo a Italia un yorky.  Ella le puso de nombre TOM por aquello de  Tom Cruise, Tom Hanks, Tom Jones.  Tom hacia lo mismo que Toby, no la dejaba sola, dormía a su lado y también me despertaba para ir al patio.  El día que Italia murió me dicen que Tom ladro’ mucho mirando frente a la mesa de noche de Italia, yo no lo vi.   Cuando Italia cumplió los siete meses me hizo lo mismo mirando hacia el librero de mi cuarto actual.  Tom hoy es la herencia que Italia me dejo’,  mi compañero, mi sombra.

24 de enero 2011

martes, 1 de febrero de 2011

Mis familias

El estar solo sin familia hace que uno vaya creando otras familias como si fuesen suya, o sea, de uno.

Al salir de la Compañía de Jesús  me hice parte de la familia de Don Manuel Sahdala’, padre de María Consuelo, Zaidy, Carmen Rosa y Víctor. A la primera yo le decía Mariaco  como la familia le decía. Vivian en la López cerca de la pensión de Doña Ninin donde yo empezaba a vivir.  Me acostumbre a visitarlos.

Carmen Rosa de novios con Herminio Alberty y con este ultimo fui varias veces a Radio Santiago donde el tenia un programa de música así como  cuando comenzó Color Visión en el Matum y el  leía las noticias con camisa y corbata y un short  debajo que no se veía. Con quien más hablaba o me juntaba de hecho era con María Consuelo.

Don Manuel fue gustosamente mi garante para poder seguir estudiando la Filosofía y terminar la carrera  en la UCMM ya que al salir de la Compañía me faltaba un semestre y no tenía medios económicos para continuar y solicite un Crédito Educativo por medio de la misma Universidad el cual se me otorgo y luego pague. 

La pensión costaba 75 pesos mensuales con las tres comidas y eso mismo es lo que ganaba como corrector de español en la UCMM, no recuerdo quien me ayudo a conseguir ese trabajo.  Mis padres me mandaban algo de vez en cuando por lo que no había mucha movilidad, pero subsistimos.

Asistí a dos eventos de la Familia Sahdala’, a la boda María Consuelo con Jorge Herrera y al velorio de la esposa de Don Manuel quien murió de una epidemia que hubo en aquel entonces en Santiago.

Otra familia que me la hice mía fue la de los Estrella Sahdala ‘en casa de tía July, tía Yolanda y tía Nancy.  Bueno, yo también les decía tía.  Mabel solía estar en esa casa más que en la suya y yo me detenía ahí; poco a poco me fui involucrando hasta con la Librería que tenían en la 30 de marzo casi calle del Sol, frente a la farmacia La Fe. Quizás por eso conocí a tía Monja, Sor Paulina, y me invito a dar  clases en el Sagrado Corazón de Jesús.   El  padre y yo éramos los únicos varones de aquel entonces en el colegio. Para poder dar clases allá recorte mis horas en La Salle y cruzaba de un colegio al otro ya que están casi enfrente del otro. También iba de tarde para la Orientación Escolar o Académica de las muchachas. Linda experiencia de dar clases a novios y novias; hoy día marido y mujer muchos de ellos.

Yo me llegue a creer que era Estrella de una manera u otra y pienso que así ellos lo entendían. Le di luego clases a casi todos los jóvenes: Rosa Margarita, Salvador, Danilo, Giselita, July y hasta al mismo Eduardo cuando me estrene de profesor en La Salle en  1970 sustituyendo a Oscar Cañizares en filosofía y psicología.

La tercera familia que me recibió  fue la Lirio en los Jardines. Iba donde Doña María quien luego fue amiga entrañable de mi mama.  Casi todas las noches antes de llegar a la casa paraba allá. Irina era y es mi amiga. Ella trabajo junto a mi dando  clases en el CIET de ingles.  Cuando iba de Santo Domingo a Santiago  ella me cedía su cuarto. Irina luego fue madrina de mi boda con Italia y yo a su vez de la de ella con Emmanuel Castillo y padrino de Dilia María, hoy toda una odontóloga.

 Italia y yo nos casamos un 27 de diciembre en casa de Enrique Lirio en los Jardines. A muchos de los Lirios les di clases también como a Leonel , a Carmen Maria, Eduardo,Mirtha Cecilia, …  Los Lirios son una familia fascinante,  muy amplia, así que  tenía una familia super.

Al venir para Santo Domingo a vivir en 1979 la familia Ceballos fue mi nueva familia. De los suegros, la familia de Doña Nana siempre predomino sobre la de Don Polín, por lo que el centro de operaciones de nosotros dos era alrededor de los García, José y Camelia, la Ceballos.  Me hice tan Ceballos que la gente me paraba y me preguntaba si yo era de apellido Ceballos. Si estábamos reunidos en un ambiente familiar Ceballos las amistades  pensaban que yo era el de la familia en lugar de Italia que su físico era Taveras.

Antes de que Ada, Eri y Gini se casaran y se fueran  todas para USA , en diciembre por dos o tres años nos reuníamos motivados por Italia que siempre le gusto que la familia se reuniese y siempre buscaba ocasiones para eso. Todos los fines de semana  de ese mes nos reuníamos en una casa distinta, la de los García, la nuestra o la de los Almonte Tavera, Maribel y Pedro.  La intención era reunirse, beber, hablar, reírnos de los chistes de José y José Orlando y la risa contagiosa de Magda, poner música de radio o del “pico”,  bailar y comer algo. Gracias a que Juan Luis Guerra comenzaba con su merengue más suave y cariñoso pude bailar sin problema.  Amelia Pellerano también se unía siempre al grupo y por supuesto la que mas bailaba y bebía y comía y se reía, mi mama’.

Al  Irse las muchachas dejamos de reunirnos.  Y eso quedo entre las cosas buenas del ayer.

Hubo más reuniones familiares importantes como cuando Jorge Armando cumplió los 6 años y dado que Farah y el cumplen el mismo día 22 de enero,  en la noche  se celebro el cumpleaños de los adultos con asado y argentino,... O cuando se celebro’ el cumpleaños de Doña Nana y Monguita, la mama de Ingrid, Soledad, Jorge Luis Y Fernando (Riqui) ; los muchachos del Senderos  fueron a dar su concierto imitando artistas del momento.  Hubo más, muchas  más, fueron 30 años juntos.

Al  irse Italia los García se quedaron siendo mi único cordón umbilical. Mi único refugio. Desde antes lo habían sido, pero ahí se disparo. Los García me dieron un hijo, el menor de los seis y el mayor en tamaño, Leandro y este a su vez dos nietos, Leandro José y el ahijado, Aldo.

Como ven, después de todo no me puedo quejar,  sin familia en el país, pero  termine teniendo muchas más.  ¿Cuál de ellas puedo decir que es mejor que la otra? imposible, todas son mis familias.

13 de diciembre 2010