El estar solo sin familia hace que uno vaya creando otras familias como si fuesen suya, o sea, de uno.
Al salir de la Compañía de Jesús me hice parte de la familia de Don Manuel Sahdala’, padre de María Consuelo, Zaidy, Carmen Rosa y Víctor. A la primera yo le decía Mariaco como la familia le decía. Vivian en la López cerca de la pensión de Doña Ninin donde yo empezaba a vivir. Me acostumbre a visitarlos.
Carmen Rosa de novios con Herminio Alberty y con este ultimo fui varias veces a Radio Santiago donde el tenia un programa de música así como cuando comenzó Color Visión en el Matum y el leía las noticias con camisa y corbata y un short debajo que no se veía. Con quien más hablaba o me juntaba de hecho era con María Consuelo.
Don Manuel fue gustosamente mi garante para poder seguir estudiando la Filosofía y terminar la carrera en la UCMM ya que al salir de la Compañía me faltaba un semestre y no tenía medios económicos para continuar y solicite un Crédito Educativo por medio de la misma Universidad el cual se me otorgo y luego pague.
La pensión costaba 75 pesos mensuales con las tres comidas y eso mismo es lo que ganaba como corrector de español en la UCMM, no recuerdo quien me ayudo a conseguir ese trabajo. Mis padres me mandaban algo de vez en cuando por lo que no había mucha movilidad, pero subsistimos.
Asistí a dos eventos de la Familia Sahdala’, a la boda María Consuelo con Jorge Herrera y al velorio de la esposa de Don Manuel quien murió de una epidemia que hubo en aquel entonces en Santiago.
Otra familia que me la hice mía fue la de los Estrella Sahdala ‘en casa de tía July, tía Yolanda y tía Nancy. Bueno, yo también les decía tía. Mabel solía estar en esa casa más que en la suya y yo me detenía ahí; poco a poco me fui involucrando hasta con la Librería que tenían en la 30 de marzo casi calle del Sol, frente a la farmacia La Fe. Quizás por eso conocí a tía Monja, Sor Paulina, y me invito a dar clases en el Sagrado Corazón de Jesús. El padre y yo éramos los únicos varones de aquel entonces en el colegio. Para poder dar clases allá recorte mis horas en La Salle y cruzaba de un colegio al otro ya que están casi enfrente del otro. También iba de tarde para la Orientación Escolar o Académica de las muchachas. Linda experiencia de dar clases a novios y novias; hoy día marido y mujer muchos de ellos.
Yo me llegue a creer que era Estrella de una manera u otra y pienso que así ellos lo entendían. Le di luego clases a casi todos los jóvenes: Rosa Margarita, Salvador, Danilo, Giselita, July y hasta al mismo Eduardo cuando me estrene de profesor en La Salle en 1970 sustituyendo a Oscar Cañizares en filosofía y psicología.
La tercera familia que me recibió fue la Lirio en los Jardines. Iba donde Doña María quien luego fue amiga entrañable de mi mama. Casi todas las noches antes de llegar a la casa paraba allá. Irina era y es mi amiga. Ella trabajo junto a mi dando clases en el CIET de ingles. Cuando iba de Santo Domingo a Santiago ella me cedía su cuarto. Irina luego fue madrina de mi boda con Italia y yo a su vez de la de ella con Emmanuel Castillo y padrino de Dilia María, hoy toda una odontóloga.
Italia y yo nos casamos un 27 de diciembre en casa de Enrique Lirio en los Jardines. A muchos de los Lirios les di clases también como a Leonel , a Carmen Maria, Eduardo,Mirtha Cecilia, … Los Lirios son una familia fascinante, muy amplia, así que tenía una familia super.
Al venir para Santo Domingo a vivir en 1979 la familia Ceballos fue mi nueva familia. De los suegros, la familia de Doña Nana siempre predomino sobre la de Don Polín, por lo que el centro de operaciones de nosotros dos era alrededor de los García, José y Camelia, la Ceballos. Me hice tan Ceballos que la gente me paraba y me preguntaba si yo era de apellido Ceballos. Si estábamos reunidos en un ambiente familiar Ceballos las amistades pensaban que yo era el de la familia en lugar de Italia que su físico era Taveras.
Antes de que Ada, Eri y Gini se casaran y se fueran todas para USA , en diciembre por dos o tres años nos reuníamos motivados por Italia que siempre le gusto que la familia se reuniese y siempre buscaba ocasiones para eso. Todos los fines de semana de ese mes nos reuníamos en una casa distinta, la de los García, la nuestra o la de los Almonte Tavera, Maribel y Pedro. La intención era reunirse, beber, hablar, reírnos de los chistes de José y José Orlando y la risa contagiosa de Magda, poner música de radio o del “pico”, bailar y comer algo. Gracias a que Juan Luis Guerra comenzaba con su merengue más suave y cariñoso pude bailar sin problema. Amelia Pellerano también se unía siempre al grupo y por supuesto la que mas bailaba y bebía y comía y se reía, mi mama’.
Al Irse las muchachas dejamos de reunirnos. Y eso quedo entre las cosas buenas del ayer.
Hubo más reuniones familiares importantes como cuando Jorge Armando cumplió los 6 años y dado que Farah y el cumplen el mismo día 22 de enero, en la noche se celebro el cumpleaños de los adultos con asado y argentino,... O cuando se celebro’ el cumpleaños de Doña Nana y Monguita, la mama de Ingrid, Soledad, Jorge Luis Y Fernando (Riqui) ; los muchachos del Senderos fueron a dar su concierto imitando artistas del momento. Hubo más, muchas más, fueron 30 años juntos.
Al irse Italia los García se quedaron siendo mi único cordón umbilical. Mi único refugio. Desde antes lo habían sido, pero ahí se disparo. Los García me dieron un hijo, el menor de los seis y el mayor en tamaño, Leandro y este a su vez dos nietos, Leandro José y el ahijado, Aldo.
Como ven, después de todo no me puedo quejar, sin familia en el país, pero termine teniendo muchas más. ¿Cuál de ellas puedo decir que es mejor que la otra? imposible, todas son mis familias.
13 de diciembre 2010
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