sábado, 28 de mayo de 2011

Nomias, segunda parte

Heteronomia.

Es el segundo escalón en el proceso de nuestro desarrollo. Entiendo que es una etapa  larga y quizás la más importante, no es posible una  tercera etapa sin cumplir la segunda: Aceptar la autoridad y por ende reconocer la misma.

Los adultos  de alrededor son los policías del momento;  se ha de manifestar con fuerza  cuando entramos a la educación inicial, o a la básica directamente. Aquí la edad varía según el  grupo socio económico al cual pertenezco, a mi región o país, a mi cultura y mis costumbres, aquí entran otros factores que yo no domino tampoco, no puedo controlar, pero todos ellos van a determinar cuando entro a la escuela, al taller, al lugar de aprendizaje de mi medio incluso a la cocina de la casa que puede ser el caso  para muchas del género femenino  que no van a la escuela por  costumbres ajenas a las nuestras.

En el centro de enseñanza  nos dicen donde nos sentamos y cuando uno puede pararse, tenemos que hacer fila, pedir permiso para ir al baño, hora para esto o aquello, un uniforme o forma específica de vestir, como sentarse, cuando pararse, que viene primero y que viene después, compartir, darse la mano, guardar tu distancia, no tomar lo que no es tuyo, recoger después  de terminar, dejar todo en su lugar, orden, respeto, pedir perdón, lavarnos las manos antes y después de comer e ir al baño, comer al paso, beber tranquilo sentado, sin correr . Mirar, oír, escuchar, cantar, dibujar, bailar, descansar, tomar una siesta. Todas son acciones que bien aprendidas nos son útiles el día de mañana al crecer. Son medidas para poder vivir en paz y en armonía con otros.

Las clases medias y altas inscriben a  sus hijos a un centro de cuidado a veces de meses.  Lo normal es tener 5 años en pre primario para tener 6 al comenzar primero de la básica, y graduarse de bachillerato con 17 o  18 años, la adultez civil;  por tanto 4 para kindergarten o jardín de juegos, 3 en infantes,  2 en nido, uno en “toddlers”.  Las clases bajas los mandan a la escuela a los 7 años o más, si es que lo hacen. Ya aquí hay una diferencia social marcada.  Los de clase media y alta subirán a la próxima etapa con más facilidad que los de las otras clases sociales. Las clases sociales bajas necesitarán más del policía visible para cumplir las normas. No nos equivoquemos, hay personas de clase alta y media que sin supervisión no funcionan adecuadamente, son egoístas o yoistas.  Así como de la baja no necesitan de policía alguna. Podría decir que la base familiar hace la diferencia.

Una familia con normas claras, con decisiones tomadas en común, normalmente a la mesa, hacen lo diferente. Una madre que es madre y no sólo una progenitora, una figura varonil de padre, o de tío, o abuelo, pero existente hace la diferencia.  La escuela educa, pero sin la familia como zapata inicial de todo el proceso, se edifica con base arenosa, no muy solida, es una combinación de elementos.

Aceptar la autoridad es detenerse en la vía en rojo aunque no haya un solo vehículo cerca de uno como enseñan los suizos. Aceptar la autoridad es no cruzar la calle hasta que el semáforo lo diga o hacer filas derechas sin titubeos para alcanzar un objetivo como los japoneses nos han enseñado. Aceptar la autoridad no es bajar el celular cuando veo al policía o Amet. Aceptar la autoridad es ir a la velocidad establecida aunque no haya radares por mi bien, de los que van conmigo y los que están fuera del auto.

¿Estoy  soñando? Puede que sí.  Los suizos  y los japoneses lo hacen, ¿y nosotros por qué no?  Si viajamos fuera del país cumplimos, por miedo a la multa, a la deportación, a la cancelación de visa,  a lo que sea, pero lo hacemos, Se inicia con el temor al castigo. Hay castigos físicos, y también los hay morales, estos duelen más. El silencio, el no beso, la espalda, duele más que un latigazo.

Estamos acostumbrados a ver lo negativo y señalarlo, pero los estudios dicen que nuestro cuerpo se adapta al triunfo reconocido más que al castigo, al recibir reforzamiento positivo el cuerpo sigue buscándolo, por lo que debemos premiar más y castigar menos. Puede que la política de bajarte la cuota del pago de un seguro cuando no hay accidentes sea  lo  correcto, lo que deberíamos imitar.  Premiar lo realizado. Poco a poco el cuerpo luego lo hace como hábito, como el conducir y  montar bicicleta, lo rehacemos sin  damos cuenta, no pensamos, a veces ni cuenta nos damos  que estamos conduciendo,  llegamos  al sitio y nos preguntamos: ¿cómo lo hice?, no me di cuenta, estaba en automático.

