Pienso que ya lo
he comentado antes. Se me están olvidando las caras. Menos mal que existen las
fotografías para refrescar la mente.
Hay caras que ya
no están en el "desktop". Son caras importantes, son miradas, sonrisas; no, no
están.
En estos días
que he estado botando fotos y otras cosas; me las he vuelto a encontrar. Algunas
las guardo, otras las rompo en varios pedazos por aquello de que alguien no las
vaya a usar.
Todos hemos
cambiado, ya no somos como éramos, siempre hay excepciones, los menos.
Si no tuviese la
foto de mis padres frente a mi cama y los viera todos los días al levantarme y
al acostarme, ya no sabría decir cómo eran. Cuando veo una foto de mi mamá en
sus últimos años me cuesta reconocer que era ella ya casi ida o yéndose, aunque
aun nadie lo sabía, porque no queremos
saber, es mejor no saber.
Recuerdo
escenas, pero cuando trato de usar el "zoom" a un detalle de ese ayer, no me es
posible, no capto nada, no es que no reconozca, es que no capto nada, un vacío total.
¿Estaré ya
empezando a olvidar? Estaré ya doblando la esquina?
A veces en las
películas o en las series televisivas dicen eso mismo, lloran porque ya no se
acuerdan de sus seres queridos, las imágenes se han borrado, y en el fondo me
alegro, no soy el único, y ellos que lo dicen son jóvenes, no es la vejez, es
el tiempo.
Es más lo que mi
mamá me decía, o una actitud de mi padre lo que recuerdo con viveza. La escena que siempre recuento
de mi padre mordiéndose los labios de impotencia, ya en el exilio y llorando a solas en su
viejo sillón, viene a veces, la traigo, pero no recuerdo la lágrima cayendo, ni
los ojos húmedos, solo sé que está llorando solo, en la oscuridad de las seis de la tarde donde la luz empieza a huir por
las rendijas de la ventana y la no luz empieza a aplastarnos, la oscuridad con esa lentitud, propia de esa hora, nos maja, y tritura el ánimo. Pero no veo detalles, se que muerde
los dedos, pero no veo los dedos.
En el fondo
tengo miedo de olvidar los recuerdos. No vivo de ellos, trato de vivir el
presente y no hago muchos planes, para qué hacer planes? Cuando los hago no
suelen darse. El presente si se me da, pero hay días en que el pasado vuelve
como una aplanadora. Cuando llega nos hace sonreír, las más, nos hace
lagrimear, las muy menos, nos hace llorar como un niño al quien le han quitado el
juguete y tiene sueño.
¿Cómo se harían
los que vivieron en otra época sin fotos? ¿ Cómo guardarían ellos sus
recuerdos? ¿A base de repetirlo y repetirlo?
Quizás por eso se idealizaban las situaciones y las personas; cambiaban
la realidad a medida que la contaban una y otra vez. Quizás ellos mismos iban
eliminando los detalles, se quedaban en lo básico que iban a recontar. Quizás
por eso lo cantaban para no perder los detalles que sabían que lo iban a olvidar
y se perdían en el tiempo.
Se me olvidan
las caras, los rostros, las expresiones y no quisiera que fuese así. El tiempo
nos hace olvidar detalles, aunque ciertamente nunca el todo, lo esencial, el
amor, la confianza, el consejo, la ternura, el sacrificio, el ejemplo, las
ideas.
Se me están borrando, se me están alejando, se
están disipando, se están convirtiendo en un vapor huidizo. En un correr del
agua por los resquicios de mis dedos, entre mis manos que no pueden sujetarla
No lo puedo
remediar.
Eso me pasa ami tambien.
ResponderEliminarCreo quebes una manera natural de organismo..de borrar cosas para tener espacio para las nuevas.
Relajate.....y disfruta el presente.
Besitos.