viernes, 26 de julio de 2013

Aprendimos a ser padres.

Nosotros los padres aprendimos a ser padres.

Nosotros, los padres, decimos que nadie nos ha enseñado a ser papá o mamá, sin embargo, esta afirmación se aleja de la realidad.

Puede que no sepamos preparar correctamente los alimentos, cambiar un pañal, sacar los gases, pero la otra cara de ser padre o madre, esa sí la sabemos.

Nosotros desde pequeños ya sabemos lo que nos gusta de nuestros adultos, lo que nos entusiasma y aún hoy recordamos alegremente. Esa parte sabemos que es repetible y de una manera u otra tratamos de rehacer, revivir con nuestros hijos deseando que ellos se sientan igual de bien como nosotros en el ayer.

También sabemos desde temprana edad lo que rechazamos de nuestros padres, parientes cercanos, profesores, y aún seguimos rechazándolo en nuestro recuerdo. Esas experiencias evitamos que nuestros hijos la sufran, la padezcan.

Las otras actuaciones nuestras para con los hijos, ni las hemos copiado, ni las hemos evitado, son las que salen así espontáneamente por nuestro temperamento seco o animoso, paciente o agresivo.

No obstante, si a base de golpes físicos aprendimos, tendemos a enseñar así; mas si aprendimos a base de golpes morales, frialdad momentánea que asemeje el retiro de nuestro cariño hacia el hijo, pues entonces así será nuestra forma a seguir cuando le llamamos la atención a los hijos.

Lo que no tuvimos queremos que ellos lo tengan, lo que experimentamos para bien, que ellos experimenten.

¿Qué es lo que no entendemos cuando nos ofuscamos? Cuando "algo" funcionó con nosotros cuando pequeños y ahora vemos que en ellos no hace mella. No resulta igual o parecido: el esquema se nos cae. Lo que la vida, la sociedad nos enseñó no funciona; así como no funciona la clave morse en nuestros días por estar desfasada, lo mismo sucede con la música de 78 revoluciones, la cual oímos y soñábamos, versus los videos clips donde no hay imaginación posible aunque sí la sugestión.

Entonces ahí descubrimos que "estamos viejos", y como todo ser humano buscamos la solución dentro de un ambiente de paz, reflexión y consultas, con otros que pasaron por experiencias similares o suponemos que dominan más el asunto que nosotros mismos.

No obstante, lo que es evidente es que desde nuestro primer acto de respiración ya aprendemos a ser padres siendo hijos. Otro asunto es cuando no hay padres, madres, sino tíos, abuelos; pero en todo momento estará “La Loba de Rómulo y Remus”, o los monos que criaron a “Tarzán”, seres  que nos enseñaron a ser lo que hoy somos.

Viernes 17 de noviembre de 1989, Periódico El Siglo página 14


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