Pero el premio no tiene  que ser algo material, puede ser un beso, un abrazo, un color, una estrella, algo que guardo de recuerdo, pero no tiene valor en sí. Hoy día por ser  una sociedad de consumo liberal capitalista  tendemos a premiar con cosas que valgan $$$$ y estamos diciendo que lo que vale realmente es el $$$$ y no lo que somos por dentro. El reconocimiento social es un premio. El hoy sentarme en la cabecera de la mesa, el hoy ser el primero en servirme porque hice algo digno de ser tomado en cuenta; no lo que ya  dominaba y era parte de la normalidad, de lo que debo hacer siempre; sino por haber hecho algo  que es fuera de lo normal, algo que aún no había dominado del todo, o internalizado, aprehendido.

Siempre que necesitamos de supervisión para hacer nuestro trabajo diario nos dice que todavía no hemos dominado esta segunda etapa. Si el jefe no está es cuando más y mejor debo hacer las cosas, no aprovechándome de su ausencia. Ahí está la diferencia.  El ser responsable, capaz de responder a lo que me piden sin supervisión, yo mismo me exijo.

Si no reconozco la autoridad no podré vivir en sociedad y pasaré a ser un sociópata, un inadaptado, un posible delincuente. Si no entiendo que las normas son para poder vivir en comunidad, no podré vivir en ella. Otro cantar es cuando hay normas que van contra mi derecho como persona, como ser humano.  Ya yo puedo decir, usted se pasó, eso no es así, yo tengo mis deberes, pero también tengo mis derechos. ¡Aguante ahí!, no hablo de sumisión, sino de respeto.

En la antigüedad los mayores eran los consejeros, los que decidían, los del senado. Las canas, la experiencia dan la autoridad y el respeto necesario para convivir. No es el miedo, no es el arma, el tolete,  o el uniforme. Es la sabiduría del adulto que reconozco, escucho y acepto en su totalidad o en parte, pero parto de sus conocimientos y experiencias.

Desgraciadamente nuestra población en su mayoría aún anda por aquí necesitando del “Big Brother” que lo vigile con sus cámaras ocultas para hacer lo esperado y correcto: respetar, convivir sanamente y en armonía en grupo, en sociedad, en comunidad. 
              
    3 de abril del 2011.

viernes, 27 de mayo de 2011

Impotencia

Ese sentimiento  de no poder hacer algo, ese sentir metido en los huesos que nada es posible, no está en tus manos, no depende de ti.  Hay que esperar que otros quieran, que otros dispongan, que la situación cambie, que lo externo a ti sea diferente y se abra una rendija de luz.

Es no ser capaz de poder tomar el timón de tu vida, las riendas de tu andar, otros lo han hecho por ti. Pierdes la libertad de tus acciones, te quedas a medias. El azorarse es parte de tu sentimiento. Te cuestionas por qué, hasta cuándo. No tienes respuesta, sólo esperar, tener paciencia, quizás poner todo en manos del pobre Dios.

No hay futuro visible, previsto, al alcance. No tienes medios para accionar, no puedes tomar decisión alguna. No es que decides no decidir es que no te es posible decidir sobre el decidir. ¿Callejón sin salida?, no, peor, porque ni para atrás puedes caminar buscando otra vuelta o pasadizo, quedas estático, paralizado. Sólo te queda subsistir con las fuerzas o los recursos que tienes a mano y confiar que no terminen antes de tiempo, o te enfermes y todo sea peor, para ti y para los que te rodean.

¡Cuántos se suicidan ante una situación de impotencia!  ¡Cuántos buscan refugio en alcohol, droga, religión, o caminar y caminar, o correr y correr huyendo de lo inevitable! Se buscan medios compensatorios, de escape.

El sentimiento de impotencia aturde; la convicción de la impotencia total apabulla, aplasta.

No poder, no es posible,  no se es capaz y nada por mi responsabilidad, decisión, determinación, deseo, anhelo. No depende de ti, perdiste la libertad  de tener la posibilidad de  decidir.

Deprimible.

27 de mayo 2011

jueves, 26 de mayo de 2011

Medio Siglo. Num 8

50, cincuenta, L, quincuagésimo.

 En otro momento escribí sobre el 26 de mayo, (La SALIDA), ahí contaba lo que sucedió, lo que vivimos.  Hoy ya es un pasado que repercute,  que taladra, y a su vez nos arropa.

Había terminado el primero de bachillerato, el noveno grado.  Habíamos tenido que ir a examinar al centro educativo público o Instituto de Marianao, mi municipio, cerca del campamento de Columbia, hoy día Ciudad Libertad, en la 41 avenida. Esa avenida Batista la había inaugurado estando nosotros viviendo en el Reparto Kohly, en la 42ª, esquina 38, o entre la 41 y la 38. Costumbres de entre qué y qué para saber llegar al destino.

Mi tía Lía ya había muerto el año anterior. Mi familia se dividió, ni nos veíamos o hablábamos. La oficina de publicidad donde trabajada mi papá, la McCann Erickson, donde él era vice presidente había sido intervenida por el Estado.  Las empresas que ellos anunciaban como la Standard Oil, la Coca Cola, Partagas, Gillette ya eran del estado o  se habían ido del país.

El  día primero de mayo, día del trabajo, se declaraba Marxista Leninista, aclaró que siempre lo fue. Yo nunca lo he creído. Primero porque el Partido Socialista Popular se unió a última hora a la revolución en la Sierra Maestra, segundo, porque siempre he pensado que el marxista era Raúl, no Fidel, un idealista. Tercero porque los americanos lo fueron arrinconando y cerrando puertas; y ellos buscaron las que podían abrir, la del otro lado aunque más lejos: rusos o soviéticos, chinos, coreanos del norte. Puede que me equivoque, pero aún no me  he convencido de lo contrario.

Las escuelas o colegios privados fueron intervenidos por el estado, toda la educación iba a ser pública sin los valores religiosos que predominaban hasta la fecha. Ya se había comenzado con éxito el programa de alfabetización masivo sobre todo en el campo, a nivel rural.

Ya existían las Patrullas Juveniles o de adolescentes  uniformados  haciendo ejercicios militares y de servicio público.  Las milicias, ejercito voluntario, ya habían debutado exitosamente en Playa Girón o ante  la invasión de Bahía de Cochinos.

 Camilo Cienfuegos no estaba, desapareció misteriosamente. El Che aún tenía su lugar, si no me equivoco en el Banco Central y los billetes tenían su firma: CHE.  Fidel de Primer Ministro y Raúl en las Fuerzas Armadas. Los combatientes del Escambray, del Directorio Estudiantil u otros grupos revolucionarios habían sido aplastados o  asimilados, unificados en el 26 de julio y luego en el Partido Único.

De mi cuadra, donde yo vivía, varios se habían ido dejando todo atrás. El G-2 al otro día o el mismo día venia e intervenía la propiedad del que se fuese. Desde mi ventana pude apreciar varias veces este suceso, siempre me ha quedado el ruido de puertas abiertas al unísono y cerradas  todas juntas,  esperando la orden de la batuta del jefe de orquesta y ¡plan,plan!  Los amigos ya se habían ido o estaban en eso, irse.

Todo sucedió rápido de un momento  a otro, sin esperarlo, de sorpresa, como el día en que la moneda cubana cambió de forma y valor pudiéndose sólo cambiar en banco una cantidad específica, pasada la cantidad se perdía, excepto los fondos que estuviesen en ese momento dentro del banco los cuales recibirían mejor trato. Se evitaba la acumulación de dinero debajo del colchón.

Los sacerdotes y monjas extranjeros y algún que otro cubano como el Obispo Boza Másvidal fueron invitados  a salir de la isla y embarcados hacia el extranjero, a Miami a España. Sus escuelas e iglesias, posesiones en general, pasaron al estado, intervenidas.

En meses, el panorama era otro. La situación de nosotros como familia era otra. ¿Cuál?, no sé, no tuve tiempo de percatarme, todo fue acelerado, pero era otra.

Los americanos ya no eran los amos y señores de todo, los de la Europa del Este empezaron a llegar. Mi familia siempre pensó que íbamos a ser cubanos y sólo cubanos, sin amo y con patria. Por eso se luchó, se apoyó y se sufrió.

Esa era la realidad nuestra y sólo nuestra;  la de una parte de mi “familia”, la que se mantuvo revolucionaria, era otra. Otros también  podrán opinar distinto, en fin,  eso es lo que yo recuerdo, eso es lo que viví, pienso que padecí  y como fue mi vivencia, es subjetiva, es la mía, mi óptica, desde mi torrecita o atalaya.

Hace 50 años, en menos de 24 horas, en otro país, otro idioma aunque lo dominase, en otra cultura, en otro mundo que nunca fue mío, nunca ha sido mío y nunca será mío.

Ambivalencia en el trato al llegar; muy bien  por un lado y como parias, eso éramos, por el otro. Con ayuda del “Welfare” por un tiempo,  y  con fotos tomadas con numeritos al frente por el otro lado. Con el sello de exiliado, y con el tener que sentarnos atrás en el autobús porque nuestro color de piel no era el de la leche.  Mártires por haber dejado la isla, y “spicks” de insulto por una población al que le invadían su territorio unos latinos, no hablantes de su idioma.

26 de mayo de 1961, Pan American, 11 30 a.m.  Del aeropuerto José Martí  al aeropuerto de Miami.  14 años  de edad, mi hermana 21.  Mis padres se quedaron temporalmente en la isla. Mi corazón se quedó allá, pensándolo bien, aunque yo no quiera que así sea, permanece anclado allá.


“Nunca podré morir, mi corazón no lo tengo aquí,… cuando salí…dejé mi vida, dejé mi amor, dejé enterrado mi corazón.”

2011, 50 años después.

sábado, 21 de mayo de 2011

Nomias

Un libro  sobre las nomías (normas), marcó totalmente  mi forma de pensar sobre  el desarrollo del hombre en  sociedad. El libro ya no lo poseo, lo presté y no regresó, por eso no tengo a mano el nombre del libro o de su autor, sólo su contenido que quedó en mi,  aprehendido a mi células, a mis neuronas.

Pocos estudiantes de fin de bachillerato se han escapado de  recibir esta letanía de mi parte, pues la considero realista, útil, práctica y hasta necesaria de digerir y por tanto, asimilar para comprender a otros y entenderse a sí mismo.

Hay cuatro etapas de las nomías en nuestro desarrollo como ser humano en nuestro andar pro la  vida, cada una como un escalón para la siguiente.  El final de la ruta es la AUTONOMIA, la norma que sale de mi propio yo. A esta cuarta etapa  no todos llegan a escalar, se quedan en una de las tres anteriores y así mueren.

Su paso anterior es la SOCIONOMIA, o las normas del grupo, de la sociedad  que yo acepto para ser parte de la misma.

La segunda es la HETERONOMIA o las normas  de los otros, de los adultos con quien la persona se rodea y trata. La autoridad de los adultos.

El primer escalón es la ANOMIA, la no norma.  Vinimos a este mundo sin normas. Gritamos a todo  pulmón sin norma alguna.  Desde que llegamos sólo nos interesa comer, dormir, estar tranquilo sin mucho calor o frío, sin estar mojado o sucio de nuestro propio desecho. El placer de dormir, de estar tranquilo, mimado, querido, ser el centro, todos a mi alrededor, el placer de comer y sentirme satisfecho, completo, “full” de haber mamado, bebido o comido.

Luego me interesará jugar, agarrar las cosas, tirarlas, verlas caer, rodar, moverse, sonar. El placer de hacer lo que deseo para mi propia curiosidad.

Buscaré moverme, intentar trasladarme, gateo, me siento, me paro, unos pasos, me caigo, corro.  Aprendo que llorando vienen donde mí y me atienden. Riendo todos se ríen conmigo  y se sienten bien, yo también.  Demando, grito, lloro. Premio al otro con una sonrisa o una caricia.

Tengo que adaptarme a un horario de baño, de comida aunque mi estomago diga que ya es hora, a un horario de siesta o  de dormir por más tiempo  porque está obscuro, es de noche. Adaptarme a un horario,  dar un paseo y tomar el sol; yo no sé de hora o de reloj, pero mi cuerpo  se percata del tiempo,  se va adaptando a ese reloj invisible, “biológico”.

Mis glándulas se van acostumbrando a sabores propios de mi familia, mi región o país. No todos los sabores sabré luego son iguales, pero en mi grupo inmediato “esos” son los sabores y yo me adapto a ellos, con más sal o menos dulce o viceversa.  Algunas frutas, legumbres, tubérculos, carnes de animales, leche que ya no es la materna. Mi cuerpo sigue adaptándose al medio, aunque descubro que hay cosas que me gustan más que otras y cierro mi boca para que no entren  y la aprieto y digo que no con mi cabeza o un manotazo. La abro de inmediato porque el olor me dice que eso sí me gusta y antes de que la cuchara llegue ya estoy disfrutando de la misma, voy siendo selectivo y lo dejó hacer saber.

Este proceso durará meses.  Contra mas rápido yo pueda comunicarme con mi voz saldré de esta etapa. Contra mas rápido yo controle las esfínteres,  y orine y defeque donde debo hacerlo  según mi comunidad y no en el pañal, más rápido saldré de esta etapa.  

En el momento en que tengo más control de mi cuerpo y  trato de salir de mi hacia los otros, me lanzo, me comunico, corro hacia ellos y dejo de ser yo el centro de todo, paso lentamente a la otra etapa.  No importa la edad, no la he mencionado, puede ser a los 8 meses,  al año y medio o dos años como casi todos o nunca, como algunos.

Hay personas que se quedan en esta etapa. Lo único que les interesa es comer, beber y sentirse cómodo, bien. Su tema de conversación gira alrededor de esto o del sexo, sus conquistas, no importa el género de la persona. Son hedonistas, su placer y sólo su propio placer. Todo gira alrededor de ellos, buscan ser centro y cuando no lo son  se violentan.  Demandan atención, gritan o lloran a su manera para recibir atención y conseguir lo que quieren, se imponen sobre los otros a base de gritar más, hablar más alto, “llorar” y patalear más.

Los otros no cuentan a no ser que sea  en búsqueda de su felicidad y bienestar, de lo contrario sobran.  Que estén a su alrededor para que le alcancen las cosas que él desea o lanza para que otros vayan a buscarlo como perros falderos.

¿Cuántos conocemos que aún están en esta primera etapa?   Desde que abren la boca para algo, ya sabemos quiénes son. Tú no eres uno de ellos, porque hace rato hubieras dejado de leerme, es más,  no hubieses ni empezado a hacerlo porque no te doy placer carnal solo espiritual, intelectual.  Él o ella sólo busca el placer físico. Aquí entre estas letras no hay ese placer.

En otra hablamos de la segunda etapa, la HETERONOMIA.

3 de abril 2011

sábado, 14 de mayo de 2011

Se me esta olvidando

No quiero que se me olvide. Tengo que escribirlo antes de que sea tarde. Las serenatas y las mañanitas, ¿cual experiencia me fue más grata? Ambas son producto de La Salle de Santiago, o más aun, de Herminio Domínguez, Juan Bautista Espaillat, Flavio Darío Espinal y Alberto Castaños conmigo. Nos auto llamábamos el CEN, ellos adolescentes y yo el profesor.

Herminio siempre era el que inventaba. Alberto cantaba, el resto escuchaba, Juan Bautista desafinaba si abría la boca,  yo declamaba o era quien dedicaba la canción. Fuimos a muchas casas, cerca del EDEN, por la Esmeralda, por los Jardines, bueno, a muchas.

Mi carrito verde Datsun era  el móvil. La hora, siempre después de las 11 p.m.  Punto de reunión, mi casa. Nadie se imaginaba que el maestro era el que dedicaba canciones, yo si’ goce con eso, me volví adolescente. ¡Cuánto daría por volver a esos momentos!

Navidad o la pre navidad significaba reunirse en mi casa de la Zurza a eso de las 10 p.m. y un carro o dos más detrás del Datsun verde.  La bebida en mi baúl, regla numero uno: yo administraba el líquido y el que se pasaba se iba para su casa o lo llevábamos. Regla numero dos: todos detrás de mí, yo marcaba la velocidad.

Herminio hacia la ruta. Primero se recogían a las chicas, para que les dejasen ir a las mañanitas, yo debía bajarme del carro para que los padres me viesen y le dieran el permiso. Luego empezábamos a ir casa por casa cantando, me recuerdo de Burrito Sabanero, Si no me das de beber lloro, Ábreme la puerta, y ya, no recuerdo más. Realmente no era muy grande el repertorio.

Siempre viene a mi mente  con alegría el recibimiento que nos daban en casa de los González, era como si nos estuvieran esperando.

La noche se nos iba bajando del auto, cantando, refrescando la garganta, y llevándonos con nosotros a quien habíamos despertado para luego subir al auto e ir a otra casa. Hacíamos una parada estratégica, no muy tarde,  en el Colegio de La Salle, y el Hermano Pedro nos abría la puerta, le cantábamos y nos íbamos a seguir recogiendo gente.

La actividad terminaba cuando las “marchantes” o vendedoras venían a la ciudad a vender sus productos y empezaba a amanecer. Pero era la actividad de despertar y recoger porque terminábamos siempre con un sancocho en casa de alguien que convencía a su mama para recibirnos a esa hora y la casa que se me quedo’ grabada es la de Heriberto Hernández aunque no sé porque pienso que en casa de Carlos Fondeur una vez lo hicimos, pero dudo.

De ahí a dejar las muchachas en su casa y que me viesen  los padres, para luego dejar a los otros.
Empezábamos dos o tres carros y terminábamos de quince a veinte autos, todas en fila, sin prisa, en orden, sin excesos, con una camaradería única. Era impresionante, conmovedor.

Luego a dormir y posiblemente lo repetíamos  al otro día.  Esa fue la época en que me deje’ la barba, no tenía tiempo para afeitarme.  Yo no quisiera olvidar esa época, y ya hay detalles que se me olvidan. Aunque aun huelo el pan cuando recogíamos a Angela, a Ricardo su hermano?” No sé a quién. Como esos tiempos, no los he vuelto a vivir.

Gracias a todas ellas y todos ellos que me hicieron parte de sus vidas y mi vida parte de la de ellos. Un intercambio, una hermandad, ¡que dichosos fuimos!   
                                                                                                                                    
7 de mayo del 2011.

Patriota

 "Patria es comunión de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines,
  fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas.”  
                                                                                                    José Martí

“Ustedes son de la última generación de patriotas”, ya no existen.  Los que quedan  son de tu edad, de tu generación, ya  no existen.

No era la primera vez que me lo decía, pero esta vez me hizo mella. ¿Sera’ verdad?

Me puse a buscar que’ quería decir el termino Patriota, porque lo único que me venía a la mente era la película de Mel Gibson  sobre de la independencia de USA, los de la colonia contra los casacas rojas. Otra de Mel Gibson,  “Brave Heart”,  los escoceses y los ingleses, el  líder escocés  es  sacado de circulación con su muerte.

Martí, el apóstol de Cuba, lucho’ por una Cuba libre de toda soberanía extranjera, reunió a todos los grupos de dentro y fuera de la isla,  dio’ todo su tiempo por una causa: la independencia. Se lanzo’ a caballo por la razón que fuese, inclusive un  posible orgullo herido y cayo’ abatido.  La guerra siguió, sus ideas siguieron, pero la guerra fue, cuando ya estaba ganada por los criollos, robada  a última hora con artimañas y mentiras por el más grande, por el más poderoso  con  sus intereses.  Tomo’ cuatro años, después de la Enmienda Platt, para poder  el pueblo izar su bandera y  ser, sin ser; porque ellos se quedaron dominando tras bambalinas,  manejando como titiriteros la política y la economía, con la posibilidad de intervenir militarmente en cualquier momento que ellos deseasen , inclusive quedándose con un pedazo de tierra cubana, Guantánamo.

Al pobre Juan Pablo Duarte le fue peor.  Creo’ un movimiento independiente, La Trinitaria. Vendió lo que tenía por sus ideales, trabajo’ por sus ideas, vio’ la independencia, pero los intereses de los poderosos nacionales, en este caso, lo sacaron del país y murió, abandonado, exiliado, en la pobreza, enfermo, en la soledad.

Gandhi, Mandela, Martin Luther King, Lincoln, Caamaño, Allende y no sé cuantos más fusilados, desaparecidos, tirados al mar, enterrados en una fosa común,  pudriéndose en una mazmorra, caídos o inmolados como soldados desconocidos,… ¿eso significa en el fondo ser patriota?  SACRIFICIO Y DEFENSA DE UN IDEAL DE LIBERTAD PARA SU TIERRA.

Patria es un concepto latino. Conlleva una identidad cultural y un vínculo afectivo como es la familia. Los anglos no tienen este concepto, para ellos conlleva un territorio, dicen “country”. Para nosotros es una región, una tierra donde uno nació o se la hizo de uno adoptándola, y existe una adhesión con sus costumbres, su cultura, valores e historia y por tanto hay un afecto, un sentimiento de identidad con lo que ella representa como un todo. Existe el orgullo de pertenecer a ese pedazo de terreno independientemente de quien lo gobierna  abiertamente o por detrás en bambalinas. Un sentimiento que permanece a pesar de la lejanía y el tiempo. Amor en el fondo y orgullo de sentir ese amor y si es necesario se demuestra con actos para lograr su bien colectivo.  Se alaba, se ensalza y se respetan sus símbolos, su bandera, su escudo, sus colores, su mapa y todo lo que ella significa.

Pienso que en el fondo de este ser patriota es al que él se refiere.  Ya no se siente hoy día amor por un pedazo de tierra y lo que ella significa. ¿La globalización es la contraparte? Ciudadanos del mundo.

A mí siempre me ha gustado una grabación que hace años hizo Alvares Guedes, un cómico  cuentista cubano ahora en el exilio, la cual reflejaba el orgullo de ser cubano.  Filmaba niños nacidos en USA y el les preguntaba: ¿de dónde tú eres?  Ellos solían contestar “cubano”  y ante la pregunta “¿donde naciste?”, entonces decían naci’ en Miami, Nueva York, Chicago, New Jersey, etc., pero eran cubanos.

Gloria Estefan llego’ a Miami de dos años de edad, su nacionalidad es norteamericana, pero sigue siendo cubana y lo dice y lo demuestra.  Su esposo llego’ a USA de menos de 10 años de edad al igual que Andy García, son norteamericanos según sus pasaportes, votan por sus representantes locales y estatales. Votan por el candidato de su preferencia para la presidencia de los Estados Unidos de América, pero: ¿a alguien se le ocurre pensar que NO SON cubanos?

Quizás es verdad, son cosas de mi generación. Todos los ejemplos que he puesto son de personas pasaditas de edad. Quizás IAN tiene razón, pertenecemos a una raza en extinción, hoy se dice “endémica”, ¿producto de la globalización?

¿Yo?  Yo me siento orgulloso de ser cubano-dominicano nacido en el Vedado, La Habana y algún día enterrado en Santo Domingo.  Aquí soy de allá, y allá, soy de aquí.   ¡Tan complejo y tan simple!



 Escrito un 19 de abril 2011, un día como hoy hace 50 años los combatientes de Playa Girón se rindieron por falta de municiones, fueron abandonados a su suerte, y la revolución se consolido’.  En ese momento se fortaleció lo que por primera vez se llamo’ y  sería  desde entones una nación Socialista bajo el “Patria o Muerte, Venceremos”  y vencieron.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Ghelka Vianella

Siempre la he llamado por los dos nombres, no porque se portase mal, sino para evitar confusión de a quien llamaba.

Se repitió el nombre de la mama, pero le añadí una H entre la G y la E.  Con los nombres se puede todo. La costumbre hace que uno busque el segundo nombre y le tomamos el nombre prestado a Vianella, hija de Camelia y Ambiorix, hermana de mi hermano Ricardin.  Y nada, así la declare'.

Al ser la segunda en llegar ya habíamos experimentado; sabíamos que no hacer, y que si se debía repetir.  Se tomaron las cosas con un poco mas  de calma por la experiencia adquirida. El ser la primera damita le daba su singularidad, su individualidad, su diferencia.

Nace en medio de una efervescencia profesional  y eso  reconozco que le debe haber afectado.  Ya habíamos terminado la segunda licenciatura, no había maestrías en aquel entonces y solo podíamos repetir el grado académico, licenciatura.  Recién había terminado la  etapa  en que yo había sido” como el primer vicerrector  académico” de UTESA, la Universidad Tecnológica de Santiago, que termino no siendo tecnológica.  Dije “como” porque en el paso de CETEA a UTESA no había vice,  solo rector y sobre él una junta.  El cargo seria parecido al de un  Decano Académico. El cuñado Holger Escoto fue quien diseño el  escudo de la recién universidad que aun es utilizado.  Se hizo el diseño  vía la escuela de Arquitectura  que el  comenzaba a crear y dirigir. Luego surgieron algunas diferencias que no vale la pena desenterrar y nos fuimos del centro.  Holger  primero y yo después.

Creamos el  Centro Integral de Educación Técnica CIET, Holger, yo y otros mas como Hendrik  Kelner, el Arq.  Cuqui Batista,  Nelson Viñas, Antonio Kokette.   Yo empecé a dirigirlo.  De tarde mudamos el Centro Educativo Santiago, CES,  al nuevo local en la Duarte con Restauración.  El CES ya  funcionaba  en horas de la tarde en el local que daba a  la parte de  la calle Central en La Salle. Se ofrecían  los cuatro cursos de   secundaria  de 2 a 6 p.m.  trabajaba  junto con Fulvia Rodríguez y un equipo excelente como Rafael Emilio Yunen, Mukien Sang, Sarah González, Isidro Rodríguez, Italia Taveras, …  De 6 p.m. en adelante clases de ingles del CIET  donde yo daba clases, Nora Llenas,  Irina Lirio por igual. De 8 a 10 p.m. las carreras técnicas como la de construcción, administración, lectura de planos con Holger, Cuqui y Anita Pieter.

Ya en la mañana seguía en La Salle y el Sagrado  Corazón con algunas escapadas en la tarde para dar clases en la UCMM de Filosofía o de Doctrina Social de la Iglesia. Los sábados daba Etica Profesional a maestros en servicio. Los domingos teníamos el programa CIET RADIAL  con un buen equipo como Carlos Fernández Rocha, Carlos Escoto, Ivelisse Mercado,  Flavio Darío Espinal, Italia, yo… alguien queda. No todos iban a la emisora de Ondas el Yaque a las 8 de la mañana, solo escribían.

En esa  época había energía, juventud, deseos de progresar y hacer camino.  Maestro al fin, había que “chelear” en varias partes para cubrir  el mes, y como lo del CIET y el CES era realmente un aporte a la sociedad  sin disfrute de sueldo, más bien con disfrute de deudas.

Bueno, ¿ya se cansaron?  Eso es lo que sucedía.  Exceso de trabajo y ¿Ghelka Vianella?,  nació en medio de esa vorágine y quedaba en la casa creciendo sin su papa’
.
Ya luego vino la venida para la capital, ella tendría unos 4 años.  Quedo’ con su mama’  por un tiempo hasta que ambas vinieron también a la ciudad a casa de una amiga y luego a un apartamento. Ian se les unió  mas tarde.

Los fines de semana ella iba a mi casa junto con Ian.  Yo empezaba como Decano de Ciencias Sociales en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo, INTEC  y al poco tiempo como  Decano de la Comunidad  Académica lo que conllevaba un reto, mucho trabajo, y parte de este trabajo iba conmigo a la casa.  Era un “workholic”.

En Santiago yo era Jorge Ruiz, todos me conocían, aquí yo era uno más. Uno toma decisiones, puede que uno no se arrepienta de haberlas tomado, pero se pierde y se gana. En Santiago una vez mandaron una carta que decía Jorge Ruiz, Santiago de los Caballeros y mas nada, sin dirección y me llego’ a mi mano de parte del correo.  Aquí en el Distrito, ¿eso?, ¡ni ahora!

En Santiago estudio educación inicial en la Salle, y en Santo Domingo en el Claret al igual que Ian. Luego los dos en la Salle de por acá;  solo durante este año vivió conmigo y pasaba los fines de semana con la mama’. Paso’ al Yody por lo de la educación integral del día casi entero.  Luego  pensamos que lo mejor era que fuese al Senderos para la secundaria, así ella podía estar más conmigo en esa época difícil de la adolescencia aun viviendo con su mama’, pero le toco’ el yo ser vicerrector de la Universidad Iberoamericana, UNIBE.  Así que realmente no estuvo mucho conmigo aunque yo fuese todos los días al colegio antes de empezar en la universidad por una hora.  La monitoreaba desde lejos, aunque más cerca que antes.

Llego’ la adolescencia y tratamos de estar, pero no sé si estuve lo suficiente. Aprovechamos que representaba los cursos de ingles de la ELS en USA para que fuese conmigo por un mes. Buscaba rellenar los baches posibles. Ya luego al salir de la secundaria vinieron sus estudios, su carrera, su trabajo, su vida personal. A distancia seguíamos  monitoreando, pensábamos que bastaba con ser útil cuando pudiese necesitarme. La adolescencia necesita distancia, respeto. Al menos eso pensaba yo, eso habían hecho conmigo y uno imita a sus padres en esto de educar a sus hijos.

Hoy día es mi compañera de salida a eventos donde no estoy acostumbrado a andar solo. Ha heredado la parte espiritual mía y por tanto hablamos el lenguaje místico de los mayas. De los tres, ella es la más Ruiz, la que se parece por dentro más a mí.  Pienso que tiene un aire a mi tía Lía, medio brujosa.

Es sociable, amigable, sensible y por tanto los que me rodean la quieren, aprecian y aceptan.

Todos dicen que también se parece físicamente a mí, yo no sé si eso es bueno o no para ella.

Le toco’ la peor parte de ser hija, por la época, la circunstancia, por la vida.  Espero que me haya perdonado mis jorjadas, y ruizadas, o al menos tengo la esperanza de que algún día lo haga, pues ella también tiene sus propias “ruizadas”.

Esto de ser padre deberíamos de  pensarlo mejor por la repercusión que tenemos sobre un ser humano que traemos a la existencia, pero en ese momento que nos toca serlo   no lo aquilatamos  por nuestra propia inexperiencia y juventud. Pensamos  que podemos llevarnos el mundo por delante, y muchas veces es el mundo quien nos lleva, nos arrastra.

8 de febrero 2011